Bienes comunes, acceso abierto y revistas científicas - Núm. 63, Enero 2022 - Revista Estudios Políticos - Libros y Revistas - VLEX 907303920

Bienes comunes, acceso abierto y revistas científicas

AutorGermán Darío Valencia Agudelo
CargoDirector revista Estudios Políticos. Economista
Páginas9-24
Editorial
Bienes comunes, acceso abierto y revistas científicas
Este año la revista Estudios Políticos cumple sus primeras tres décadas
de vida. Desde su creación en 1992 ha pasado por varios momentos: desde
aquellos inicios en los que la mayoría de sus contenidos eran artículos
propuestos por docentes e investigadores del Instituto de Estudios Políticos
(IEP), los mismos que gestaron el proyecto editorial; hasta la actualidad, en
la que se presenta una amplia participación de autores de procedencias
geográficas diversas que ofrecen a la revista un espectro temático variado
alrededor de la problemática política. En los dos últimos años, por ejemplo,
contó con autores de Argentina (8), Chile (7), México (6), España (3) y Ecuador
(2) (véase https://revistas.udea.edu.co/index.php/estudiospoliticos/
issue/archive).
Pero la mayor transformación de este proyecto editorial se encuentra
en los lectores —personas u organizaciones— que están consultando y
utilizando la información digital desde cualquier lugar del mundo. Cuando
inició la revista, una característica era la cantidad reducida de lectores,
debido al formato en papel, lo cual limitaba su alcance. A sus contenidos
tenían acceso, por lo general, tan solo dos tipos de lectores: los que
podían acceder a la revista de forma privada —por suscripción y compra, o
como cortesía por la participación como autores o evaluadores— o que la
consultaban en bibliotecas y centros de documentación públicos a través de
intercambios editoriales con organizaciones e instituciones educativas, lo
que Peter Levine (2016) denomina bienes comunes asociativos.
Hoy, en cambio, debido al formato digital, cualquier persona puede
acceder a los contenidos desde cualquier lugar del mundo con una conexión
a Internet, leer y descargar los artículos publicados y dispuestos en la
plataforma Open Journal System (OJS) y demás repositorios digitales en los
que se encuentra alojada la revista —entre ellos, SciELO, Latindex y DOAJ—
, lo que Levine (2016) denomina bienes comunes libertarios. Con ello se
ha logrado configurar una nueva dinámica de divulgación de la revista y
avanzar en una democratización del conocimiento científico. De tal forma,
para 2021, los países con mayor consulta de Estudios Políticos son México
(14 099), Argentina (7816), Perú (5868), España (4244) y Chile (4221) (véase
https://revistas.udea.edu.co/index.php/estudiospoliticos/metricas).
Para alcanzar la actual condición han tenido que ocurrir varios
fenómenos detonantes. Dos de los más importantes han sido el desarrollo
y la difusión de Internet, y la aparición del movimiento de acceso abierto
Open Access— o libre acceso en línea. Frente a la primera, durante la
década de 1990 la masificación de las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) han permitido a la revista que esta transite de un medio
físico de publicación al ciberespacio —formato digital—. Ahora, desde un
celular, una tableta o cualquier ordenador personal se puede acceder a todos
los números de la revista en formato digital —PDF, HTML, XHTML, entre
otros—, posibilitando la consulta de sus contenidos de forma ágil y universal.
En cuanto a la segunda situación, el acceso abierto es un movimiento
que se gestó y desarrolló a finales del siglo XX y comienzos del XXI en varias
partes del mundo. Actualmente, la mayoría de las revistas de Colombia
y América Latina, tanto de naturaleza estatal como privada, trabajan en
permitir la consulta de todos sus artículos sin restricción monetaria o reglas
que impidan su acceso, avanzando en una verdadera apropiación social del
conocimiento.
Esta editorial tiene como propósito discutir tres asuntos que han
posibilitado esta importante transformación en la revista Estudios Políticos,
relacionada con la democratización del acceso al conocimiento y la
mundialización de la consulta de sus contenidos. El primer aspecto es la
denominación y valoración del conocimiento científico como un bien
común, como un recurso complejo, global y compartido, un bien que puede
ser gobernado eficientemente por una comunidad académica. El segundo
es la adhesión de la mayoría de las revistas científicas, en especial, las
que financian sus investigaciones con fondos públicos, al movimiento de
acceso abierto y la adhesión a los principios del procomún. Finalmente,
se plantearán algunos retos del acceso abierto para las revistas académicas
latinoamericanas en la actualidad.
Bienes comunes cognitivos
Hablar de bienes y catalogarlos de comunes es una invitación directa
a discutir dos aspectos que se ubican en el campo de la economía política,
un área de trabajo multidisciplinar donde participan, además de la economía

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