Los atrapanieblas que calman la sed de Lima - 11 de Enero de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 552183290

Los atrapanieblas que calman la sed de Lima

Claudia Bellante Para EL TIEMPO Lima. Andrés Quispe Avalos tiene 17 años y estudia en la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad de San Juan de Lurigancho, un municipio a las afueras de Lima (Perú). Este año, para aprobar un examen, tuvo que analizar un proyecto innovador capaz de mejorar la calidad de vida de las personas. Así que durante semanas, Andrés subió la cima del cerro de Villa María del Triunfo, donde se encuentra la pequeña casa en la que vive con su familia, para estudiar el funcionamiento de los atrapanieblas, las grandes mallas de nailon que permiten a su comunidad recoger la niebla y convertirla en agua para ducharse, irrigar los campos y lavar la ropa. “Solía ir todos los días, incluso por la noche. Calculé cómo soplaba el viento, la capacidad de recogida de los tanques por hora, y evalué las condiciones climáticas necesarias para un óptimo funcionamiento. Al final llevé una muestra de líquido al laboratorio y demostré que, gracias a un sistema de depuración natural, el agua que acumulamos podría incluso ser bebida”. Andrés no es solo un estudiante brillante, sino que también es uno de los millones de peruanos que cada día afrontan el problema de la escasez de agua potable que afecta a su país y, en particular, a la capital. Lima es, de hecho, la ciudad más grande en el mundo, después de El Cairo, construida encima de un desierto, y tiene una población de 9 millones de personas, de las cuales cerca de 2 millones viven en zonas urbanas precarias, edificadas en terrenos áridos y deslizables que a menudo no permiten la instalación de redes de servicios ni la construcción de infraestructura pública. Están privados de un sistema de alcantarillado eficiente, expuestos al riesgo de contraer enfermedades y obligados a pagar por el “oro azul” un precio dramáticamente más alto que el fijado por las empresas que operan en el resto de la ciudad. “En Miraflores, uno de los barrios más caros de Lima, se pagan 2,65 soles por metro cúbico (menos de un dólar), mientras que los que viven en una choza en la montaña pueden llegar a gastar hasta 30 soles (9,5 dólares)”, declara Abel Cruz Gutiérrez, fundador de la Asociación Peruanos sin Agua. Abel es un hombre de 53 años que libera energía y genio. Oriundo de la región de Cuzco, al igual que la mayoría de los migrantes rurales, hace treinta años llegó a la capital y se fue a vivir a la montaña, donde en la temporada de invierno los caminos de tierra no permiten a los camiones cisterna...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR