D - 5 de Octubre de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 876542972

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Don Excelino Santoyo, campesino santandereano de pura cepa, dejó su huella en el país en agosto de 2006, cuando se convirtió en el primer microempresario que prestó servicios de corresponsalía bancaria. Ocurrió en el autoservicio el Danubio Azul, ubicado frente a la plaza principal de Chipatá (que está en el sur del departamento de Santander), un municipio de 5.000 habitantes. Allí fue posible algo impensable, pero que ya funcionaba en otros países: que un pequeño comercio operara como punto de acceso a los servicios de una entidad financiera. El local de Excelino ya era un puente entre los chipateños y el sistema financiero, puesto que Bancolombia instalaba cada jueves una mesa para atender solicitudes de crédito. Así los lugareños se ahorraban los costos asociados a los 20 minutos de desplazamiento a Vélez, la población más cercana que sí contaba con una oficina del banco. Ese reconocimiento previo le permitió al Danubio Azul dar el paso hacia la corresponsalía bancaria. Por esta vía empezó a materializarse el sueño fundacional que establecía que el sistema financiero llegaría a todos los rincones de la patria, visualizado desde la creación del primer banco del país, en 1864, el Banco de Londres, México y Sudamérica. Entonces se decretó que esta entidad tendría oficina en los nueve estados soberanos, lo que hoy llamamos departamentos, de los Estados Unidos de Colombia. Nuestro primer banco quebró y luego pasó casi siglo y medio de aprendizaje y expansión del sistema financiero. En este período, la suma de esfuerzos de la Caja Agraria, los bancos, las cooperativas con actividad financiera y las ONG microcrediticias (algunas de ellas convertidas en banco tiempo después) permitió que los servicios financieros llegaran a todos los departamentos del país. No obstante, para 2006 no era posible ahorrar, asegurarse, retirar efectivo, hacer transferencias, pagar servicios o acceder a crédito formal en tres de cada diez municipios. Chipatá era uno de ellos. Los costos de operación de una sucursal bancaria limitaban la cobertura en regiones apartadas o con poca población. Ya para la primera década de este siglo, al entonces presidente Álvaro Uribe lo trasnochaba acabar el ‘gota a gota’. Su deseo lo llevó a impulsar la creación de los corresponsales y de la Banca de las Oportunidades, invitando paralelamente a los intermediarios financieros a atender a los más vulnerables. El resultado de este proceso Después de superar varias vicisitudes, hoy es...

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