Las consecuencias de la estructura agraria y el patrón de crecimiento agropecuario sobre el ingreso y el bienestar - Avance y fracaso en el agro colombiano, siglos XX y XXI - Libros y Revistas - VLEX 697478781

Las consecuencias de la estructura agraria y el patrón de crecimiento agropecuario sobre el ingreso y el bienestar

AutorAlbert Berry
Páginas173-230
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6. Las consecuencias de la estructura agraria
y el patrón de crecimiento agropecuario
sobre el ingreso y el bienestar
¿Cuáles han sido los impactos de la estructura y la evolución del sector
agropecuario en el nivel y la distribución de ingresos, en la pobreza, la se-
guridad del ingreso y la seguridad alimentaria? ¿Hasta qué punto han sido
esa estructura y sus efectos atribuibles a la política pública y en qué medida
a otros factores concomitantes? Las respuestas a estas preguntas resultan
necesariamente imprecisas desde un punto de vista cuantitativo, sin em-
bargo, bastante claras en términos cualitativos.
Los elementos definitivos de la estructura agraria han sido y siguen sien-
do la extrema desigualdad de la distribución de la tierra, el incierto respeto
a los derechos de propiedad y el alto nivel de conflicto y de injusticia. Las
consecuencias económicas de la distribución desigual de la tierra se pueden
deducir cualitativamente de varias características típicas de la agricultura en
países como Colombia. En primer lugar, porque la productividad media de
la tierra por lo general cae con el tamaño de la explotación, la producción
agrícola total se maximiza cuando la distribución de la tierra se acerca a
la igualdad.1 En segundo lugar, debido a que la distribución de los ingresos
entre el trabajo2 y el capital es más favorable al primero en un sistema de
pequeñas unidades intensivas en mano de obra respecto a uno de grandes
1 En un estudio previo para el año 1960 Berry y Cline (1979, 132) estimaron la pérdida de pro-
ducción asociada a la desigualdad de la distribución de la tierra en Colombia en un 22% de su
potencial.
2 Incluido el ingreso de los propietarios atribuible a la mano de obra propia de la familia.
Avance y fracaso en el agro colombiano, siglos xx y xxi
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explotaciones intensivas en tierra, ganado o maquinaria, el factor trabajo
disfruta de una doble ventaja en sistemas de pequeñas unidades —una mayor
participación en un mayor producto e ingreso agrario—.3 Por último, ya que
los ingresos de capital se distribuyen en forma mucho más uniforme debido a
la distribución equitativa de la tierra, la casi totalidad de esos ingresos queda
en manos de las familias de pequeños agricultores. Mientras más se acerque
el sistema agrario a este extremo positivo del espectro, en mayor medida
contribuye cada uno de estos tres mecanismos a una distribución del ingreso
relativamente igual. Por contraste, cuando una concentración extrema de
la tierra tiene impactos adversos a través de estos tres mecanismos, como
lo ha hecho históricamente en Colombia, es obvio que la distribución del
ingreso agrícola será en todo momento muy desigual. A pesar de su crónico
nivel alto pueden presentarse cambios del nivel de desigualdad a través del
tiempo, un tema de discusión de este capítulo.
La trayectoria aproximada de los ingresos agrícolas y de su distribución
se puede identificar desde mediados del siglo pasado. Pero el impacto global
de la evolución agrícola en la pobreza, la desigualdad y el bienestar nacio-
nal se refleja no solo en lo que sucede con las variables “agrícolas”, como
el salario agrícola y los ingresos de los pequeños agricultores, sino también
directamente en los ingresos de trabajadores no agrícolas que tienen algún
ingreso agrícola o que por algún otro mecanismo están afectados por lo que
ocurre en la agricultura, e indirectamente en los niveles salariales de toda la
economía. El tema más interesante de todos es, sin duda, la manera en que
el desarrollo agrícola ha afectado los niveles nacionales del ingreso, de la
pobreza, de la desigualdad y de la vulnerabilidad económica y alimentaria.
Por desgracia, este tema es notoriamente complicado, dado que muchos
otros factores influyen en la evolución de dichas variables y que un gran
vacío en nuestra comprensión de los factores detrás de la distribución del
ingreso nacional en Colombia es precisamente el impacto que tiene en ella
el ingreso agrario —en especial el componente capital—.4 En el presente
3 El ingreso agrario sube con el nivel de la producción, a menos que los precios se vayan para abajo.
4 Probablemente la distribución más desconocida en cuanto a muchos de sus detalles es la del in-
greso agrícola. Esta no es igual a la distribución de los ingresos rurales, ya que como asalariados
rurales se comprende a muchos fuera de la agricultura y que muchos ingresos agrarios los perciben
habitantes no rurales.
Las consecuencias de la estructura agraria y el patrón de crecimiento agropecuario
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capítulo se revisa la evidencia disponible sobre estos temas, empezando con
una mirada a la agricultura misma para luego examinar la interacción entre
la agricultura y la economía en general.
La política pública ha impactado la evolución de la agricultura, de las
zonas rurales y de la población rural de Colombia a través de tres caminos
generales. El primer, y más específico al país, es la injusticia rural que ha
contribuido tanto a la pobreza y al sufrimiento de millones de miembros de la
población rural. Esa injusticia recorre toda la gama de la falta de protección
a los residentes rurales vulnerables de la guerrilla, los paramilitares y otros
autores de la violencia, al no haberse establecido un sistema decente de
derechos de propiedad que también podría haber ofrecido cierta protección
a las eventuales víctimas y a otros. En segundo lugar está el sesgo típico a
favor de los mayores productores en la prestación de apoyo al sector agríco-
la. La falta de apoyo firme y sostenido para el sector familiar ha limitado su
desempeño en relación a su potencial. El apoyo (directo e indirecto) pres-
tado a las explotaciones de mayor tamaño, además de ayudar a esos grupos,
ha debilitado el sector de pequeños productores, como cuando los recursos
disponibles se asignan a la gran agricultura en lugar de a la pequeña (por
ejemplo, créditos, algunos gastos de infraestructura, etc.) o cuando un fuerte
apoyo para el primer grupo eleva su incentivo para expandirse y con ello
aumenta la competencia natural entre ellos y la agricultura familiar por la
tierra y otros recursos. La última forma de participación del Estado incluye
las políticas que afectan directamente el bienestar de los residentes rurales
en las áreas de salud, educación, vivienda y otros componentes de lo que en
términos generales se puede denominar la “protección social”. Muchos ele-
mentos de este conjunto de servicios, junto con sus efectos directos sobre el
bienestar, también tienen impactos en la productividad, como en los casos
de la educación y la salud. Otros no los tienen.
El contenido de este capítulo se orienta en primer lugar a lo que podría-
mos llamar los impactos directos del desarrollo agropecuario y de la política
orientada al sector, con enfoque en los niveles salariales y los ingresos de
las familias de los pequeños productores (estos dos grupos constituyen el
90-95 % de las personas ocupadas en la agricultura) y, en segundo lugar,
a los demás componentes de la política pública (educación, salud, etc.),
que también afecta el bienestar de la población rural. La satisfacción de
necesidades básicas como las condiciones de vivienda, educación y salud y

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