Conclusiones
Autor | Juan Carlos Carrillo Schönburg |
Páginas | 225-253 |
225 Conclusiones
Conclusiones
Durante la elaboración de este trabajo me sorpren-
dió constatar que la poca fuerza exportadora de Colombia
no es un caso aislado: la región en su totalidad padece de
problemas similares. Desde el siglo
xix
los países latinoa-
mericanos han dependido de sus recursos naturales, par-
ticularmente de sus productos mineros, para conseguir la
moneda extranjera necesaria y para mantener y mejorar
su calidad de vida. Esto, por varias razones, ha hecho que
el modelo de desarrollo escogido se desvirtuara por el ca-
mino, porque es más fácil vivir de la venta de lo que po-
seemos en minería o en productos básicos de agricultura
como el café. Cuando los precios de estos productos au-
mentan, se atrae inversión extranjera, la cual potencializa
los ingresos percibidos, y se opta por internacionalizar los
productos primarios, dejando de lado el desarrollo de ca-
pacidades competitivas. El problema surge cuando los pre-
cios vuelven a niveles normales y nos damos cuenta de que
la buena racha era producto de una burbuja: un momento
de riqueza fácil que antecede a un período de vacas acas
y arcas vacías, en particular para el Gobierno.
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226El reto de las exportaciones colombianas
La importancia de la diversicación
En efecto, es necesario buscar nuevos sectores que
se conviertan en clústeres con ventajas competitivas, con
tamaños representativos que aseguren su estabilidad y so-
brevivencia y una profundidad suciente que permita al-
canzar un nivel adecuado de innovación. Pero, también es
necesario reforzar algunos sectores con potencial, para
que pasen de ser pequeños rubros de exportación—por
ejemplo, las actuales confecciones colombianas— a cons-
tituirse en sectores capaces de transformar una región.
El caso del salmón chileno es un buen ejemplo: lo que
antes fue una sola empresa se convirtió en un grupo que
exporta
usd
5907 millones de dólares (2018), busca nue-
vos productos de expansión, como la trucha o la tilapia, y
tiene la escala suciente para innovar, construyendo sobre
lo logrado.
Cabe citar aquí a Dani Rodrik, en su libro Straight Talk
on Trade (2018):
[…] la experiencia de otros países deja en claro que los nive-
les bajos en exportación y diversicación no son predestina-
ción. Los cambios cuantiosos —y creíbles— a los incentivos
de exportación pueden generar resultados robustos, incluso
en aquellos casos en que las exportaciones están conna-
das a unos cuantos cultivos tradicionales. Taiwán exportaba
azúcar, arroz y poco más, antes de que su comercio despe-
gara, a principios de los sesenta.*
¿Por qué no hemos sido capaces de diversicar, si des-
de hace décadas se sabía que no podíamos depender de
productos primarios como el café, el carbón y el petróleo?
El Gobierno nacional implementó una serie de políticas
con el n de apoyar la búsqueda de sectores sosticados y
diversicados. El estudio de Monitor (consultora asociada a
Michael Porter) de 1994 ayudó a trazar un sistema de com-
petitividad (Conpes n.º 2724, 1994) que no llegó a ser im-
plementado debido a una serie de fallas (Conpes n.º 3866,
* Texto original: “[…] the ex-
perience of other countries
makes clear that low export
and diversication levels are
not destiny. Sizable —and
credible— changes in export
incentives can produce robust
responses, even where ex-
ports are conned to a few
traditional crops. Taiwan ex-
ported sugar, rice and little
else before its trade took off
in the early 1960s.” (p. 60)
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