Adiós a la muerte - 6 de Octubre de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 876587263

Adiós a la muerte

Ahora que soy propietario no solo de una hectárea de Paraíso sino de dos metros cuadrados de cementerio que gané en una rifa, lo que me pone en paz y a salvo de juicios finales con la tierra, con el cielo y con el infierno, si existen, me tomo la libertad de tratar de recuperar, en una playa nudista del Mediterráneo, enfrente de la residencia de mi yerno, mi hija y mi nieta, algunas de las notas consignadas en la agenda con carátula de Van Gogh que perdí en casa de Dalí, en Cadaqués. Nunca había visitado Barcelona pero aquí estoy, así como antes de irme con mi música a otra parte, estoy seguro de que pisaré Buenos Aires, Estambul y la isla de Pascua, como gallo que no se contenta con las gallinas anteriormente pisadas. Trataré de conservar la prosodia: Tomé el autobús de la poesía y me bajé en la estación que no era. En lugar de en una sociedad feliz dorada por el sol de Utopía, en donde me encontré desde que nací fue en un matadero. Por donde pasaba la vista solo encontraba cuerpos cayendo. Abatidos por los plomos del odio. No solo hombres y mujeres; también niños que rodaban por el tobogán al desfiladero, y hasta los animales del campo, despellejados vivos para pavor de sus dueños. Ya el autobús había partido de retorno a la infancia y no me quedaba más remedio que enfrentarme a la Muerte con mis costillas flotantes y mi ya vieja aunque nunca obsoleta máquina de escribir de letras cuadradas. Para darle en la jeta llegué a expresar como aprendiz de filósofo que la Muerte no existe, porque mientras se está vivo no cuenta y en cuanto uno muere no registra. Ya por el solo hecho de haber nacido y haber paseado las quimbas por este lacrimatorio desaparece la noción de la inexistencia. El que asomó a la vivencia por el agujero de la matriz ya quedó marcando más existencia perpetua que calavera. Y eso sin contar con el alma, que es la que más persevera. El alma, vida mía, ese sí que era otro galimatías por resolver. No se la podía negar de una porque con qué alientos se iba a sostener esa negación. Se suponía que era lo que daba respiración al ser vivo, contados los humanos y las humanas entre mamíferos, aves, reptiles, batracios y peces, sin olvidar los y las insectos, anfibios, moluscos y microbios. El alma es lo que no...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR