Afromupaz: feminismo interseccional de alto riesgo en cuerpo y cara de mujer
Autor | Julia Margaret Zulver |
Páginas | 107-133 |
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Afromupaz: feminismo interseccional
de alto riesgo en cuerpo y cara de mujer
Decidí no ser la víct ima.
El día que decidí no ser la v íctima, me miré al
espejo, me desnudé , me vi en cuerpo y cara de
mujer y me dejé de culpar.
El día que decidí no ser la v íctima,
dejé de llorar por mí y lloré por la s demás.
El día que decidí no ser la v íctima, claro que alcé
mi voz y denuncié públicamente mi ma lestar. [...]
Cuando decidí no ser l a víctima, unimos voces
con otras que pensaban ig ual.
Que el fuego no apaga el f uego, y aquellos que
nos violentaron con el n de de struirnos, por
nuestras diferencia s de construir y de pensar, se
lo hemos revertido a portándole a la paz.
Cuando decidí no ser l a víctima, me puse en pie
con otras y hoy somos .
Asociación de mujere s afro por la paz,
somos todas.
Somos todas las muje res de Colombia que le
apostamos a la paz, por e so hoy simplemente
quiero decir gracias, gracias, gracias.
Decidí no ser la víct ima.
La mejor reparación que se le s puede dar a las
víctimas es la pa z.
Si pagamos tanto por la guer ra,
¿por qué no pagarlo por la paz?
María Eugenia Urrut ia
feminismo de alto riesgo en colombia
Introducción
Bogotá es la capital de Colombia y, con más de millones de habitantes en el
área metropolitana, ha sido un centro de migr ación interna debido al despla-
zamiento que se dio durante los años de conicto con las - . Víctimas
de guerrillas de izquierda, de organizaciones parami litares, de fuerzas del
Estado y de otros grupos armados huyeron hacia la ciudad desde todos los
rincones del país. Las víctimas, que llegaban con los miembros sobrevivien-
tes de sus familias y con las pocas pertenencias que podían llevar consigo,
tuvieron que reestablecerse y reorganizar sus v idas en un entorno descono-
cido y a menudo hostil. No era una hazaña fácil; por lo general llegaban con
pocos recursos económicos y sin ningu na red social que los acogiera. Usme,
un vecindario en el sur de la ciudad, h istóricamente ha sido a donde llegan
los desplazados afrocolombianos provenientes de la Costa Pacíca (“La lucha
cotidiana de los afros desplaz ados en Bogotá”, ).
Este capítulo examina el c aso de la Asociación de Mujeres Afro por la
Paz (Afromupaz), una organización fundada en el año . En medio de
un ambiente hostil, María Eugenia Urrutia —quien fue víctima de despla-
zamiento, secuestro y violencia sexua l— estableció una organización para
mujeres que, como ella, huyeron de sus hogares en la Costa Pacíca colom-
biana y llegaron a Bogotá sin lazos persona les y sin vínculos sociales. El la
enmarcó su experiencia de acción colectiva con base en una comprensión
compartida de la justicia de género raciali zada, y la resistencia a la dinámica de
género de la violencia que ha caracterizado el conicto a rmado colombiano.
Al ser una líder carismát ica, pudo mostrarles a las mujeres desplazadas que
valía la pena actua r de manera colectiva, a pesar de los riesgos que esto impli-
caba. La organización ahora representa la comunidad principal, u na red de
apoyo y oportunidades de empleo para docenas de mujeres afrocolombianas
desplazadas y sus fam ilias en Bogotá.
Para muchas víctimas del desplazamiento —que a menudo también
han sufrido abuso físico, sexual y psicológico— Afromupaz es el único
espacio seguro con el que cuentan. Ofrece una comunidad acogedora,
la capacidad de sanar las cicatrices emocionales de abusos pasados, pro-
tección en contra de la continua revictimización y una fuente de empleo
justo. Este capítulo empleará el marco del feminismo de alto riesgo para
explicar las estrategias de movilización de Afromupaz. En efecto, como
sugiere Kreft (), las mujeres de esta organización pudieron enmarcar
colectivamente la violencia relacionada con el conflicto como una ame-
naza a todas las mujeres, lo que catalizó su propia movilización.
Este capítulo argumenta que Usme representaba un dominio de pérdi-
das para las mujeres desplazadas. L a violencia era común, y la inacción no
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