Actos legislativos 6 de 2000 senado
ACTOS LEGISLATIVOS 6 DE 2000 SENADO. por el cual se adopta una Reforma Política Constitucional y se dictan otras disposiciones.
Segunda Vuelta
Honorable Senador Oswaldo Darío Martínez Betancourt, Presidente Comisión Primera:
Previamente se han inscrito en la Secretaría con el objeto de referirse al tema de la Reforma Política.
Señor Secretario, tenga la gentileza y me facilita la lista de los inscritos. Aspiramos a que en el transcurso de la sesión lleguen más Congresistas y más invitados.
Hay un número bastante grande de inscritos hasta este momento. Yo utilizaría un sistema diferente. Como hay poca gente de los que están aquí presentes sírvase decirme quiénes son los que se han inscrito, yo verifico acá.
Doctor Eduardo López Villa, Secretario Comisión Primera:
El señor Nattes Martínez, está en el puesto número 16, señor Presidente.
Honorable Senador Oswaldo Darío Martínez Betancourt, Presidente Comisión Primera:
¿Quién más se ha inscrito? Bueno...
Entonces le vamos a dar la palabra al profesor Francisco Gutiérrez, que es profesor del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional, especializado en Ciencias Políticas. Le pedimos el favor que pase a la tribuna, para que haga uso de la palabra.
Señor Francisco Gutiérrez, Profesor Instituto Ciencias Políticas de la Universidad Nacional:
Muchas gracias, me siento aquí cumpliendo un deber cívico y espero que algunas de las cosas que tanto yo como otras personas digamos, puedan ser de utilidad para sus posteriores deliberaciones.
Yo he criticado permanentemente diversos proyectos de Reforma Política, no porque me oponga a la Reforma Política en general. Entonces, lo que en esencia sugeriría es que partamos de un doble punto de vista. Por una parte, reformar al Congreso. Reformar las elecciones. Reformar la política parece necesario en Colombia. El Congreso, las Instituciones políticas básicas como los partidos políticos tienen niveles muy altos de desprestigio. Ese ya sería, debería ser indicador suficiente para tener la necesidad de reformar algunas cosas en nuestro sistema político.
Pero por otra parte, reformar tiene costos. Reformar tiene costos muy grandes y por consiguiente una Reforma improvisada, una Reforma mal hecha, una Reforma hecha en la dirección contraria, o simplemente inconsistente con los objetivos básicos que deberían estar detrás de la Reforma, es una Reforma que le hace mucho daño al sistema político.
En particular yo diría tres cosas. En primer lugar, los cambios Institucionales tienen costos. La inestabilidad institucional es un mal en sí. O sea, toda Reforma debe hacer un balance de costos-beneficios en el sentido en que cambiar las reglas de juego permanentemente, igual que por ejemplo cambiar las flechas del contraflujo permanentemente puede producir accidentes, puede producir turbulencias, puede producir problemas.
En segundo lugar, reformar sin tener digamos claros los objetivos que se desean alcanzar genera desastres. Para ponerles un ejemplo, en la versión... en la actual versión porque se han intentado muchas oleadas de Reforma Política, en la actual versión de la Reforma Política se dice lo siguiente; o por lo menos, en la que yo poseo.
Se dice: Con el fin de garantizar la representación proporcional de los partidos y la equidad en el acceso a las Corporaciones Públicas se empleará el sistema de la cifra repartidora y el voto preferente.
Pues bien honorables Senadores, toda la investigación comparada que hay en el mundo, sin excepción. Traigo un libro muy reciente, demuestra que pasar del sistema actual, que es la cuota ¿ari¿, al sistema repartidora que es la cuota ¿dons¿, por lo menos duplica la sobrerrepresentación de los partidos más grandes.
Yo tengo aquí los cuadros para cualquier Senador, y si es necesario puedo dejar la fotocopia del texto en donde se resume esa investigación comparativa. Entonces, los objetivos explícitos van completamente en contravía de las acciones. Y uno, se pregunta: ¿Qué hay detrás de esto? Y yo diría que en primer lugar, hay apresuramiento de incomprensión, primero que todo. Pero si reformar tiene costos, es mejor esperar un poco, es mejor darse a la espera y hacer una buena Reforma bien hecha de largo alcance, y sobre todo sabiendo claramente, tanto el Congreso de la República, como la opinión pública, como los partidos políticos y los actores de la sociedad civil, qué es lo que quieren y para dónde van.
Mi segunda observación es que la propuesta de Reforma Política, la actual propuesta de Reforma Política, en realidad parte de un problema que a la vez es muy sencillo y muy complicado. Es sencillo de enunciar, pero es complicado de solucionar.
El problema es el siguiente: El sistema electoral colombiano sumado a las reformas de la Constitución de 1991 pero junto con esas pequeñas fuerzas, algunos pequeños grupos de los partidos tradicionales y de otras tendencias las llamadas microempresas electorales también aprovecharon para entrar al Congreso de la República.
Digo que es una cuadratura del círculo, porque si ustedes castigan a las microempresas castigan a todos los chiquitos, a todos, y por consiguiente un gran avance de la Constitución de 1991, que fue meter a las terceras fuerzas que tenían alguna representación, sobre todo en los niveles local y regional, pero que sin embargo a nivel nacional era relativamente marginales, entonces se van a sacar. Y eso me parece gravísimo.
Entonces, digamos en esos términos la pregunta puesta de la siguiente manera: ¿Cómo organizar el sistema partidos, cómo estructurar a los partidos tradicionales sin castigar a esas tercerías que lograron entrar en la Constitución del 91? Y yo creo que en lugar de la histerización de la opinión pública, en lugar de muchas consultorías irresponsables con las que yo he tenido oportunidad de leer, por lo menos deberíamos comenzar por el principio y plantearnos esa pregunta, esa pregunta fundamental y básica que es el alma de toda Reforma Política, posible y necesaria en Colombia.
Los partidos políticos mayoritarios están muy desorganizados, por consiguiente hay que hacer Reformas que permitan organizarlos. Seguramente, tienen problemas de representación, pero por otra parte hay que mantener esa conquista a la Constitución del 91.
El problema de la desorganización no es fácil de agarrar. Porque parte de la desorganización tiene que ver también con factores sociales y políticos que no se solucionan con la ingeniería institucional. Y ese es otro punto que quisiera subrayar.
Aquí hay una cantidad de cuentas alegres terribles, honorables Senadores, que es mejor ir desmontando. Por ejemplo se dice, es que si ponemos el sistema de cifra repartidora que efectivamente castiga de manera muy brutal a los pequeños, entonces las tercerías se van a unir, y eso es un supuesto bastante flojo. Porque es que fíjense que todo el ethos, todo ese mundo de la modernidad que vino asociado a la Constitución del 91, implicaba diversidad.
Por una parte, están los cristianos. Por otra parte, están los sociales demócratas. Por otra parte, están los que representan este grupo social o regional. Por otra parte, están aquellos que por ejemplo no se sienten bien representados en el Partido Conservador y quieren crear otra fuerza política, etc., etc. ¿Cómo los van a meter a todos en un mismo bulto? Eso es artificial.
Seguramente, si nos va bien, Colombia y si por ejemplo el proceso de paz fructifica, además métanle a eso otro factor adicional, Colombia seguramente tenga los dos partidos tradicionales y cuatro o cinco fuerzas más, o tres o cuatro más.
Y en ese sentido, por ejemplo Reformas que están aquí en la propuesta, según la versión que conozco son nefastas. Por ejemplo, el voto preferencial. La experiencia en toda el área andina es que el voto preferencial desestructuró completamente los partidos. Los desestructuró porque le daba ventaja a las personas sobre las directivas de los partidos y toda la idea de organizar los partidos es darle ventajas a las directivas y a las instituciones por encima de las personalidades.
Entonces, hay una contravía muy fuerte entre las intenciones algunas correctas, algunas erradas, que están detrás de la Reforma y por otra parte, los instrumentos por los que se intenta solucionar el problema que se ve.
Hay dos problemas muy fundamentales, honorables Senadores que no están abordados aquí en la Reforma Política, o que están abordados digamos de manera oblicua y a mi juicio equivocada y que son fundamentales para digámoslo así reencauzar la política colombiana.
El primero, es el problema de representación. Y ese problema hay que abordarlo empíricamente. Con un asistente de investigación hicimos un ejercicio, comparamos con series de tiempo Chile, Venezuela y Colombia, y resultó que por preferencias políticas, el país entre esos tres, y yo me atrevería a decir que en relación con América Latina, es de los que menos, en relación con Europa, es de los que menos tiene excesos de sobrerrepresentaciones Colombia.
O sea, en ese sentido el sistema político colombiano funciona muy¿muy bien. Es decir, si por ejemplo en Colombia hubiera 50 rojos, 30 verdes y 20 amarillos, en el Congreso habría unos 52 rojos, unos 28 verdes o treinta y algo verdes, y unos 15 amarillos. Es decir, el sistema electoral actual en Colombia castiga un poco a las organizaciones pequeñas, pero no mucho y eso es natural, porque es que el sistema, la cuota que se utiliza actualmente en Colombia, en el sistema electoral que es la cuota Jari, es de las cuotas más proporcionales que existen en el mundo.
Sin embargo, hay otra desviación de la representación que es extremadamente grave y que tiene que ver con el malestar de la opinión pública, con las instituciones políticas fundamentales. Esa otra desviación de la representación es el problema regional. En particular, lo que está en juego es que las ciudades grandes, las ciudades cuyo peso en el PIB colombiano es más grande. Las ciudades que de alguna manera son el depositario de la...
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