¿Se acaba el trabajo en las vitrinas de Ámsterdam? - 3 de Julio de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 685011869

¿Se acaba el trabajo en las vitrinas de Ámsterdam?

Daniel Gómez* Para El TIEMPO Ámsterdam. Es de noche y las luces del barrio Rojo de Ámsterdam están apagadas. La prensa y la televisión anuncian el cierre de más de 100 vitrinas donde las prostitutas han trabajado por más de 500 años. Algunos hombres caminan confundidos por los callejones, esperando encontrar luces rojas, y en su lugar se tropiezan con restaurantes y tiendas de moda. No es un secreto que muchos de los que visitan Ámsterdam por primera vez vienen cargados con las mismas ganas de probar aquello que en otros lugares es prohibido, como el consumo de marihuana y la prostitución. En años recientes, sin embargo, algo ha venido cambiando, y desde el gremio de las trabajadoras sexuales ya se comienza a oír voces de protesta. En el 2007, la municipalidad de Ámsterdam lanzó el proyecto 1012 con el objetivo de transformar el Red Light District o barrio Rojo en un lugar más familiar y atractivo para inversionistas. Desde entonces, más de 130 vitrinas han sido cerradas y las prostitutas se están quedando sin trabajo. Felicia Anna, bloguera y trabajadora sexual rumana, cuenta que cada vez hay menos clientes no solo por el cierre de vitrinas, sino porque han abierto tiendas de moda que espantan a quienes vienen en busca de sexo. “Más de 135 mujeres están perdiendo sus lugares de trabajo, y no se nos ha ofrecido ningún tipo de compensación”, anota Felicia. El proyecto 1012 obligó a los dueños de los burdeles, ubicados en ciertos puntos estratégicos de la ciudad, a vender las licencias que les permitían usar el espacio comercial en el barrio Rojo y luego las ofreció a diferentes negocios como tiendas de lujo y cafés conceptuales. La propuesta estaba enfocada en conseguir un cambio en el tipo de turistas: de hombres buscando sexo a familias y gente elegante. Mariska Majoor, líder de la Unión Holandesa de Trabajadoras Sexuales –organización que ella misma fundó en el barrio Rojo después de ocho años de trabajar en las vitrinas–, explica que lo que el Gobierno quiere es un cambio de apariencia, pero debe entender que hay personas que están siendo perjudicadas y a las que no pude abandonar a su suerte. Los cambios ya se notan. En el 2011, las vitrinas estaban por todos lados y eran referencias que servían de ubicación para residentes y turistas. Hoy, en cambio, el número de bombillos rojos ha disminuido y uno se siente caminando por un parque temático que incluye moda y lugares hípster aparte de los tradicionales espacios dedicados al sexo. Uno...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR