Bancarización y empoderamiento femenino - Núm. 75, Enero 2015 - Revista Desarrollo y Sociedad - Libros y Revistas - VLEX 830609585

Bancarización y empoderamiento femenino

AutorCamila Uribe Mejía
Páginas265-316
265
DESARRO. SOC. 71, PRIMER SEMESTRE DE 2013, PP. X-XX, ISSN 0120-3584
Revista
Desarrollo y Sociedad
75
Primer semestre 2015
PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Bancarización y empoderamiento femenino
Banking and Women Empowerment
Camila Uribe Mejía1
DOI: 10.13043/DYS.75.7
Resumen
El acceso al sistema financiero ha mostrado tener efectos positivos sobre los
hogares pobres. Al darles acceso a las mujeres al sistema bancario, se podría
esperar un aumento en sus activos psicológicos y físicos y, por tanto, en los ins-
trumentos que fomentan el empoderamiento, entendido este como la toma de
decisiones en sus hogares y su comunidad. Esto puede generar impactos sobre
variables de bienestar a nivel individual, del hogar y de la sociedad. Usando las
bases de datos de la evaluación del programa colombiano de transferencias
condicionadas Familias en Acción, se investigan los impactos de la bancari-
zación sobre el empoderamiento de las mujeres aprovechando la apertura de
cuentas de ahorro para las beneficiarias en 2009. No se encuentra impacto
de la bancarización en el empoderamiento femenino a nivel del hogar, pero sí a
nivel social con respecto a la participación en organizaciones de la comunidad.
Palabras clave: empoderamiento, bancarización, agency, capital social.
Clasificación JEL: C78, D13, D31, D63, J16.
1 Máster en Economía de la Universidad de los Andes (Bogotá, Colombia). Correo electrónico de contacto:
camiuribe101@gmail.com.
Este artículo fue recibido el 17 de febrero de 2014, revisado el 23 de abril de 2014 y finalmente aceptado
el 2 de junio de 2015.
Bancarización y empoderamiento femenino
266
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Abstract
Access to financial system has shown to have positive effects on poor house-
holds. Therefore giving women access to the banking system could generate an
increase in their psychological and physical assets and consequently provide
additional tools that foster empowerment: decision making in their homes and
in their community. This may cause impacts on welfare variables at an indivi-
dual, household and community level. Using databases from the conditional
transfer program in Colombia, Familias en Acción, I investigate the impact of ban-
king over the empowerment of women. This is done taking advantage of the
banking process that began in 2009 where saving accounts were opened for
beneficiaries. The results show that there is no impact on female empower-
ment at the household level but in a social level there is a positive effect in
terms of participation in community organizations.
Key words: Empowerment, banking, agency, social capital.
JEL classification: C78, D13, D31, D63, J16.
Introducción
En este artículo se busca evaluar si la bancarización es un buen instrumento
para fomentar el empoderamiento de las mujeres vulnerables en Colombia
que participan en Familias en Acción (FeA). Los objetivos principales de este
programa de transferencias condicionadas son combatir la pobreza, promo-
ver la eficiencia y equidad, solucionar problemas de demanda vía la condicio-
nalidad de los subsidios y suavizar los choques negativos en estos hogares.
El programa Familias en Acción ha incorporado en su agenda otros objetivos
a favor del desarrollo. Uno de ellos es otorgarle a la mujer un rol central en
el manejo del subsidio, con el fin de fomentar su empoderamiento, aprove-
chando el hecho de que las madres son las beneficiarias directas del dinero2
2 El subsidio es entregado cada ciclo (dos meses) y está compuesto de tres rubros. El primero de $ 100.000
COP fijos por ciclo a cada familia para fomentar la salud de los menores de siete años. El segundo
subsidio y el tercero se entregan para incentivar la asistencia escolar de los niños entre siete y dieciocho
años. El segundo es de $ 30.000 COP por ciclo y se da por cada niño que cursa primaria. El tercero es
de $ 60.000 COP por ciclo y se da por cada niño del hogar que cursa secundaria.
Camila Uribe Mejía 267
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
y, por tanto, las responsables de los requerimientos y obligaciones3 del pro-
grama (Janvry y Sadoulet, 2004, 2006). Es así como se espera afianzar el poder
de negociación de las mujeres y el desarrollo de su liderazgo en sus hogares
y comunidades (Villatoro, 2007).
El empoderamiento femenino no ha adquirido importancia solo en Colombia
sino también a nivel global. Un aumento en la habilidad femenina para tomar
decisiones en la vida y en la de quienes las rodean (Kabeer, 1999) disminuye
la inequidad de género y favorece el desarrollo de los países (Banco Mundial,
2012; Elborgh-Woytek et al., 2013). Sin embargo, la literatura evidencia que
los impactos de los subsidios condicionados sobre el empoderamiento son mix-
tos. Según Molyneux (2009) un subsidio monetario solo proporciona poder a
las madres con respecto a sus hijos pero no a nivel personal y concluye que
existe una necesidad de reforzar las políticas públicas para tener resultados
más contundentes. Afianzar el efecto de empoderamiento en los subsidios
condicionados requiere de instrumentos de política que mejoren el desarrollo
de las capacidades de las madres y aumenten la posibilidad de que ellas mis-
mas tomen decisiones en favor de su hogar y comunidad. La bancarización
puede ser el instrumento que permita consolidar este efecto de empodera-
miento, dado que tiene efectos positivos en variables de desarrollo y, además,
permite a las mujeres tener mayor control sobre los recursos del hogar, como
se ha visto en varios proyectos que incentivan el uso del sistema financiero
en América Latina.
Junto con el empoderamiento en el hogar, el empoderamiento a nivel del capital
social se considera un activo intangible que hace referencia a las relaciones fami-
liares y sociales y que construye capital humano, confianza e incluso estimula el
desarrollo económico de las comunidades (Bagnasco, Piselli, Pizzorno y Trigi-
lia, 2003; Loury, 1997; Woolcock 1998). Dasgupta (1999) afirma que el capi-
tal social es un conjunto de “instituciones, relaciones, actitudes y valores que
rigen la interacción de las personas y facilitan el desarrollo económico y la
democracia”. La importancia de impulsar a las madres beneficiarias a parti-
cipar más en las relaciones sociales en favor de su propio bienestar y el de su
comunidad es una manera de darles poder de decisión y estimular su autoes-
tima. Por ende, se espera que el poder adicional que reciben las mujeres al ser
3 La madre debe asegurar una asistencia mínima escolar de sus hijos (90% de las clases), llevar a los niños
a controles de salud y tener las vacunas al día (Departamento para la Prosperidad Social [DPS], 2012).
Bancarización y empoderamiento femenino
268
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
bancarizadas se vea reflejado en una mayor participación social que impulse
su desarrollo personal, el de sus hogares y el de sus comunidades.
Dado el impacto positivo que genera el empoderamiento femenino, se quiere
evaluar si la bancarización del programa de transferencias condicionadas en
Colombia es una estrategia efectiva para aproximarse al problema del poder
de negociación de las mujeres, tanto en el hogar como en su comunidad. Esta
investigación es aún más relevante para el país al considerar que los efectos
del subsidio sobre el empoderamiento son negativos (Camacho y Rodríguez,
2012), lo que da a entender que el subsidio le resta poder de negociación a las
mujeres. Se espera demostrar que la bancarización del programa de Familias
en Acción las empodera con respecto a sus decisiones en el hogar y al capital
social, lo cual revertiría los efectos perversos del subsidio. Como resultado,
se encuentra que la bancarización del programa FeA en Colombia no genera
efectos sobre el empoderamiento en el hogar pero sí a nivel social. Las madres
aumentan su participación en organizaciones de la sociedad e incrementan
así su capital social.
El documento está dividido en cinco secciones. La primera es la revisión
de literatura, donde se resumen los principales resultados de programas de
transferencias condicionadas y de bancarización sobre el empoderamiento
femenino a nivel hogar y social. La segunda sección es el marco conceptual
que explica los canales a través de los cuales la bancarización puede empo-
derar. Los datos corresponden a la tercera sección, donde se explican las
bases de datos que se usarán y las consideraciones pertinentes. La cuarta
sección es la metodología que explica el modelo y alude específicamente a
la metodología y los resultados del análisis sobre el empoderamiento en las
decisiones del hogar y con respecto al capital social. Por último, la quinta
sección son las conclusiones.
I. Revisión de literatura
Los programas de transferencias condicionadas presentan efectos mixtos
sobre el empoderamiento. Algunos estudios demuestran efectos positivos a
nivel del hogar y la sociedad. Por ejemplo, para el caso de México, Skoufias
y McClafferty (2001) y Adato, De la Brière, Quisumbing y Mindek (2000a)
encuentran que en las decisiones relacionadas con el consumo del hogar y
Camila Uribe Mejía 269
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
respecto al uso del dinero extra las mujeres aumentan su poder de decisión.
Asimismo, evaluaciones cualitativas de Progresa-Oportunidades, el programa de
Transferencias Condicionadas de México, evidencian que las mujeres desarrollan
una posición más influyente dentro de la comunidad y aumentan sus niveles
de autoestima (Escobar y Gonzáles de la Rocha, 2009; Gonzáles de la Rocha
y Escobar, 2004). En Brasil, con el programa Bolsa Familia los resultados son
similares. Las madres beneficiarias incrementan su poder de decisión, mejoran
su autopercepción y participan más en actividades de la comunidad (Suárez y
Libardoni, 2008; Veras y Silva, 2010a, 2010b). Esto es consistente con lo que
hallan De Brière y Quisumbing (2000), para el caso de Bangladesh.
Si bien en Brasil y México se evidencia un aumento en el poder de decisión
en el hogar, en Colombia los resultados son opuestos (Veras y Silva, 2010a,
2010b). Camacho y Rodríguez (2012) encuentran que el subsidio tiene un efecto
negativo sobre la probabilidad de que la madre tome decisiones en el hogar.
Además, según Attanasio y Gómez (2006) las mujeres rurales en Colombia no
aumentan su participación en las decisiones de educación y salud de los niños,
ni en aspectos relacionados con el dinero, el uso de anticonceptivos o la vida
social. El efecto perverso de Familias en Acción sobre el empoderamiento se
explica porque se refuerza el rol tradicional de la mujer y se reproduce la idea de
su papel doméstico (Adato et al., 2000b; Arriagada y Mathivet, 2007; Gonzales
de la Rocha, 2005). Los impactos negativos también podrían tener que ver con
el hecho de que los hombres se sienten vulnerados en su capacidad de decisión
al ver a las madres ser las protagonistas del subsidio. Para mantener su estatus
influencian más las decisiones del hogar (Duryea y Schargrodsky, 2007). Más
aún, como lo mencionan Camacho y Rodríguez (2012), otra posible reacción
de los hombres frente al protagonismo de las mujeres podría ser el incremento de
la violencia intrafamiliar (Bobonis, Castro y Gonzales-Brenes, 2009).
Una situación similar se presenta en programas como Chile Solidario, con
respecto al capital social. Si bien en la mayoría de estudios de transferencias
condicionadas la participación de la madre en actividades sociales se incre-
menta, existen otros estudios que demuestran efectos perversos del subsi-
dio condicionado sobre el capital social. En Chile, por ejemplo, se demuestra
que, debido a la manera como se escogen las familias beneficiarias, el capital
social de la comunidad se resquebraja frente a la ausencia de intervenciones
comunitarias (Larrañaga y Contreras, 2010; Nun y Trucco, 2008). Asimismo,
Bancarización y empoderamiento femenino
270
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
en Familias en Acción las mujeres rurales disminuyen su participación social
con el subsidio (Attanasio y Gómez, 2006).
En este contexto, se quiere estudiar si la bancarización es el instrumento
requerido para que el subsidio empodere a las mujeres en su hogar y comunidad.
La evidencia empírica demuestra que la relación entre bancarización y
empoderamiento en tales escenarios puede tener a su vez efectos mixtos.
Algunos estudios como los pilotos Proyecto de Desarrollo del Corredor Puno
Cusco y el Proyecto Sierra Sur evidencian efectos positivos. Estas iniciativas,
cuyo objetivo es bancarizar por medio de cuentas de ahorro, generan efectos
positivos sobre el empoderamiento de las mujeres de bajos recursos en Perú.
Además, aquellas que reciben el tratamiento se acercan más a las prácticas
de ahorro (93%) y buscan nuevos instrumentos financieros (Trivelli, 2009).
Berumen y Asociados (2010) encuentran que la bancarización del programa
Oportunidades en México fortalece a las mujeres en el manejo del dinero y la
toma de decisiones respecto a temas de alimentación y salud. Otros ejemplos
de éxito de la bancarización son los programas que incentivan el ahorro en
mujeres beneficiarias de transferencias condicionadas. Trivelli, Montenegro y
Gutiérrez (2011) hallan que el programa piloto de inclusión financiera femenina
denominado Promoción del Ahorro en Familias Juntos, en Perú, aumenta
la autoestima de las madres y les arraiga el sentido de ciudadanía. Algo
similar sucede con el proyecto de Mujeres Ahorradoras de Familias en Acción
en Colombia, donde, según Zilveti y Fuentes (2010), las mujeres interiorizan el
concepto de autovaloración y reconocen la importancia de su aporte en el hogar
y su comunidad.
Sin embargo, en otros países se encuentran resultados contrarios. Duryea y
Schargrodsky (2007) evalúan el programa Jefes y Jefas del Hogar en Argentina
y descubren que la bancarización no genera ningún efecto sobre el empodera-
miento o el capital social. La utilización de las tarjetas no es exclusiva de las
madres beneficiarias cuando ellas divulgan la clave a sus compañeros y, debido a
razones de seguridad, se incentiva el uso de la tarjeta por parte de ambos padres.
Dados los efectos mixtos de la bancarización sobre el empoderamiento, se
requiere entender si el impacto negativo de la transferencia condicionada
sobre el empoderamiento femenino en Familias en Acción está siendo
contrarrestado con las iniciativas de inclusión financiera del programa. Si
bien Maldonado y Urrea (2010) concluyen que la bancarización en Familias
Camila Uribe Mejía 271
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
en Acción tiene impactos positivos sobre el ahorro, la financiación y el acceso
a otros productos financieros, no existe un estudio sobre empoderamiento
femenino a nivel nacional del programa de bancarización en Familias en
Acción. Por tanto, el documento aporta a la literatura de empoderamiento,
nutre la política pública y fomenta intervenciones de calidad en favor del
desarrollo y la equidad de género.
II. Marco conceptual
El empoderamiento se define como un aumento en el poder de decisión, tam-
bién llamado agency. A mayor empoderamiento, mayor dominio individual de
las decisiones que se toman y más libertad para realizar aquello que se quiere
(Kabeer, 1999). Asimismo, una mujer empoderada tiene mayor control sobre su
vida, la de su hogar y la de su comunidad. Aunque con el término agency se
hace referencia a un mayor poder en todos los ámbitos tanto externos como
internos, el documento evalúa únicamente si la mujer se empodera en térmi-
nos externos: en su hogar y en su comunidad.
Los canales a través de los cuales la bancarización puede empoderar se obser-
van en la figura 1. El primero se relaciona con las consecuencias generales de
la inclusión en el sistema financiero, el cual abre sus puertas cuando se abre
una cuenta de ahorros. Se fomenta el ahorro tras la existencia de una tarjeta
débito y se abren nuevas oportunidades para producir y administrar ingresos.
Incluso, se convierte en un instrumento para enfrentar con mayor facilidad
los choques negativos futuros (Asociación Bancaria y de Entidades Financieras
de Colombia [Asobancaria], 2011). También, el acceso al sistema promueve el
uso de nuevos instrumentos financieros de largo plazo, lo que acaba con los
obstáculos del desarrollo económico femenino. Para esto las familias deben
poder mantener su estabilidad económica sin necesidad de recurrir a Familias
en Acción (Trivelli y Yancari, 2008). El segundo canal está relacionado con la
adquisición de un nuevo activo: la tarjeta débito, que genera impactos psico-
lógicos debido a su carácter físico, pues la tenencia exclusiva de una cuenta
de ahorros produce sentimientos de propiedad y dominio. Por un lado, abre
la mente a nuevas oportunidades e impulsa a las mujeres pobres a considerar
opciones que antes no veían factibles. Igualmente, la tarjeta de ahorros en sí
misma representa un activo adicional que hace contrapeso al hecho de que
la mayoría de activos del hogar pertenecen a los hombres (Peña et al., 2012).
Bancarización y empoderamiento femenino
272
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Por estas dos características de la tarjeta se fomenta la autoestima y se for-
talece la habilidad de participar en los distintos ámbitos de la vida cotidiana.
Los dos canales mencionados favorecen la autonomía de las mujeres, exaltan
su rol protagónico, avivan su autoestima y proporcionan privacidad por ser
titulares de la cuenta (Alsop y Heinsohn, 2005). Y se genera un aumento en la
participación tanto en el hogar como en la comunidad debido a un incremento
en su acumulación de activos, lo que empodera a las madres.
Figura 1. Teoría del cambio - Posibles efectos de la bancarización en el
empoderamiento
1 2
Bancarización Cuenta
de ahoro
Adquisición de
nuevo activo
Nuevos instrumentos
financieros
Nuevas
oportunidades
Acumulación de
recursos - ahorro
Inclusión
sistema
financiero
4
Autonomía
Rol protagónico
Autoestima
Privacidad
5
6
Empoderamiento
Mayor
participación en
decisiones
del hogar
Mayor
participación en
actividades
sociales
Psicológico:
Visión para el futuro
Físico:
Cuenta de ahorros
3
Fuente: elaboración propia.
III. Datos
Familias en Acción inició operaciones en 2002 con una cobertura de 300 muni-
cipios rurales del país y en 2010 ya abarcaba 1.102 municipios, es decir, el
99,5% del territorio nacional (Velásquez, 2012). Durante este tiempo se han
construido varias bases de datos, que reúnen una muestra representativa de
la población beneficiaria y no beneficiaria. El primer levantamiento de datos
o línea de base, del 2002, incluye hogares que cumplen las características de
elegibilidad de Familias en Acción. En 2003 se hizo el primer seguimiento, en
el que se trataron 10.660 hogares, con 8.347 hogares de control, con un nivel
de atrición de 6,2% respecto a la línea de base. En 2006 se hizo el segundo
Camila Uribe Mejía 273
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
seguimiento, cuyo nivel de atrición corresponde al 11,5% entre el primer y el
segundo seguimiento. Finalmente, el tercer seguimiento de Familias en Acción
se realizó en 2010, siendo este el de mayor pérdida muestral, alrededor de un
20%. Esto quiere decir que desde el levantamiento de la línea de base solo el
42% de las familias se encuentran en el tercer seguimiento, lo que suma en
total 5.816 hogares que se han logrado seguir desde el inicio (Attanasio, 2004;
Attanasio y Gómez, 2006; García, 2012).
El programa viene acompañado paralelamente de otro proceso relacionado
con la forma de entrega del subsidio. Al inicio del programa la entrega del
dinero fue en oficinas bancarias, donde el monto se entrega en efectivo. Hacia
el 2008 surgieron las tarjetas electrónicas o “tarjetas eficaces”, sin acceso al
sistema financiero. Finalmente, en 2009 se inició el proceso de bancarización
de los hogares. Se entrega a cada madre beneficiaria una cuenta de ahorros
con su respectiva tarjeta débito, en la que recibe el monto de su subsidio. En
la figura 2 se observa una línea de tiempo que permite ver de manera senci-
lla el proceso que ha tenido el levantamiento de datos para la evaluación de
Familias en Acción, junto con la aplicación del proceso de bancarización. Se
observa que los levantamientos de datos más relevantes para la evaluación
son el segundo seguimiento (antes de la bancarización en el 2006) y el tercer
seguimiento (después de la bancarización en el 2010). Con estas dos bases se
hace un panel con observaciones antes y después del tratamiento para rea-
lizar la evaluación.
Figura 2. Línea de tiempo - Desarrollo de Familias en Acción
2002 2003 2006 2008 2009 2010
Línea de base
Inicial FeA
Primer seguimiento
Segundo seguimiento
Tarjetas recargables
Bancarización
Tercer seguimiento
Fuente: elaboración propia.
El proceso de bancarización comenzó el primer semestre de 2009 con una
convocatoria a las familias que contaban con acceso a las tarjetas recarga-
bles y que estaban ubicadas en las principales ciudades del país como Bogotá,
Bancarización y empoderamiento femenino
274
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Barranquilla, Cartagena, Neiva, Montería, Pasto, Armenia y Palmira. El gráfico
1 muestra el proceso hasta mediados de 2010, cuando el 88,2% de las familias
convocadas habían recibido la tarjeta (Acción Social, 2010). En el gráfico 2, por
su parte, se aprecia el avance a nivel municipal de la bancarización entre abril
de 2009 y junio de 2010. Se puede observar que a mediados de 2010 había
229 municipios a los que faltaba llegar con la bancarización.
Gráfico 1. Avance del proceso de bancarización (abril 2009 - junio 2010)
2.500.000
2.000.000
1.500.000
1.000.000
500.000
0
Número de familias
Abril - Diciembre/2009 Enero - Junio/2009 Proceso acumulado
Familias convocadas Familias bancarizadas
1.513.632
795.085710.805
1.324.428
2.326.717
2.052.164
Fuente: Acción Social (2010).
Gráfico 2. Avance del proceso de bancarización en los municipios (abril
2009 - junio 2010)
Número de municipios
800
0
Bancarizados
229
868
1.000
600
400
200
Por bancarizar
Fuente: Acción Social (2010).
Camila Uribe Mejía 275
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
La bancarización sucedió según las facilidades para su implementación en las
distintas ciudades y no fue un proceso aleatorio. Esta dificultad implica que
los lugares bancarizados pueden tener características diferentes a los no ban-
carizados: mayores niveles de desarrollo y del producto interno bruto (PIB) per
cápita, así como una mayor industria y la facilidad de acceso al sistema finan-
ciero. Por tanto, se requiere buscar soluciones para eliminar cualquier relación
que haya entre la elección de los municipios y el impacto de la bancarización
sobre el empoderamiento, pues solo así es posible tener dos grupos compara-
bles y hacer una evaluación sólida.
La segunda consideración de los datos está relacionada con el sesgo de selec-
ción en los hogares bancarizados en contraste con los no bancarizados. En el
gráfico 1 se observa que existe un grupo de familias en los municipios ban-
carizados que no recibieron la bancarización a pesar de haber sido convoca-
das. Esto puede deberse a características no observables de estos hogares que
influencian su decisión de no bancarizarse y, por ende, que pueden impedir la
comparabilidad entre los hogares bancarizados y los no bancarizados.
La tercera consideración es que el proceso de bancarización se realizó a mayor
velocidad que la que evidencian los registros oficiales. Revisando el gráfico 2, a
pesar de que había alrededor de 200 municipios sin bancarizar en 2010, algu-
nos hogares de estos municipios ya habían sido bancarizados. Esto se conoció
directamente en las oficinas del Departamento para la Prosperidad Social de
Colombia (DPS)4. Por tanto, es posible que haya contaminación entre el grupo
de tratamiento y el grupo de control.
En conclusión, existen tres problemas por considerar en el momento de realizar
la evaluación: a) los municipios de control y de tratamiento tienen diferen-
cias preexistentes, lo que genera problemas de comparabilidad, b) los hogares
deciden si bancarizarse o no cuando son convocados, lo que genera sesgo de
selección y c) hay hogares bancarizados en los municipios de control, lo que
genera contaminación entre los grupos de tratamiento y control.
4 Información suministrada a través de Hernando Sánchez, coordinador de la Unidad de Direccionamiento
Estratégico y Monitoreo de Familias en Acción, en el Departamento Nacional de Planeación. Contacto:
hsanchez@dps.gov.co.
Bancarización y empoderamiento femenino
276
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
IV. Metodología
Considerando las dificultades en los datos, se eligen los individuos a nivel de
hogar y no de municipio, es decir, que se seleccionan las madres bancarizadas
y no los municipios bancarizados. Para esto se usa el cuestionario de tercer
seguimiento que pregunta acerca de cómo reciben el subsidio los hogares: si
a través de una cuenta bancaria o no. Así se evita la contaminación entre los
grupos de tratamiento y control.
Para solucionar el problema de sesgo de selección se quisiera saber cuáles hoga-
res de control decidieron de manera voluntaria no bancarizarse y cuáles no han
tenido la oportunidad de decidir. Sin embargo, no hay datos para saberlo. Por
esto se implementa una metodología de dobles diferencias emparejadas, con
la que se elimina el sesgo de selección y las diferencias preexistentes. De esta
manera es posible utilizar grupos de control y de tratamiento comparables y
eliminar tanto el problema de sesgo de selección como el de las diferencias
preexistentes. Mediante dicha metodología se espera estimar los impactos de
la bancarización sobre el empoderamiento femenino.
La metodología por utilizar combina el método de soporte común con el de
diferencias en diferencias. El primer método supone que la asignación del
tratamiento se da según características observables de las personas. Por esta
razón, al utilizar información del mismo individuo en distintos periodos
de tiempo se eliminan los efectos de variables no observables constantes en
el tiempo que pudieron influenciar durante la selección del programa, como
por ejemplo, la opinión acerca del sistema financiero. Se realiza el análisis
dentro de un soporte común (subgrupo muestral que tiene características
similares) que asegura que los grupos de tratamiento y control son compa-
rables, lo que elimina las diferencias preexistentes en municipios y hogares.
El segundo método se aplica seguido de la obtención del soporte común. El
método extrae el impacto directo del programa y lo separa de posibles efec-
tos causados por el tiempo o por el hecho de la bancarización. Se permite así
obtener un coeficiente exclusivo del impacto del programa de bancarización
sobre el empoderamiento.
Con el uso de dicha metodología y utilizando el panel creado con las bases de
2006 y 2010, se van a abordar dos preguntas acerca del empoderamiento de las
mujeres. Se evalúa si la bancarización tiene efectos sobre el empoderamiento
Camila Uribe Mejía 277
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
en: a) las decisiones en el hogar y b) las decisiones relacionadas con la
participación en actividades sociales.
A. Evaluación del empoderamiento femenino en las
decisiones del hogar
El ejercicio 1 evalúa el impacto de la bancarización sobre el empoderamiento
de las mujeres a nivel del hogar. La medida de empoderamiento se calcula
con la información de encuestas, dado que se busca medir la diferencia en el
aumento del poder de decisión entre el grupo de tratados y el grupo de con-
troles. El anexo 1 presenta las cuatro preguntas relevantes del cuestionario
que miden el agency de las mujeres. La primera hace referencia a la decisión
de llevar a los hijos al médico cuando están enfermos. La segunda indaga
sobre quién decide llevar a los hijos a la escuela cuando no quieren ir. La ter-
cera averigua quién decide cuánto se gasta en comida y la cuarta quién decide
cómo gastar el dinero extra que entra al hogar. A partir de estas preguntas se
evalúa el poder de decisión en aspectos del hogar como los hijos, el consumo
de alimentos y el dinero. Cada una de estas variables de decisión tomará el
valor de 1 si la madre decide y de 0 en caso contrario. La medida de empode-
ramiento está soportada en Peña, Ibáñez y Arias (2013).
1. Metodología
La muestra utilizada para medir el empoderamiento se restringe a un grupo de
mujeres que cumplen cuatro condiciones. La primera: las madres tienen infor-
mación en las encuestas de 2003, 2006 y 2010, requisito necesario para realizar
la prueba de tendencias paralelas y la evaluación del impacto. La segunda: las
mujeres deben permanecer casadas o en unión libre entre 2006 y 2010, para
evaluar la toma de decisiones en hogares biparentales. La tercera: el beneficia-
rio es mujer. La cuarta: las mujeres encuestadas son beneficiarias. Al restringir
la muestra, el panel 2003-2010 pasa de tener 1.356 mujeres a 316, con una
pérdida muestral del 76%. A pesar de lo significativa que es la pérdida con las
mujeres restantes, es posible hacer el análisis para este subgrupo muestral y
concluir para mujeres con características similares.
La base de datos de las madres beneficiarias que se encuentran casadas o en
unión libre durante todos los periodos (2006 y 2010) cuenta con un 69% de
Bancarización y empoderamiento femenino
278
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
mujeres bancarizadas. El grupo de tratamiento está compuesto por las muje-
res beneficiarias casadas o en unión libre que son titulares del subsidio y que
están bancarizadas antes del tercer seguimiento. El grupo de control son sus
pares no bancarizadas.
En 2006 se observa que el grupo de madres beneficiarias que forman parte
de la evaluación tienen, en promedio, 39 años de edad, el 67% no trabaja y la
mayoría están en estratos 1 y 2, correspondiendo el estrato 1 al 67% de la
población, el estrato 2 al 22%, el estrato 3 al 10% y el estrato 4 al 1%. El
porcentaje de estos hogares que vive en zonas rurales es similar al que vive
en zonas urbanas (47% frente al 53%, respectivamente). Los hogares de estas
madres tienen en promedio siete integrantes, de los cuales alrededor de tres
son menores. Además, los ingresos promedio de cada hogar son $ 311.479
COP. El cuadro 1 muestra las diferencias de medias entre tratadas y contro-
les en variables sociodemográficas antes de la implementación del programa.
Se observa que los hogares bancarizados tienen en general menos ingresos y
gastos, más hijos vivos y sus madres son menores que las madres no tratadas.
Además, participan menos en el mercado laboral. Estas diferencias evidencian
que los grupos de comparación tienen diferencias en variables observables a
nivel individual (madre y padre) y a nivel de hogar.
Para verificar tendencias paralelas5 se grafica el comportamiento de las deci-
siones a nivel hogar en los dos periodos antes del tratamiento (2003 y 2006)
para el grupo bancarizado y el no bancarizado. Este grupo consta de las madres
que están casadas y en unión libre desde 2003 hasta 2010 y, por tanto, son
representativas de las madres casadas entre 2006 y 2010 dado que representan
más del 80% de estas mujeres. En el anexo 2 se demuestra la representativi-
dad, dado que las madres de la muestra de tendencias son una muestra alea-
toria de la muestra usada en la evaluación. Esto se hace para evitar mayor
pérdida muestral. El gráfico 3 muestra que la decisión de llevar a los niños al
médico parece tener una misma tendencia para ambos grupos, dado que se
observa una pendiente muy similar de ambas rectas antes del tratamiento.
Esto implica que la diferencia del porcentaje de madres que deciden acerca de
5 El método de diferencias en diferencias supone la existencia de tendencias paralelas: las variables de interés
del grupo de tratamiento y del grupo de control tienen un comportamiento similar antes de la inter-
vención.
Camila Uribe Mejía 279
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Cuadro 1. Estadísticas descriptivas antes del tratamiento
Tipo de
variable Variable Núm.
de obs.
Media
Diferencia
Mujeres
bancarizadas
Mujeres no
bancarizadas
Variables
de la
madre
Años de educación 268 6,857895 7,216867 -0,358972
Edad 316 37,5 40,75258 -3,25258***
Nivel de educación 316 1,831858 1,948454 -0,116596
Trabaja (1 = sí, 0 = no) 273 0,3 0,3875 -0,0875
Variables
del jefe del
hogar
Años de educación 308 8,097674 8,602151 0,504477
Ingreso laboral 238 231.789,2 269.851,1 -38.061,9*
Edad 300 41,90338 45,86747 -3,96409***
Variables
del hogar
Deudas hogar 247 832.173,3 1.512.893 -68.0719,7***
Ingreso familiar 288 300.718,9 332.412,7 -31.693,8
Monto del subsidio 191 125.395,7 103.910,7 21.485**
Gasto en ropa de hombre 316 29.522,12 52.721,65 -23.199,53**
Gasto en ropa de mujer 316 25.327,43 49.494,85 -24.167,42**
Gasto en ropa de niño 316 30.690,27 53.422,68 -22.732,41**
Gasto en ropa de niña 316 31.269,91 51.030,93 -19.761,02**
Gasto medio del hogar 314 263.382,2 306.164,9 -42.782,7**
Gasto artículos para hogar 316 92.816,37 73.989,69 18.826,68
Gasto en alimentos 311 59.051,76 62.118,53 -3.066,77
Estrato 297 1,112676 1,230769 -0,118093
Zona (1 = urbano, 0 = rural) 316 0,5221239 0,5463918 -0,0242679
Casa propia (1 = sí, 0 = no) 316 0,6902655 0,6907216 ,-0,0004561
Ahorro en ent. bancaria 316 1,99115 1,989691 0,0014589
Ahorro en ent. no bancaria 316 1,995575 1,958763 0,0368120**
Hay deudas (1 = sí, 2 = no) 316 1,216814 1,216495 0,000319
Total miembros del hogar 316 7,752212 7,762887 -0,010675
Miembros del hogar (0-6) 316 1,663717 1,206186 0,457531**
Miembros del hogar (7-12) 316 1,438053 0,8969072 0,54114***
Miembros del hogar (13-17) 316 1,438053 0,8969072 -0,1429615
Número de hijos vivos 315 4,951111 4,783505 0,167606
Notas: *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
Bancarización y empoderamiento femenino
280
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
llevar a su hijo al médico entre 2003 y 2006 en el grupo de tratados es similar
a esta misma diferencia para el grupo de control. Igualmente se puede obser-
var en los gráficos 4, 5 y 6 una tendencia similar en los años pretratamiento
entre madres bancarizadas y no bancarizadas, en cuanto a la decisión de llevar
a los hijos a la escuela, el consumo de alimentos y el dinero extra del hogar.
Gráfico 3. Decisión acerca de llevar a los hijos al médico cuando están enfermos
% madres que deciden en su hogar
56
2003
Año
2006
54
52
50
48
46
44
Tratados
No tratados
Fuente: elaboración propia.
Gráfico 4. Decisión acerca de llevar a los hijos a la escuela
% madres que deciden en su hogar
60
2003
Año
2006
50
40
30
20
10
0
Tratados No tratados
Fuente: elaboración propia.
Camila Uribe Mejía 281
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Gráfico 5. Decisión acerca de la comida del hogar
% madres que deciden en su hogar
33
2003
Año
2006
32
31
30
29
28
27
Tratados No tratados
Fuente: elaboración propia.
Gráfico 6. Decisión acerca del dinero extra
% madres que deciden en su hogar
40
2003
Año
2006
30
20
10
0
Tratados No tratados
Fuente: elaboración propia.
Las figuras brindan una intuición pero no son contundentes. Por esto se rea-
liza la prueba estadística de tendencias paralelas usando el modelo de dife-
rencias en diferencias en los periodos pretratamiento. Este modelo parte de
una regresión cuya variable dependiente es la probabilidad de que la madre
decida y las variables independientes son una dummy de tiempo que toma el
valor de 1 para la observación en el 2006 y el valor de 0 para la observación
Bancarización y empoderamiento femenino
282
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
en 2003, una dummy de tratamiento que toma el valor de 1 para madres que
se bancarizan y el valor de 0 para madres no bancarizadas, y la interacción
entre el tratamiento y el tiempo, como se observa en la regresión 1.
Regresión 1
Pr(madre decide B B periodo B tratamiento = 1) =
0 1 2
+ +
+B periodo tratamiento
3
La regresión evalúa si la pendiente de las rectas es estadísticamente igual
entre los grupos de tratamiento y control. El cuadro 2 muestra los resultados de
cada regresión y las observaciones de la muestra. Por ejemplo, para el caso
de la decisión de ir al médico hay 580 observaciones; es decir, que se usa la
información de 290 mujeres casadas que contestan en ambos periodos y son
beneficiarias. La interacción entre el tiempo y el tratamiento no es significa-
tiva y, por tanto, hay tendencias paralelas.
Cuadro 2. Verificación empírica del supuesto de tendencias paralelas
Variables Decisión
médico
Decisión
escuela
Decisión
comida
Decisión
dinero extra
Tratamiento -0,030 -0,009 -0,076 -0,009
[0,066] [0,066] [0,062] [0,076]
Periodo 0,000 -0,157** -0,046 0,311***
[0,078] [0,077] [0,070] [0,105]
Interacción entre periodo y
tratamiento
-0,010 0,100 0,052 -0,014
[0,093] [0,092] [0,087] [0,070]
Observaciones 580 580 580 572
Notas: errores estándar en corchetes cuadrados; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
Luego se restringe la muestra a un soporte común. Así se garantiza la comparabilidad
entre tratados y controles usando la regresión que modela la probabilidad de
ser tratado según características observables de los hogares y los municipios.
La regresión está fundamentada en las variables que usa Attanasio (2004) en
sus evaluaciones de impacto de Familias en Acción para predecir qué hogares
son comparables. En el anexo 3 se observan los resultados de estas regresiones.
Las variables independientes describen características del hogar que pueden
Camila Uribe Mejía 283
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
estar relacionadas con el nivel de desarrollo del municipio y del hogar. Por
ejemplo, la zona de residencia, ya que las zonas urbanas tienen mayor acceso
al sistema financiero. De igual forma, el estrato y características del hogar
como el material del techo o el acceso a servicios públicos afectan el hecho
de estar bancarizado, dado que están relacionadas con el ingreso del hogar
y el acceso a servicios financieros del municipio. Por último, las variables que
describen características del municipio son relevantes, pues eliminan el sesgo
que existe en la selección de los primeros municipios bancarizados. El gráfico
7 evidencia la distribución de kernel que se produce a partir del valor de
probabilidad límite obtenido de la regresión 2.
Gráfico 7. Distribuciones de probabilidad de ser tratado
Densidad - Valor de probabilidad
3
Controles Tratamientos
2
1
Puntaje de propensión
0
0 0,2 0,4 0,6
x
0,8 1
Fuente: elaboración propia.
Modelando la probabilidad de formar parte del tratamiento, se obtiene un
soporte común de 281 mujeres que se encuentran entre las dos líneas verti-
cales del gráfico 7. Esto simula una aleatorización, dado que se controla por
características que determinan el tratamiento.
2. Resultados
Utilizando la muestra del soporte común, se realiza la segunda parte de la
metodología: las diferencias en diferencias. La regresión 2 evidencia cómo se
Bancarización y empoderamiento femenino
284
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
calculó la probabilidad de que la madre decida en el hogar y el efecto de la
bancarización en dicha probabilidad.
Regresión 2
Pr( = 1) = decidir B Btratamiento B periodo B tratamiento
0 1 2 3
+ + + periodo
B B estrato ahorro_ent_b
5
+ +
4aancaria
educación_
6
7
+
+
B hay_deudas
Bmmadre total_miembros
edad_muj
8
+
+
B
B9eer
Las variables independientes son las variables del modelo de diferencias en dife-
rencias y los controles que generan estimadores insesgados. Las primeras son
el periodo (toma el valor de 1 para el 2010 y de 0 para el 2006) que explica la
probabilidad de que la madre decida debido a cambios en el tiempo, la variable
de tratamiento que explica la probabilidad de que la madre decida según el
tratamiento (toma el valor de 1 para las madres bancarizadas y de 0 para las
no bancarizadas) y la interacción entre periodo y tratamiento, que se refiere al
efecto limpio de la bancarización sobre el empoderamiento. Las segundas son
características de las madres y sus hogares como la educación de la madre, la
edad de la madre, el estrato, si el hogar tiene deudas, los miembros del hogar
y el tipo de ahorro. Estos controles son elegidos según su importancia teórica
y la disponibilidad de la información para maximizar la cantidad de observa-
ciones en la regresión. Los cálculos tienen en promedio 487 observaciones, es
decir, cada regresión cuenta con 244 mujeres encuestadas en 2006 y 2010. El
cuadro 3 muestra los resultados.
Cuadro 3. Empoderamiento
Variables Decisión médico Decisión escuela Decisión comida Decisión dinero extra
Tratamiento 0,053 0,107 0,016 -0,001
[0,075] [0,075] [0,073] [0,073]
Periodo -0,119 0,001 0,028 0,027
[0,091] [0,093] [0,084] [0,085]
Interacción de
tratamiento y periodo
0,120 0,009 -0,007 0,010
[0,102] [0,105] [0,096] [0,097]
Observaciones 488 482 492 486
Notas: errores estándar en corchetes cuadrados; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
Camila Uribe Mejía 285
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Se observa que la bancarización no empodera a las madres en ninguno de los
aspectos de empoderamiento a nivel del hogar. Los resultados sugieren que la
bancarización en Colombia no afecta el empoderamiento de las madres bene-
ficiarias de Familias en Acción. El efecto negativo de la transferencia condi-
cionada sobre el empoderamiento (documentado por Camacho y Rodríguez,
2012) no se está mitigando con la bancarización, pero al menos demuestra
un efecto no negativo. Dado que las mujeres bancarizadas no están teniendo
efectos negativos sobre el empoderamiento, el hecho de recibir la bancari-
zación y no disminuir de nuevo su poder en las decisiones del hogar implica
que la tarjeta débito no es causante de los efectos perversos de las transfe-
rencias condicionadas.
Es posible que el hecho de que la bancarización no genere ningún efecto sobre
el empoderamiento se deba a que el impacto de esta se observa en ciertos
grupos de mujeres en contraste con otros. Se calculan efectos heterogéneos
con variables que pueden afectar la intensidad del impacto. Sin embargo, los
resultados son similares a los anteriores. No se encuentran efectos hetero-
géneos cuando se realizan regresiones para urbano-rural, para mujeres sin
acceso previo al sistema financiero. Los resultados se encuentran en el anexo
4. También se hacen los cálculos por años de educación de la madre y según
la edad de esta, pero de nuevo los resultados no son alentadores.
B. Evaluación del empoderamiento a nivel social
El segundo ejercicio busca encontrar el efecto de la bancarización sobre el
empoderamiento social de las mujeres, el cual corresponde a un aumento en
la disposición a participar en organizaciones de distintos tipos. Allí se sienten
valoradas y adquieren poder de decisión en temas relacionados con la comu-
nidad. Además, aumentan su autoestima y empiezan a considerarse relevan-
tes para el grupo social que las rodea.
Para evaluar el empoderamiento a nivel social se utiliza la pregunta del
cuestionario de Familias en Acción acerca de la participación en algún tipo
de organización a lo largo de los seis meses previos a la encuesta. La pregunta
abarca tres tipos de organizaciones. La primera indaga sobre la participación
en la junta de acción comunal, la junta de la vereda o alguna asociación
de vecinos. La segunda sobre la participación en algún grupo religioso. La
última sobre la participación en otra(s) organización(es), como cooperativas,
Bancarización y empoderamiento femenino
286
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
sindicatos, agremiaciones de productores, clubes deportivos, organizaciones no
gubernamentales, asociaciones de vigilancia y seguridad, grupos de mujeres,
entre otras. En el anexo 5 se encuentra la pregunta del formulario.
1. Metodología
La medida de empoderamiento a nivel comunal no requiere que las mujeres ten-
gan un determinado estado civil, por esto la muestra se restringe solo a muje-
res que sean beneficiarias entre 2003 y 2010. En total quedan 1.306 mujeres
que cumplen con estas condiciones de las 1.356 iniciales. En este caso la pér-
dida muestral no es considerable, sin embargo el ejercicio se repite más ade-
lante únicamente con las madres casadas o en unión libre. Esto con el fin de
demostrar que el tamaño de la muestra en este caso no explica los resultados.
En 2006 se observa que el grupo de madres de esta muestra tienen en pro-
medio 41 años de edad, el 52% no trabaja y la mayoría están en estratos 1 y
2, siendo de estrato 1 el 68% de la población, de estrato 2 el 24%, de estrato 3
el 7% y de estrato 4 el 1%. De estos hogares el 60% vive en zonas urbanas
frente a un 40% que vive en zonas rurales. En general, los hogares de estas
madres tienen en promedio siete integrantes, de los cuales alrededor de tres
son menores de edad. Además, los ingresos promedio de las familias corres-
ponden a $ 267.258.
Debido a la inexistencia de aleatorización en el experimento, se calculan las
diferencias de medias de las variables observables y relevantes entre los gru-
pos tratados (mujeres bancarizadas) y los grupos no tratados (mujeres no
bancarizadas).
Existen diferencias significativas entre las madres bancarizadas y las no
bancarizadas. La edad del jefe del hogar es al parecer estadísticamente
diferente (los jefes del hogar de madres tratadas tienen alrededor de tres
años menos que sus pares no tratados). Las diferencias se ven en variables
relacionadas con ingresos, egresos y el monto del subsidio. Al parecer, los
ingresos familiares y los gastos son mayores para las madres no tratadas,
mientras que el subsidio de la transferencia condicionada es mayor para los
hogares bancarizados.
Camila Uribe Mejía 287
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Cuadro 4. Estadísticas descriptivas para todas las madres
Tipo de
variable Variable Núm. de
obs.
Media
Diferencia
Mujeres
bancarizadas
Mujeres no
bancarizadas
Variables
de la
madre
Años de educación 1.056 7,424818 7,221024 0,203794
Edad 1.306 39,70517 43,94105 -4,23588
Nivel de educación 1.305 1,867629 1,780591 0,087038
Trabaja (1 = trabaja,
0 = no trabaja) 1.179 0,470745 0,489461 -0,0187167
Variables
del jefe del
hogar
Años de educación 1.280 8,257353 8,081897 0,175456
Ingreso laboral 531 244.232,4 271.760,8 -27.528,4*
Edad 661 45,89165 49,23853 -3,34688***
Variables
del hogar
Deudas hogar 988 763.764,9 958.017,6 -194.252,7**
Ingreso familiar 1.060 252.296,6 294.701 -42.404,4***
Monto del subsidio 747 109.638,8 88.969,83 20.668,9***
Gasto en ropa de
hombre 1.306 28.514,08 38.724,21 -10.210,13**
Gasto en ropa de
mujer 1.306 31.281,95 35.947,37 -4.665,42
Gasto en ropa de niño 1.306 30.688,57 36.469,47 -5.780,9
Gasto en ropa de niña 1.306 31.846,81 35.092,63 -3.245,82
Gasto promedio del
hogar 1.292 240.159 263.851,8 -23.692,8***
Gasto artículos para
el hogar 1.305 54.157,23 43.551,58 10.605,65
Gasto en alimentos 1.289 54.501,27 56.242,67 -1.741,4
Estrato 1.256 1,139825 1,29011 -0,15028***
Zona (1 = urbano,
0 = rural) 1.306 0,592058 0,614737 -0,022679
Casa propia (1 = sí,
0 = no) 1.306 0,618532 0,633684 -0,0151523
Ahorro en entidad
bancaria 1.306 1,984356 1,981053 0,003303
Ahorro en entidad no
bancaria 1.306 1,98556 1,981053 0,004507
Hay deudas (1 = sí,
2 = no) 1.306 1,234657 1,246316 -0,01166
Total de miembros en
el hogar 1.306 7,436823 7,071579 0,36524400*
Notas: *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
Bancarización y empoderamiento femenino
288
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Dadas las diferencias observables entre tratados y controles, se realiza un
modelo de dobles diferencias emparejadas similar al del ejercicio previo. Se
prueban tendencias paralelas. En los gráficos 8, 9 y 10 se observa el comporta-
miento a lo largo del tiempo en 2003 y 2006 para el grupo tratado y el grupo
no tratado de la variable de participación en juntas de acción comunal, la de
participación en grupos religiosos y la de participación en otras organizacio-
nes, respectivamente.
Gráfico 8. Participación en juntas de acción comunal
Porcentaje madres que participan
20
2003
Año
2006
15
10
5
0
No tratados
Fuente: elaboración propia.
Gráfico 9. Participación en grupos religiosos
Porcentaje madres que participan
12
2003
Año
2006
10
6
4
0
8
2
Tratados No tratados
Fuente: elaboración propia.
Camila Uribe Mejía 289
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Gráfico 10. Participación en otras organizaciones
Porcentaje madres que participan
7
2003
Año
2006
6
4
3
0
5
2
1
Tratados No tratados
Fuente: elaboración propia.
El gráfico 8 no evidencia contundentemente si existen o no tendencias parale-
las. No es claro si la participación en juntas de acción comunal tiene la misma
tendencia antes del tratamiento para ambos grupos, dado que se observa una
pendiente similar pero no idéntica de ambas rectas a lo largo de estos dos años.
Asimismo, se puede observar en los gráficos 9 y 10 una tendencia ligeramente
distinta a lo largo de los años pretratamiento para la participación en grupos
religiosos y otras organizaciones. Dado que las gráficas no son contundentes
con sus resultados, se muestra en el cuadro 5 la prueba estadística usando un
modelo de diferencias en diferencias para los periodos pretratamiento.
Cuadro 5. Verificación empírica del supuesto de tendencias paralelas
Variables Participación en
acción comunal
Participación en
grupo religioso Participación en otra org.
Tratamiento -0,032* 0,007 -0,000
[0,018] [0,017] [0,009]
Periodo 0,031* 0,021 -0,023*
[0,016] [0,019] [0,012]
Tratamiento*periodo -0,025 -0,016 -0,023*
[0,020] [0,023] [0,013]
Observaciones 2.610 2.612 2.610
Notas: errores estándar en corchetes; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
Bancarización y empoderamiento femenino
290
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
La interacción entre el tratamiento y el periodo es no significativa para las
variables de participación en la junta de acción comunal y en grupos religiosos,
lo que afirma tendencias paralelas. Sin embargo, para la participación en otras
organizaciones es significativa al 10%. Es factible que exista una leve diferencia
de la pendiente en esta variable, razón por la cual esta se elimina del análisis.
Se realiza el soporte común para tener una muestra cuyos grupos de trata-
miento y de control sean comparables. Usando la misma regresión utilizada
anteriormente, obtenemos un soporte común que pasa de una muestra total
de 1.306 madres que cumplen con las condiciones necesarias a tener solo 909.
En el gráfico 11 se observan las distribuciones de cada uno de los grupos y se
evidencia la zona de la muestra elegida entre las dos líneas verticales. Ade-
más, en el anexo 6 se presentan los resultados de la regresión.
Gráfico 11. Distribuciones de probabilidad de ser tratado
Densidad - Valor de probabilidad
2
Controles Tratamientos
1,5
1
Puntaje de propensión
0
0 0,2 0,4 0,6
x
0,8 1
0,5
Fuente: elaboración propia.
2. Resultados
Con la muestra restringida al soporte común, se define un modelo que
elimina las preexistencias controlando por factores observables que pueden
afectar la decisión de participar o no en las diferentes organizaciones. Se
Camila Uribe Mejía 291
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
modela la probabilidad de participar con las variables independientes, donde
existen diferencias entre el grupo de control y el grupo de tratados. La
regresión 3 calcula la probabilidad de participar en alguno de los tres tipos de
organizaciones, dadas las variables pertenecientes al modelo de diferencias
en diferencias y a las variables independientes. No se incluye la edad del jefe
o el ingreso familiar debido a insuficiencia de información. Los resultados del
modelo de diferencias en diferencias se observan en el cuadro 6.
Regresión 3
Pr( = 1) = periodo
Participación B B tratamiento B
0 1 2
+ +
tratamiento periodo estrato+ +B B
3 4
ahoro_ent_bancaria+ +B B
5 6hhay_deudas
educación_m +B7aadre total_miembros
+
+
B
B
8
9eedad_mujer
Cuadro 6. Probabilidad de participar - Diferencias en diferencias
Variables Participación en acción
comunal Participación en grupo religioso
Tratamiento -0,067** -0,016
[0,028] [0,013]
Periodo -0,045 -0,016
[0,028] [0,013]
Tratamiento*periodo 0,080** 0,007
[0,036] [0,016]
Observaciones 1.565 1.565
Notas: errores estándar en corchetes cuadrados; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
La bancarización tiene un efecto positivo en la participación en organizacio-
nes de acción comunal. Estar bancarizada aumenta la probabilidad de par-
ticipar en la junta de acción comunal, la junta veredal o alguna asociación
de vecinos en ocho puntos porcentuales, a un 95% de confianza. Al recibir el
subsidio las madres generan capital social para ellas mismas y aportan con su
trabajo a la comunidad. Les da un impulso adicional para entrar a formar parte
de organizaciones en pro del bienestar social. Los canales del efecto pueden
Bancarización y empoderamiento femenino
292
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
ser más tiempo libre, dadas las facilidades que ofrece la inclusión financiera,
mayor empoderamiento o mayor deseo de ayudar al desarrollo, dados los nue-
vos beneficios que se descubren.
Las madres reciben la tarjeta débito y obtienen un incentivo adicional que les
da seguridad, tiempo y conocimientos sobre el desarrollo financiero. Su pro-
babilidad de tener capital social aumenta dado que al tener un nuevo activo
se incentivan a participar en organizaciones locales del gobierno: se podría
pensar que son capaces de asumir nuevas responsabilidades con más ahínco,
pues su autopercepción mejora al recibir acceso al sistema financiero.
Para analizar el tamaño de este efecto se hacen los siguientes análisis. En 2010
la cantidad de madres de esta muestra que todavía no reciben bancarización es
de 309. De estas solo 32 participan actualmente en las juntas de acción comunal.
Es decir, que hay 277 mujeres que no se han bancarizado y que no participan.
Si este grupo de mujeres se bancarizara, tendría ocho puntos porcentuales
más de probabilidad de participar. En otras palabras, en caso de ser bancari-
zadas, 24 de las 277 mujeres empezarían a participar. La cantidad de mujeres
que participan casi que se duplicaría.
Se calculan efectos heterogéneos para saber en qué grupos de mujeres el
efecto es mayor. Hay una diferencia entre el impacto de la bancarización en
la participación en juntas de acción comunal en las mujeres rurales frente a
las mujeres urbanas. El cuadro 7 muestra los resultados.
Para conocer la significancia del impacto diferenciado es necesario realizar
una prueba que corrobore que la suma entre el beta de la interacción entre
urbano, tratamiento y periodo y el beta de la interacción entre tratamiento y
periodo es significativa. Se observa a continuación que para el caso de la par-
ticipación en acción comunal se rechaza la hipótesis nula de que la suma es
igual a cero. No sucede lo mismo en los otros casos.
Dado lo anterior, el sector urbano hace que la bancarización tenga un mayor
impacto sobre la participación en juntas de acción comunal. Estar bancari-
zado y vivir en zonas urbanas hace que al bancarizar a la madre beneficiaria
su probabilidad de participar en juntas de acción comunal aumente en 0,208.
Para diferencias en educación no fue posible realizar el cálculo debido a insu-
ficiencia de información.
Camila Uribe Mejía 293
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Cuadro 7. Probabilidad de participar con efectos heterogéneos según zona
de residencia
Variables Participación en acción
comunal
Participación en
grupos religiosos
Tratamiento -0,024 -0,008
[0,024] [0,032]
Periodo 0,033 0,051
[0,026] [0,035]
Tratamiento*Periodo 0,009 0,041
[0,035] [0,049]
Urbano*Tratamiento -0,069*** 0,001
[0,023] [0,031]
Urbano*Periodo -0,109*** -0,012
[0,023] [0,036]
Urbano*Tratamiento*Periodo 0,199** -0,006
[0,089] [0,053]
Observaciones 1.742 1.744
Notas: errores estándar en paréntesis cuadrados; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Ho: Tratamiento*Periodo + Urbano*Tratamiento*Periodo = 0
Ha: Tratamiento*Periodo + Urbano*Tratamiento*Periodo 0
chi2(1) = 13,25
Prob > chi2 = 0,0003
Fuente: elaboración propia.
3. Resultados solo para mujeres casadas
A continuación se presenta un ejercicio adicional acerca de la participa-
ción, pero solo para la muestra de mujeres casadas. Se intenta observar si las
madres casadas se empoderan en cuanto a su participación social, a pesar de
que no se empoderen en sus hogares. Con este nuevo análisis es posible dar
una idea acerca de qué tanto afecta el tamaño de la muestra en el ejercicio
de empoderamiento.
Bancarización y empoderamiento femenino
294
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Se toma la muestra de mujeres casadas utilizada en el primer ejercicio, con el
mismo soporte común. Se verifica el supuesto de tendencias paralelas con
regresión empírica y en el anexo 7 se muestran los gráficos que evidencian el
comportamiento de las variables de participación para las madres casadas antes
de la intervención (entre 2003 y 2009). Tanto la participación en las acciones
comunales como la participación en grupos religiosos, tienen coeficientes no
significativos en la interacción entre tratamiento y periodo.
Cuadro 8. Verificación empírica del supuesto de tendencias paralelas
Variables Participación en
acción comunal
Participación en
grupo religioso
Participación en
otra organización
Tratamiento -0,098** -0,019 -0,016
[0,043] [0,034] [0,023]
Periodo -0,000 -0,031 0,005
[0,032] [0,039] [0,023]
Tratamiento*periodo 0,006 0,044 -0,060**
[0,046] [0,054] [0,026]
Observaciones 632 632 632
Notas: errores estándar en corchetes; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
Se muestran los resultados para las madres casadas en cuanto a la acumu-
lación de capital social dada la bancarización. Las primeras dos variables de
participación son las únicas que cumplen con el supuesto de tendencias para-
lelas. Se calcula la probabilidad de participar de las madres casadas frente a
la participación en la junta de acción comunal y la participación en un grupo
religioso. La regresión incluye los mismos controles utilizados en el ejercicio
de empoderamiento mostrados a continuación y el cuadro 9 muestra los resul-
tados de la evaluación.
Regresión 4
Pr( = 1) pemadres casadas a participar B B tratamiento B= + +
0 1 2 rriodo
tratamiento periodo+B3
estrato ahoro_ent_banca+ +B B
4 5 rria
hay_deudas+B6
educación_madre+B7
total_miembros+ +B B
8 9eedad_mujer
Camila Uribe Mejía 295
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Cuadro 9. Probabilidad de participar de madres casadas - Diferencias en diferencias
Variables Participación en acción
comunal
Participación en grupo
religioso
Tratamiento -0,162*** 0,067
[0,059] [0,044]
Periodo -0,095* 0,109*
[0,053] [0,057]
Tratamiento*periodo 0,151** -0,045
[0,070] [0,063]
Observaciones 494 494
Notas: errores estándar en corchetes cuadrados; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
Se observa que para las madres casadas el impacto en la participación sigue
siendo significativo y positivo. Además, se considera grande, pues sabemos
que de la muestra de mujeres casadas o en unión libre hay 80 mujeres que
en 2010 no fueron bancarizadas. De estas solo el 12% participa en juntas de
acción comunal, es decir, solo 9 mujeres participan. Si bancarizáramos a las 71
mujeres restantes, empezaría a participar el 15% de este grupo. En total, 10
mujeres empezarían a participar en las juntas de acción comunal. Esto duplica
el número de mujeres que antes participaba.
V. Conclusiones
La evidencia estadística demuestra que la bancarización de Familias en Acción
empodera a las madres a nivel social, independientemente de su estado civil.
La inclusión financiera aumenta la participación activa de las madres en la
sociedad, lo que se traduce en un mayor capital social en el entorno donde
viven. Es así como el empoderamiento personal generado con la bancarización
se refleja tanto en el bienestar personal como en el bienestar de la comunidad.
Obtener una tarjeta débito puede proporcionar seguridad y autonomía y ade-
más otorgar responsabilidades. Al entrar a formar parte del sector financiero
es posible que las madres adquieran un sentido de estabilidad y protección
que se garantice con el apoyo económico de la bancarización. Igualmente es
Bancarización y empoderamiento femenino
296
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
factible que al recibir la tarjeta el tiempo usado en trámites se reduzca y, por
tanto, tengan más tiempo para participar en otras actividades.
El hecho de que la bancarización no tenga impactos sobre el empoderamiento
en el hogar de las madres se puede deber a varios motivos. Por un lado, el plan
de bancarización no profundiza en el potencial cambio cultural que un nuevo
instrumento financiero puede generar en relación con el empoderamiento. Es
posible que sea necesario un mayor afianzamiento de la política en este sen-
tido, pues sin una intervención de acompañamiento no será posible revertir
los efectos perversos de las transferencias condicionadas sobre el empode-
ramiento en Colombia. Aunque no se descarta que la bancarización sea un
buen comienzo dado que los efectos son positivos pero no significativos, es
pertinente una política que, en compañía de la bancarización, eduque sobre
el significado del sector financiero y se enfoque en empoderar a las madres.
Dicha intervención podría reforzar el impacto e impulsar un efecto positivo
y significativo. Un ejemplo que ha funcionado en otros países son las charlas
educativas a las familias beneficiarias, en donde se tocan temas de las deci-
siones en el hogar y la importancia de las mujeres en el desarrollo de este.
En temas de capital social la bancarización tiene efectos positivos sobre las
madres beneficiarias, tanto para las casadas o en unión libre como para todas
las madres de la muestra. Las primeras aumentan en quince puntos porcen-
tuales la probabilidad de participar en juntas de acción comunal, juntas vere-
dales o grupos de vecinos. Las segundas tienen un impacto positivo de ocho
puntos porcentuales en la probabilidad de participar en las mismas organiza-
ciones. Las madres casadas o en uniones libres, aunque no se empoderan en
el hogar, sí se empoderan en cuanto a capital social. Este análisis permite dar
una idea de que el tamaño de la muestra, aunque pequeño, es suficiente para
encontrar el impacto y además da luces acerca de los impactos diferenciados
entre madres con compañero hombre en su hogar frente a todas las madres.
El aumento en la probabilidad de participar en los gobiernos locales implica
que la bancarización sí genera efectos sobre las decisiones personales de las
madres con respecto a su vida social. Estas mujeres se incentivan a formar
parte de asociaciones encargadas de tomar decisiones relacionadas con su
comunidad y el bienestar general de la sociedad que las rodea. Desde una
perspectiva cualitativa, las 45.000 juntas de acción comunal que existen en
Colombia están conformadas por líderes de la comunidad en términos políticos
Camila Uribe Mejía 297
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
y sociales, cuya labor consiste en gobernar la esfera local de la Administración
nacional. La proporción de mujeres que se encuentra en este escalafón polí-
tico es inferior a la de los hombres. En Bogotá, por ejemplo, hacia el 2005 el
total de dignatarias femeninas en las juntas de acción comunal correspondía
al 37,5% (Alcaldía Mayor de Bogotá, D. C., 2005). Si las madres se incentivan
a participar más en este tipo de organizaciones, habría más líderes femeninas
locales y sus decisiones tendrían impactos en proyectos y normativas relevantes
dentro de su zona de residencia. Dados los impactos encontrados, la bancari-
zación estaría incrementando el porcentaje de participación ciudadana de las
mujeres en quince puntos porcentuales para las que están casadas y en ocho
puntos porcentuales para toda la muestra, casi alcanzando una participación
equitativa entre hombres y mujeres en la esfera política local. Además, cabe
resaltar que el efecto detectado es notable debido a la creciente considera-
ción del capital social como vía de crecimiento y a la importancia actual de
incrementar la participación ciudadana de las mujeres. Igualmente, la inclu-
sión financiera en Colombia está en desarrollo con muchas madres urbanas
todavía por bancarizar razón por la cual se abre un espacio amplio para la
generación de política pública y aumentar su probabilidad de participar. Es así
como se cree que la bancarización puede revertir una de las principales bre-
chas de género que impide la movilidad social de las mujeres: la participación
política (Peña et al., 2012).
Las mujeres casadas son las que más se incentivan a participar en la comuni-
dad, ya que es probable que se motiven más a utilizar en actividades comu-
nitarias el tiempo libre que les permite tener una cuenta de ahorros. Incluso,
se puede pensar que dada la adquisición de un producto financiero aspiracio-
nal, la bancarización impacta de una mayor forma a las mujeres casadas ya
que mejoran su estatus en el hogar con la tenencia de un nuevo activo. Ade-
más, el cambio en cuanto a la propiedad privada relativa es mayor frente a
sus parejas, mientras que las mujeres que no cuentan con una pareja estable
no realizan dicha comparación relativa.
Este impacto en la participación es aún más destacable en Colombia, donde
algunos estudios han revelado impactos negativos en el capital social cau-
sados por el subsidio de Familias en Acción. También, estudios de América
Latina como el de Chile evidencian efectos negativos debido a que el hom-
bre se apropia de la cuenta de ahorros implícitamente. Estos impactos no se
ven en el momento de bancarizar en Colombia, lo que da luces positivas de
Bancarización y empoderamiento femenino
298
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
un acercamiento mucho más efectivo en cuanto al empoderamiento y de los
objetivos de entregar la tarjeta débito. Por esta razón, los efectos encontrados
en este documento dan una muestra de estar logrando al menos impactos no
negativos sobre el empoderamiento, a diferencia del efecto del subsidio con-
dicionado sobre agency en el hogar.
Aprovechando este efecto se podrían promover diversas políticas de parti-
cipación relacionadas con la bancarización, como reuniones de madres para
discutir acerca de los beneficios de su tarjeta, por ejemplo. Esto con el fin de
afianzar los efectos de la bancarización en favor de una mayor participación
ciudadana de las madres y un mayor empoderamiento de estas en las comu-
nidades. Así se podría aumentar la participación política y la votación, entre
otros beneficios.
En el futuro se sugiere comparar los casos de Brasil, México, Perú y Colombia,
para entender por qué en algunos países los resultados sobre el empodera-
miento son mixtos. Esto podría dar más luces acerca de las políticas que deben
implementarse en Colombia para incentivar el empoderamiento de manera
radical y fomentar de esa forma el desarrollo del país.
Agradecimientos
La autora agradece principalmente la asesoría y recomendaciones de la doctora
Ximena Peña, Ph. D. en Economía y profesora asociada de la Universidad de
los Andes. También expresa su gratitud a Roberto Angulo y Hernando Sánchez
del Departamento para la Prosperidad Social, por su aporte de información
relevante y el acceso a las bases de datos.
La investigación desarrollada para escribir este artículo no tuvo ninguna
financiación institucional.
Referencias
1. ACCIÓN SOCIAL. (2010). Familias en Acción: Informe de estado y avance.
Primer semestre de 2010. Disponible en DPS http://www.accionsocial.gov.
co/documentos/5132_Informe_de_Gesti%C3%B3n_BIRF_7619_1er_
semestre_2010.pdf.
Camila Uribe Mejía 299
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
2. ADATO, M., DE LA BRIÈRE, B., QUISUMBING, A. y MINDEK, D. (2000a).
The impact of Progresa in women’s status and intrahousehold relations.
Final report. México: International Food Policy Research Institute.
3. ADATO, M., DE LA BRIÈRE, B., QUISUMBING, A. y MINDEK, D. (2000b).
The impact of Progresa on intrahousehold decisionmaking and relative
schooling achievement of boys and girls. México: International Food
Policy Research Institute.
4. ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ, D. C. (2005). Plan de Igualdad de Opor-
tunidades para la Equidad de Género en el Distrito Capital, 2004-2016.
Bogotá: Departamento Administrativo de Bienestar Social.
5. ALSOP, R. y HEINSOHN, N. (2005). Measuring empowerment in practice:
Structuring analysis and framing indicators (Policy Research Working
Paper 3510). World Bank.
6. ALSTON, L., LIBECAP, G. y SHNEIDER, R. (1996). “The determinants and
impact of property rights”, The Journal of Law, Economics and Organi-
zation, 12(1):25-61.
7. AMADOR, D., BERNAL, R. y PEÑA, X. (2012). The rise in female participa-
tion in Colombia: Fertility, marital status or education? (Mimeografía).
Bogotá.
8. ARRIAGADA, I. y MATHIVET, C. (2007). Los programas de alivio a la
pobreza Puente y Oportunidades. Una mirada de los actores. Santiago:
Naciones Unidas.
9. ASOCIACIÓN BANCARIA Y DE ENTIDADES FINANCIERAS DE COLOMBIA
(ASOBANCARIA). (2011). Cuenta de ahorros y tarjeta de crédito lideran
inclusión financiera. Disponible en http://www.asobancaria.com/portal/
pls/portal/docs/1/1876047.PDF.
10. ATTANASIO, O. (2004). Baseline report: Evaluation of Familias en Acción.
Bogotá: EDEPO-Centre for the Evaluation of Development Policies.
Bancarización y empoderamiento femenino
300
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
11. ATTANASIO, O. y GÓMEZ, L. (2006). “Evaluación del impacto del programa
Familias en Acción: subsidios condicionados de la Red de Apoyo Social.
Informe final”, Unión Temporal IFS – Econometría S.A. - SEI.
12. BAGNASCO, A., PISELLI, F., PIZZORNO, A. y TRIGILIA, C. (2003). El capital
social. Instrucciones de uso. Argentina: Fondo de Cultura Económica.
13. BANCO MUNDIAL. (2012). Informe sobre el desarrollo mundial 2012:
igualdad de género y desarrollo. Washington, D. C.
14. BANCO MUNDIAL. (2006). Safety and transfers. Programa Familias en Acción.
Disponible en http://siteresources.worldbank.org/SAFETYNETSANDTRANS-
FERS/Resources/281945-1131468287118/1876750-1140107387177/
ColombiaCCT.pdf.
15. BARDHAN, P. (1980). “Interlocking factor markets and agrarian deve-
lopment: A review of issues”, Oxford Economi cs Papers, New Series,
32(1):82-98.
16. BARDHAN, P., LUCA, M., MOKHERJEE, D. y PINO, F. (2013). Evolution
of land distribution in West Bengal 1967-2004: Role of land reform and
demographic changes (Working Papers). Boston University. Department
of Economics.
17. BARDHAN, P. y MOOKHERJEE, D. (2010). “Determinants of redistributive
politics: An empirical analysis of land reforms in West Bengal”, The
American Economic Review, 100(4):1572-1600.
18. BERUMEN Y ASOCIADOS. (2010). Proyecto Mejorando la Efectividad del
Programa Oportunidades. B. I. Desarrollo, Ed. Banco Interamericano de
Desarrollo, BID.
19. BESLEY, T., LEIGHT, J., PANDE, R. y RAO, V. (2013). Long-run impacts of
land regulation: Evidence from tennacy reform in India. Londres: World
Bank.
Camila Uribe Mejía 301
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
20. BINSWANGER, H., DEININGER, K. y FEDER, G. (1993). “Agricultural land
relations in the developing world”, American Journal of Agricultural
Economics, 75(5):1242-1248.
21. BOBONIS, G., CASTRO, R. y GONZALES-BRENES, M. (2009). Public
transfers and domestic violence: The roles of private information and
spousal control (Working Paper 362). University of Toronto, Department
of Economics.
22. CALDWELL, J. (1993). “Women’s positionnand child mortality and morbi-
dity in less developed countries”, en Mason y Sogner (eds.), Women’s
positi on an d dem ographic change (pp.122-139). Oxford: Federici,
Clarendon Press.
23. CAMACHO, A. y RODRÍGUEZ, C. (2012). Who’s the boss at home after
receiving conditional cash transfers? (Working Paper). Paper presented
at the 2012 American Economic Association Annual meeting in Chicago,
Illinois.
24. CHESTON, S. y KUHN, L. (2002). Empowering women through microfi-
nance. Bloomfield, CT, USA: Kumarian Press.
25. CONNING, J. y ROBINSON, J. (2007). “Property rights and the poli-
tical organization of agriculture”, Journal of Development Economics,
82:416-447.
26. DASGUPTA, M. (1990). “Death clustering, mothers’ education and the
determinants of child mortality in rural Punjab, India”, Population
Studies, 44:489-505.
27. DASGUPTA, P. (1999). “Economic progress and the idea of social capital”,
en Social capital. a multifaceted perspectiva (pp. 325-424). Washington,
D. C.: The World Bank.
28. DE BRIÈRE, B. y QUISUMBING, A. (2000). Women’s assets and intrahouse-
hold allocation in rural Bangladesh: Testing measures o f bargaining
power. Washington, D. C.: International Food Policy Research Institute
(IFPRI).
Bancarización y empoderamiento femenino
302
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
29. DEPARTAMENTO PARA LA PROSPERIDAD SOCIAL (DPS). (2012). Familias
en Acción. Disponible en http://www.dps.gov.co/portal/default.aspx.
30. DOEPKE, M. y TERTILT, M. (2011). Does female empowerment promote
economic development? IZA.
31. DOSS, C. (2005). “The effects of intrahousehold property ownership
on expenditure patterns in Ghana”, Journal of Af rican Ec onomies,
15(1):149-180.
32. DUFLO, E. (2003). “Grandmothers and granddaughters: Old age pension
and intra-household allocation in South Africa”, World Bank Economic
Review, 17(1):1-25.
33. DUNCAN, T. (1994). “Like father, like son; like mother, like daughter:
Parental resources and child health”, Journal of Human Resour ces,
29(4):950-989.
34. DURYEA, S. A. (2008). Financial services for the poor: Welfare, Savings
and Consumption. Paper presented at the Global Empowerment Meeting,
Boston, MA.
35. DURYEA, S. y SCHARGRODSKY, E. (2007). Financial services for the poor:
Welfare, savings. Buenos Aires: Inter-American Development Bank.
36. ELBORGH-WOYTEK, K. et al. (2013). Women, work, and the economy:
Macroeconomic gains from gender equity. Washington, D. C.: IMF.
37. ESCOBAR, A. y GONZALES DE LA ROCHA, M. (2009). “Girls, mothers
and poverty reduction in Mexico: Evaluating Progresa-Oportunidades”,
en S. Razavi (ed.), The gendered impacts of liberalization (cap. 10, pp.
435-468). Nueva York: Routledge/UNRISD.
38. FEDER, G. y DEININGER, K. (1999). Land institutions and land markets
(Policy Research Working Paper 2014). World Bank.
39. GARCÍA, A. (2012). “Impactos de largo plazo, el programa Familias en
Acción en municipios de menos de 100 mil habitantes en los aspectos
Camila Uribe Mejía 303
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
claves del desarrollo del capital humano”. Informe final. Unión temporal
Econometría y SEI.
40. GINÉ, X. (2005). Cultivate or rent out? Land security in rural Thailand
(Policy Research Working Paper). World Bank.
41. GONZALES DE LA ROCHA, M. (2005). Familia y política social de México.
El caso de Oportunidades. Ponencia presentada en la reunión de expertos
“Políticas hacia la familia, protección e inclusión sociales”, Santiago de
Chile, 27 y 28 de junio.
42. GONZALES DE LA ROCHA, M. y ESCOBAR, A. (2004). Evaluación cuali-
tativa del programa de desarrollo humano Oportunidades. Seguimiento
de impacto 2001-2002. Comunidades de 2.500 a 50.000 habitantes.
Evaluación de resultados de impacto del programa de desarrollo humano
Oportunidades.
43. HENDY, R. y SOFER, C. (2010). A collective model of female labor supply:
Do distribution factors matter in the Egyptian case? (Working Paper). CES.
44. JANVRY, A. y SADOULET, E. (2004). Conditional cash transfer programs:
Are really magic bullets? Consultado en Department of Agricultural and
Resource Economics, University of California at Berkeley are.berkley.
edu/~esadoulet/oaoers/ARE-CCTPrograms.pdf.
45. JANVRY, A. y SADOULET, E. (2006). When to use a C CT versus a C T
approach? Ponencia presentada en la Tercera Conferencia Internacional
sobre transferencias condicionadas en efectivo, Estambul, Turquía.
46. JEJEEBHOY, S. J. (1995). Women’s education, autonomy, and reproductive
behaviour: Experience from developing countries. Oxford: Clarendon
Press.
47. KABEER, N. (1999). “Resources, agency, achievements: Reflections on
the measurement of women’s empowerment”, Development and Change,
30:435-464.
Bancarización y empoderamiento femenino
304
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
48. LARRAÑAGA, O. y CONTRERAS, D. (2010). Chile Solidario y el combate a
la pobreza. Las nuevas políticas de protección social en Chile. Santiago
de Chile: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
49. LOURY, G. C. (1977). “A dynamic theory of racial income differences”, en
P. A. Wallace y A. LeMund (eds.), Women, minorities, and employment
discrimination. Lexington, Mass.: Lexington Books.
50. MALDONADO, J. H. y URREA, M. A. (2010). Bancarización y acceso a
servicios financieros de beneficiarios urbanos del programa de Familias
en Acción (Documento Cede 41). Universidad de los Andes.
51. MASON, K. O. (1993). “The impact of women’s position on demographic
change during the course of development”, en N. Federici, K. Oppenheim
Mason y S. Sogner (eds.), Women’s position and demographic change.
Nueva York: Oxford University Press.
52. MOLYNEUX, M. (2009). Conditonal cash transfers: Pathways to women’s
empowerment? (Pathways Brief 5).
53. MOYO, S., RUTHERFORD, B. y AMANOR-WILKS, D. (2000). “Land reforms
and changing social relations for farm workers in Zimbavwe”, Review
of African Political Economy, 27(84):181-202.
54. NGO, T. M.-P. y WAHHAJ, Z. (2008). Microfinance ang gender empower-
ment. MPRA. Reino Unido: University of Oxford.
55. NUN, E. y TRUCCO, D. (2008). “Informe de sistematización de evalua-
ciones cualitativas del Programa Puente y Sistema de Protección Chile
Solidario”, Revista Latinoamericana de Desarrollo Humano. Recuperado
de http://www.revistadesarrollohumano.org/temas125.asp.
56. PEÑA, X. et al. (2012). Mujer y movilidad social. Bogotá: Misión de
Equidad y Movilidad Social, DNP.
57. PEÑA, X., IBÁÑEZ, A. y ARIAS, M. (2013). Mujeres rurales jóvenes y migra-
ción en Colombia (Documento de Trabajo 8). Programa Nuevas Trenzas.
Camila Uribe Mejía 305
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
58. PFEIFFER, J., GLOYD, S. y LI, L. R. (2001). “Intrahousehold resource allo-
cation and child growth in Mozambique: An ethnographic case-control
study”, Social Science & Medicine, 83-97.
59. POLATO, E. y FAVA, A. C. (2011). To buy a washing machine or television
set? Bargaining over durable goods in Brazil. University of Illinois at
Urbana-Champaign.
60. RILEY, N. (1997). “Gender, power, and population change”, Population
Bulletin, 52(1):1-48.
61. ROSS, G. y VIDAL, A. (1998). Community organizing: Building social
capital as development strategy. California: Sage Publications.
62. SCHEYVENS, R. (1998). “Subtle strategies for women’s empowerment:
Planning for effective grassroots development”, TWPR, 20(3):235-253.
63. SKOUFIAS, E. B., MCCLAFFERTY. (2001). Is Progresa working? Summary
of the results of an evaluation by IFPRI (FCND Discussion Paper 118).
Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias.
64. SONG, L. (2008). In search of gender bias in household resource allocation
in rural China. Bonn: MPRA.
65. SUÁREZ, M. y LIBARDONI, M. (2008). “The impact of the Bolsa Familia
Program: Changes and continuities in the social status of women.
Results”, en J. Vaitsman y R. Paes-Sousa (eds.), Eva luation of MDS
Policies and Programs (vol. 2). Brasilia: Ministerio de Desarrollo Social
y Lucha contra el Hambre.
66. TRIVELLI, C. y YANCARI, J. (2008). Proyecto Capital. Disponible en http://
proyectocapital.facipub.com/facipub/upload/publicaciones/1/120/files/
ppt_octubre_2008_taller_trivelli.pdf.
67. TRIVELLI, C. (2009). Programas de transferencias monetarias condicio-
nadas y procesos de inclusión financiera en América Latina. Disponible
en IEP http://www.rlc.fao.org/es/prioridades/seguridad/ingreso4/pdf/
iep.pdf.
Bancarización y empoderamiento femenino
306
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
68. TRIVELLI, C., MONTENEGRO, J. y GUTIÉRREZ, M. C. (2011). Primeros
resultados del Programa Piloto “Promoción del ahorro en familias Juntos
(Documento de Trabajo 59). Instituto de Estudios Peruanos (IEP)-
Proyecto Capital.
69. VELÁSQUEZ, F. (2012). El programa Familias en Acción en Colombia:
focalización territorial, relaciones intergubernamentales, organización,
participación y enfoque de género. Bogotá: Fundación Foro Nacional
por Colombia.
70. VERAS, F. y SILVA, E. (2010a). Conditional cash transfer programmes and
gender vulnerabilities: Case study of Brazil, Chile and Colombia (Working
Paper 69). Centro Internacional de Políticas para el Crecimiento Inclusivo.
71. VERAS, F. y SILVA, E. (2010b). “Empowering or reinforcing traditional
roles: Can CCTs address gender vulnerabilities?”, One Pager, 115. Centro
Internacional de Políticas para el Crecimiento Inclusivo.
72. VILLATORO, P. (2007). Las tr ansferencias condicionadas en Amé rica
Latina: luces y sombras . Documento de la Cepal para el seminario
internacional “Evolución y desafíos de los programas de transferencias
condicionadas”. Brasilia, Brasil.
73. WANG, S.-Y. (2013). “Property rights and intra-household bargaining”,
Journal of Development Economics, 107(C):192-201.
74. WOOLCOCK, M. (1998). “Social capital and economic development:
Toward a theoretical synthesis and policy framework”, Theory and
Society, 27(2):151-208.
75. ZILVETI, V. y FUENTES, L. (2010). Una mirada externa del proyecto Mujeres
Ahorradoras en Acción, lecciones aprendidas de esta experiencia (Docu-
mento de Trabajo 19). Proyecto Capital.
Camila Uribe Mejía 307
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Anexos
Anexo 1. Cuestionario sobre empoderamiento - Tercer seguimiento: Módulo 2
4202. Si usted recibiera un dinero
extra por cualquier motivo, considera
que: (Lea las opciones y marque una
sola respuesta)
Usted decide cómo usarlo 1
Se la da a su marido 2
Ambos deciden cómo usarlo 3
Consulta a otras personas del hogar 4
4201. Para cada una de las
siguientes situaciones, por
favor, dígame quién toma
la decisión respectiva:
Solo el padre
Solo la
madre
Los dos
Otro hombre
del hogar
Otra mujer
del hogar
Todos
NS/NR
NA
a. Si una hija o hijo se
enferma, ¿quién decide
cuándo hay que llevarlo al
médico?
12345 6 78
b. Si una hija o hijo no
quiere ir a la escuela,
¿quién dice si tiene que ir
o no?
12345 6 78
c. ¿Quién decide cuánto se
gasta en la comida? 12345 6 78
Fuente: elaboración propia.
Bancarización y empoderamiento femenino
308
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Anexo 2. Prueba de representatividad de la muestra de tendencias paralelas frente
a la muestra de la evaluación
Variables Se pierde (1 si se pi erde de la muestra principal al hacer
tendencias paralelas y 0 si no)
Casa propia 0,0122
[0,0507]
Tipo de vivienda -0,0118
[0,0493]
Estrato 0,0630
[0,0392]
Gasto ropa de hombre 1,17e-06
[1,54e-06]
Gasto ropa de mujer -3,99e-07
[1,58e-06]
Hay deudas 0,0768
[0,0600]
Gasto promedio del hogar -4,84e-07**
[1,99e-07]
Edad mujer -0,00169
[0,00365]
Años educación mujer -0,00430
[0,0117]
Hijos vivos -0,0165
[0,0126]
Urbano 0,00468
[0,0479]
Total de miembros 0,0120
[0,0100]
Edad hombre -0,00625**
[0,00275]
Constante 0,462**
[0,184]
Nota: errores estándar en paréntesis cuadrados; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
Camila Uribe Mejía 309
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Anexo 3. Regresión para calcular la probabilidad de ser tratado en el ejercicio 1
Variables Tratamiento
Urbano -0,441**
[0,188]
Casa propia -0,145
[0,199]
Estrato -0,305
[0,234]
Bicicleta 0,323
[0,250]
Moto 1,104**
[0,536]
Lavadora 0,501
[0,394]
Horno 1,162**
[0,583]
Material pisos 0,566**
[0,229]
Material pared 0,306**
[0,149]
Material techo -0,130
[0,222]
Energía eléctrica -0,656*
[0,339]
Gas -0,445
[0,314]
Acueducto -1,826**
[0,901]
Alcantarillado 1,672**
[0,745]
Tipo teléfono 0,469**
[0,194]
Tipo servicio sanitario 0,724*
[0,417]
Uso servicio sanitario 0,317
[0,742]
(Continúa)
Bancarización y empoderamiento femenino
310
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Anexo 3. Regresión para calcular la probabilidad de ser tratado en ejercicio 1
(continuación)
Variables Tratamiento
Tratamiento de agua -0,152
[0,179]
Riesgo de deslizamiento -0,931**
[0,439]
Riesgo de inundación 0,427
[0,418]
Riesgo de avalancha -0,909
[0,634]
Recolección de basuras -0,289*
[0,161]
Distancia a capital 0,00151
[0,00155]
Distancia a mercado 0,000405
[0,000940]
Superficie municipal 0,000111
[9,27e-05]
Población de 2005 1,68e-05
[2,11e-05]
Población cabecera en 2005 -2,56e-05
[2,70e-05]
Total miembros del hogar 0,138**
[0,0595]
Miembros del hogar (0-6 años) -0,0801
[0,0949]
Miembros del hogar (7-12 años) 0,236*
[0,132]
Miembros del hogar (13-17 años) -0,301**
[0,130]
Índice de ruralidad 2005 -0,0198**
[0,00907]
Desempeño fiscal 2005 -0,0598**
[0,0243]
Notas: errores estándar en paréntesis cuadrados; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
Camila Uribe Mejía 311
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Anexo 4. Efectos heterogéneos
Efectos heterogéneos según zona de residencia
Variables Decisión
médico
Decisión
escuela
Decisión
comida
Decisión
dinero extra
Tratamiento -0,044
[0,089]
0,035
[0,086]
-0,085
[0,089]
-0,106
[0,089]
Periodo -0,168
[0,111]
-0,035
[0,114]
-0,081
[0,103]
0,027
[0,100]
Interacción de
tratamiento y periodo
0,226*
[0,131]
0,022
[0,136]
0,094
[0,129]
0,012
[0,126]
Interacción de
tratamiento y urbano
0,247***
[0,078]
0,140*
[0,079]
0,183**
[0,082]
0,199**
[0,083]
Interacción de urbano y
periodo
0,179
[0,120]
0,080
[0,127]
0,223*
[0,115]
0,002
[0,108]
Interacción entre
urbano, periodo y
tratamiento
-0,271*
[0,141]
-0,029
[0,168]
-0,180
[0,122]
-0,010
[0,150]
Observaciones 484 482 492 486
Notas: errores estándar en paréntesis cuadrados; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
La significancia de los coeficientes interacción entre tratamiento y periodo
más interacción entre urbano, periodo y tratamiento es no significativa para
todos los casos.
Efectos heterogéneos - Hogares que antes de la
intervención están sin acceso al sistema financiero
Variables Decisión
médico
Decisión
escuela
Decisión
comida
Decisión
dinero extra
Tratamiento 0,027
[0,066]
0,113*
[0,066]
0,062
[0,063]
-0,042
[0,066]
Periodo -0,054
[0,082]
0,050
[0,084]
0,141*
[0,076]
0,093
[0,075]
Interacción de tratamiento
y periodo
0,097
[0,096]
-0,016
[0,098]
-0,084
[0,087]
-0,014
[0,090]
Observaciones 471 469 478 472
Notas: errores estándar en paréntesis cuadrados; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
Bancarización y empoderamiento femenino
312
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Anexo 5. Preguntas del formulario sobre participación en organizaciones - Tercer
seguimiento: Módulo 2
4203. Ha participado en los últimos 6 meses, contados hasta hoy, en algún tipo de organización,
como:
a. Junta de acción comunal, junta veredal o asociación de vecinos NO
b. Grupo religioso NO
c. Otro tipo de asociaciones como cooperativas, sindicatos, agremiaciones de
productores, club deportivo, organización no gubernamental, asociación de
vigilancia y seguridad, grupo de mujeres, etc.
NO
Fuente: elaboración propia.
Camila Uribe Mejía 313
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Anexo 6. Regresión para calcular la probabilidad de ser tratado en ejercicio 2 que
evalúa el impacto sobre empoderamiento social
Variables Tratamiento
Urbano -0,0919
(0,124)
Casa propia -0,0596
(0,0975)
Estrato -0,0699
(0,0878)
Bicicleta 0,0941
(0,0915)
Moto 0,323*
(0,174)
Lavadora 0,171
(0,153)
Horno -0,0144
(0,198)
Material pisos 0,104
(0,0760)
Material pared 0,0810
(0,0495)
Material techo -0,00750
(0,0737)
Energía eléctrica 4,933***
(0,322)
Gas -0,240*
(0,131)
Acueducto -0,0478
(0,136)
Alcantarillado -0,473**
(0,187)
Tipo teléfono -1,356***
(0,105)
Tipo servicio sanitario 0,147
(0,0938)
Uso servicio sanitario 0,0968
(0,277)
Alumbrado -1,760***
(0,148)
(Continúa)
Bancarización y empoderamiento femenino
314
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Anexo 6. Regresión para calcular la probabilidad de ser tratado en ejercicio 2
que evalúa el impacto sobre empoderamiento social (continuación)
Variables Tratamiento
Tratamiento de agua 0,000376
(0,0627)
Riesgo de deslizamiento -0,268*
(0,153)
Riesgo de inundación 0,00778
(0,126)
Riesgo de avalancha -0,306
(0,200)
Recolección de basuras -0,0823
(0,0560)
Distancia a capital 0,000588
(0,000553)
Distancia a mercado 1,21e-05
(0,000428)
Superficie municipal 5,95e-05
(4,04e-05)
Población de 2005 6,42e-06
(7,04e-06)
Población cabecera en 2005 -1,17e-05
(9,53e-06)
Total miembros del hogar 0,0444**
(0,0215)
Miembros del hogar (0-6 años) 0,00702
(0,0396)
Miembros del hogar (7-12 años) 0,186***
(0,0498)
Miembros del hogar (13-17 años) -0,109**
(0,0478)
Índice de ruralidad 2005 -0,00405
(0,00357)
Desempeño fiscal 2005 -0,0148*
(0,00802)
Notas: errores estándar en paréntesis; *** p < 0,01, ** p < 0,05, * p < 0,1.
Fuente: elaboración propia.
Camila Uribe Mejía 315
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Anexo 7. Supuesto de tendencias paralelas
Gráfico A7.1. Participación en juntas de acción comunal
% madres que participan
20
2003
Año
2006
10
0
Tratados No tratados
15
5
Fuente: elaboración propia.
Gráfico A7.2. Participación en grupos religiosos
% madres que participan
10
2003
Año
2006
6
0
Tratados
No tratados
8
4
2
Fuente: elaboración propia.
Bancarización y empoderamiento femenino
316
DESARRO. SOC. NO. 75, BOGOTÁ, PRIMER SEMESTRE DE 2015, PP. 265-316, ISSN 0120-3584
Gráfico A7.3. Participación en otras organizaciones
% de madres que participan
en otras organizaciones
12
2003
Año
2006
8
0
Tratados No tratados
10
4
6
2
Fuente: elaboración propia.

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR