¿Por qué en Colombia no hay una relación entre crimen y desempleo?
| Autor | Isaac De León Beltrán/Eduardo Salcedo Albarán |
| Páginas | 93-112 |
El sentido común afirma que una de las consecuencia del desempleo es el
delito. Se espera que mayores tasas de desempleo estén acompañadas de un
incremento en las tasas de criminalidad. Hay una creencia generalizada que
afirma lo siguiente: las personas que pierden su empleo pueden asumir el delito
como una nueva fuente de ingresos. El objetivo de este ensayo es explorar la
pertinencia teórica y empírica de esta explicación. Analizaremos el caso co-
lombiano para el periodo -. Se realizará un análisis conceptual de los
vínculos entre los mercados de trabajo legal e ilegal, y se explicará por qué no
hay relación causal directa entre el desempleo del mercado de trabajo legal y el
desempeño laboral del mercado del delito. Este texto no se ocupa del crimen
en general, sólo analiza la relación entre algunos delitos y el desempleo. Un
punto central en la explicación de por qué no hay una relación entre crimen
y desempleo consiste en que el mercado de trabajo del crimen exige unas
características específicas en cuanto a capacidades y habilidades, las cuales
no posee cualquier individuo. Otro elemento fundamental en la explicación
es que el mercado laboral relacionado con las actividades criminales presenta
restricciones a las personas que desean participar en él.
El presente texto se divide en tres partes. En la primera se presentan ar-
gumentos que permiten asegurar que no hay relación conceptual y empírica
entre el desempleo y las tasas de criminalidad. En la segunda parte se presenta
evidencia estadística para Colombia, que muestra que no se puede concluir la
existencia de una relación estadística entre el desempleo y las tasas de crimi-
nalidad. En la tercera parte se señalan las implicaciones de esta investigación
en términos de políticas públicas. Si bien es cierto que el desempleo puede
generar cierto tipo de comportamientos delictivos, no es posible atribuirle
la totalidad de los crímenes, es decir, si algunos delitos se relacionan con el
desempleo, son aquellos que pueden ser justificados por un estado de nece-
sidad y, a nuestro parecer, no todos los delitos son el resultado de estados de
necesidad. El desempleo que se analizará en este trabajo es el generado en
situaciones “normales”, es decir, no se tendrán en cuenta fuertes shocks por
el lado de la oferta o de la demanda en el mercado de trabajo.
* Agradecemos los comentarios de JUAN CARLOS GUATAQUÍ y las observaciones de JUAN
CAMILO ROJAS. Una primera versión contó con la ayuda de CARLOS BARRERA.
No nos interesa analizar la relación entre crimen y desempleo en situaciones extremas,
El crimen como ofi cio. Ensayos sobre economía del crimen en Colombia
I. ¿
, ?
Encuestas recientes muestran que el grueso de la población señala el desem-
pleo como la causa más importante de los altos índices de criminalidad. En
una encuesta llevada a cabo en Bogotá se le preguntó a las personas: ¿cuáles
considera usted que son las principales causas de la inseguridad? El desem-
pleo ocupó el primer lugar con el %, el segundo fue la falta de policía con
el %, mientras que la falta de solidaridad y la impunidad ocuparon los
siguientes puestos con un % y un % respectivamente (Observatorio de la
seguridad, n.º , ).
Parece razonable creer que un aumento en el número de personas des-
empleadas genera un incremento en el número de crímenes y criminales. La
opinión pública justifica esto, argumentando que las condiciones de necesidad
obligan a los desempleados a buscar nuevas formas de ingreso sin que importe
la legalidad o ilegalidad de las nuevas actividades a las que se dedican. La si-
guiente es la situación típica que se expone para justificar la racionalidad de la
relación entre crimen y desempleo: piénsese en un padre de familia que es el
único sustento del hogar, con hijos y esposa, y que se encuentra normalmente
agobiado por múltiples obligaciones como el pago de los servicios públicos,
el arriendo, el estudio y la alimentación de su familia. Esta persona pierde
su empleo y esto lo obliga a buscar un ingreso que le permita solucionar sus
problemas económicos de forma inmediata. Por ello decide dedicarse a la vida
criminal. Nuestro personaje empieza a cometer actos delictivos con el pro-
pósito de mantener un adecuado nivel de ingreso. Esta persona puede sentir
remordimiento, pero reconoce la importancia de velar por el bienestar de su
familia. Algunas personas que analizan esta situación pueden incluso afirmar
que nuestro personaje puede salir a la calle y empezar a atracar personas.
Desde este punto de vista, se podría afirmar que la mayoría de la población
puede convertirse en atracadores.
tales como las generadas por desastres naturales, guerras y profundas recesiones. Algunos
trabajos han encontrado que el nivel de actividad criminal es poco afectado por recesiones
severas (COOK y ZARKIN , pp. a ).
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