La otra cara de la colonización de Urabá - 17 de Agosto de 2019 - El Tiempo - Noticias - VLEX 808756805

La otra cara de la colonización de Urabá

Por Myriam Bautista - para el tiempoCuando Steiner visitó por primera vez el golfo de Urabá, en 1987, quedó impresionada por la exuberancia de esa tierra de la que sabía muy poco, y ese poco hacía referencia a hechos de sangre. O como lo señala de manera precisa en su introducción: "Una región que carga con el estigma de ser la más violenta en un país tan violento, sin duda requiere esfuerzos explicativos que contribuyan a la búsqueda de soluciones". Y eso fue lo que intentó. Escarbar bien hondo para averiguar cuáles eran los factores que la hacían territorio en disputa y aventurar correctivos. En la década de los 80 y en años posteriores, la tasa de asesinatos políticos o presumiblemente políticos, por ejemplo, llegaba al 41,4 por cada cien mil habitantes, mientras que para el resto del país, el porcentaje era del 7,67, según estudio de la Comisión Colombiana de Juristas. Esas cifras, el accionar intenso de frentes del Ejército Popular de Liberación (Epl) y de las Farc, de grupos paramilitares y de narcotraficantes, la áspera relación de los miles de trabajadores bananeros con unos empresarios que solo en la década de los ochenta, y obligados por el Ministerio del Trabajo, regularizaron contratos de trabajo y el habitual tráfico de drogas y armas no desalentaron a esta bogotana, de padre austriaco y madre cundinamarquesa, que pasó de estudiar en el exclusivo colegio Marymount de Bogotá a la Facultad de Agronomía en la variopinta Universidad Nacional. Carrera que le llamaba la atención por el acercamiento que podría tener con los campesinos. En las frecuentes salidas al campo poca atención les prestaba a la acidez del suelo o a las condiciones del terreno para sembrar limones y naranjas. Ella conversaba con los campesinos. Para ellos era un acontecimiento que una citadina, de ojos claros, alta y de apellido extranjero se interesara en su vida, y para ella, un deslumbramiento sus historias. Comenzó ahí a hacer etnografía. Recién graduada trabajó en el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) en la evaluación de un programa de Desarrollo Rural Integrado (DRI), dirigido por uno de los agraristas más reputados, desde esos años, el economista Darío Fajardo. Pasó al Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Nacional, donde hizo parte del grupo evaluador del Programa de Economías Campesinas en el Urabá; y fue entonces cuando comenzó a pergeñar la investigación que presentó al Banco de la República, su primer financiador. Hubo otros...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR