La calle: el quinto poder - 29 de Enero de 2023 - El Tiempo - Noticias - VLEX 921351705

La calle: el quinto poder

Tradicionalmente el poder de la ciudadanía se expresa en democracia, a través del voto. De resto, permanece silente, salvo cuando se expresa en la calle. Ese poder nómada ha venido creciendo a nivel global por la opacidad del sistema político, el desempleo, la corrupción, la incertidumbre y la crisis de representación de los partidos. La Primavera Árabe, los ‘chalecos amarillos’, las tomas de la Puerta del Sol, el estallido social chileno y la revolución libanesa, por citar algunos casos, son ejemplos genuinos de la acción colectiva de nuestra era, que desafía el statu quo. Por regla general, este tipo de protestas se expresan frente a los gobiernos y confrontan el poder constituido. Los sociólogos y politólogos encuentran su legitimidad en el reconocimiento de la potestad ciudadana para expresar colectivamente sus demandas y reclamos, que son fuente de revoluciones y profundas transformaciones de la política. Las masas activas que hemos conocido hasta la fecha se identifican con la denominada protesta social, cuyos patrocinadores son regularmente la oposición, la juventud y sectores sociales. A través de ella el ciudadano se manifiesta contra la autoridad y sus políticas. Son hordas que hacen coro a la partitura de sus líderes, que las utilizan para movilizar los poderes públicos en la dirección aspiracional de su ideología, de sus intereses y de sus propósitos. Por exótico que parezca, a la par de ellas han empezado a surgir marchas patrocinadas por el poder mismo, para legitimarse en la calle y para inhibir la dialéctica democrática. Son terreno fecundo para consolidar un estado de opinión en torno a la autoridad. Allí se grita, pero no se delibera. Se impone. Estas movilizaciones, organizadas y financiadas por los gobiernos, perturban el diálogo social y buscan sobreponerse a la institucionalidad democrática. Cuando esas movilizaciones se convocan alrededor de los proyectos oficiales, terminan constriñendo el debate colectivo. En el mundo actual, la izquierda radical gobernante ha decidido echar mano de esta nueva modalidad de la toma de las calles, como un contrapeso al poder establecido y al poder de los medios, que asocian a los grupos dominantes. Se apela a las masas, para callar el debate. Así, lo que pretenden es instaurar el brutal imperio de las masas, de que hablaba Ortega y Gasset. No se trata de algo episódico o...

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