Chavita, la lotera que cumplió medio siglo en el centro - 15 de Noviembre de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 878190690

Chavita, la lotera que cumplió medio siglo en el centro

"Yo duermo con ella,

pero me sobresalta cuando a medianoche comienza a gritar la lotería, como lo hacía en el puesto".Carmen Benavides hija de la chavaRicardo Rondón Chamorro - especial para el tiempo @PacoApostolLa penúltima vez que vi a Isabelita Benavides, la lotera más antigua del centro de Bogotá, cabeceaba de sueño en su puesto de la carrera 7.ª con calle 12: brazos cruzados, rostro tostado por la brisa, cabellera como la nieve, una ruana sobre el regazo, silente y conmovedor testimonio de vida. Eso fue a escasos días de que la alcaldesa Claudia López decretara el simulacro por la peste del coronavirus, en la última semana de marzo de 2020. Recuerdo el grito seco de una mujer vecina al puesto de Isabel: "¡Chava, despierte!, un día le van a robar esos billetes". No tomé el pullazo a pecho, porque era costumbre pasar a saludarla, compartir con ella un café con empanada y oírle su parloteo salpicado de humor popular, y de paso comprarle una o dos fracciones a ciegas. Por esas fechas, Chavita, como se dio a conocer en el gremio lotero y de sus asiduos clientes -entre ellos el exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia Francisco Ricaurte, hoy privado de la libertad-, picaba en punta de los 89 años, 50 de ellos destinados a la venta de lotería. Pero en Bogotá estalló la tormenta del covid-19, y el encierro fue de largo, y hasta ahí tuve noticias de la buena Chava. Solo sabía que vivía con una hija a la que ella llamaba la Mona, también lotera, la misma que la dejaba en el puesto a las nueve de la mañana y, pasadas las cinco de la tarde, la recogía para llevarla a casa. Chavita ya no tenía necesidad de salir al rebusque diario con sus talonarios de la suerte, de lunes a sábado, capoteando ventiscas heladas y aguaceros, porque su hija, la Mona, velaba por ella. Era Chava la que insistía ir al centro, a su puesto de siempre, porque el día que no salía se molestaba y se deprimía. Eso lo supe hace un par de semanas, después de varias pesquisas con otras señoras loteras de la 7.ª , cuando una de ellas me dio el contacto de la Mona, Carmen Rosa Benavides, lotera de toda la vida como su mamá, quien contó que estaba al cuidado permanente de su progenitora en su casa de Ciudad Berna, porque en el transcurso de la pandemia le sobrevino el alzhéimer. "Ya no me reconoce -dijo Carmen Rosa cuando fuimos a visitarla-. Un día se salió de la casa. Después de horas de averiguar y buscar, la vine a encontrar en la sala de urgencias del hospital Santa Clara...

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