Conclusión. Mapas del reconocimiento - Prácticas culturales alternativas - Hagamos las paces. Narrar la guerra desde el arte para construir la paz - Libros y Revistas - VLEX 857370711

Conclusión. Mapas del reconocimiento

AutorJesús Martín-Barbero
Páginas237-256
237
Conclusión
MAPAS DEL RECONOCIMIENTO
Jesús Martín-Barbero
Este texto busca el reencuentro de mi viejo filósofo con el inves-
tigador de las mediaciones culturales ahora, cuando Colombia
experimenta contratiempos en el proceso que nos saca de cin-
cuenta años de guerra e inaugura inéditos senderos de paz. Una paz
que no tiene que ver solo con la guerrilla de las farc, sino con
el país todo. Pues lo que nuestro país está a punto de celebrar es
el acuerdo que la saca del fatídico encadenamiento de sus gue-
rras. Y ello mediante la compleja reconciliación que desterrito-
rializa a la guerrilla de las farc posibilitándoles bajar del monte
al llano de la vida civil y la ciudadanía. El país no puede aplazar
por más tiempo la esperanza de una verdadera reconstrucción
de su vida social y política como la que se ha iniciado ya con la
ancha capacidad de reconciliación demostrada, que deja atrás
una de las más largas historias latinoamericanas de explotación
y humillación de sus mayorías tanto campesinas como urbanas.
Llego a esta tarea de la mano de quien tuvo el coraje de en-
frentarnos a esta desnuda verdad, Hanna Arendt (1961), quien
nos enseñó que nada en nuestra formación nos ha preparado para
vivir con la incertidumbre. E incapaces de habitar la duda, nos pa-
samos la vida buscando seguridades que nos ahorren los riesgos
del perdonar sin que ello signifique dejar de pensar. Pero como
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hoy la incertidumbre no abarca solo el conocer, sino también el
convivir y el trabajar, es la experiencia misma de la vida social,
sus lazos primordiales, los que se nos desatan y disuelven, au-
mentando la sensación de estar viviendo fuera de casa.
En Las palabras y las cosas, Foucault (1966) nos avocó a la
emergencia de una nueva figura de razón a partir de su lectura
del cuadro Las Meninas de Velázquez. Se trata de entender la
representación ya no por lo que da a ver, sino por la invisibilidad
profunda desde la que vemos. Esa misma inversión de sentido nos
posibilita hoy entender la tecnicidad virtual en su más profunda
novedad, la que Sloterdijk (2003) plasma en la figura del informar
es dar forma, lo que implica un otro modo de habitar el mundo. Un
mundo en el que el transmitir se ha transformado en el ins-cribir
y el trans-cribir mediante una inteligencia arti-ficial, cuyo modo
de conocer reside en leer textos genéticos y plasmarlos en mapas
que dan forma a otra realidad: la virtual. Así mismo, estamos ante
el hallazgo de algo olvidado que nos fue recordado por el cam-
pesino andaluz que le dijo a Juan de Mairena (el seudónimo de
Machado) “todo lo que sabemos lo sabemos entre todos”. Y ese
es justamente el milagro de la interfaz: investigadores o artistas
de un punto al otro de la tierra juntando su creatividad e inteli-
gencias. Lo más nuevo enlaza hoy con la más vieja potencia, la
de una memoria oral y una moral popular.
1. Una experiencia trastornó el pensar
que habita al investigar
A lo largo de un tiempo, que ya cuenta casi cincuenta años, se
ha ido configurando una experiencia: la enmarañada mezcla de
cercanías y extrañamientos que han gestado un modo de pensar.
A mediados de los años ochenta, a ese modo le puse el nombre
de mapa nocturno: “[…] un mapa para indagar no otras cosas,
sino la dominación, la producción y el trabajo, pero desde su
otro lado: el de las brechas, el consumo y el placer. Un mapa no
para la fuga, sino para el reconocimiento de la situación desde
las mediaciones y los sujetos” (1987, p. 229).

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