Contabilidad forense investigativa
Autor | Luz Eneida Moreno |
Páginas | 137-153 |
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Capítulo 6.
Contabilidad forense investigativa
Historia de la contabilidad forense investigativa
La historia de la contabilidad forense se remonta desde la creación del
Código de Hammurabi de Babilonia en el año 1692 a. C. en la Antigua Me-
sopotamia, al ser este el primer documento legal conocido por el hombre,
donde algunos de sus fragmentos dan a entender el concepto básico de la
contabilidad forense, al demostrar con documentación contable un fraude
o una mentira; frente al origen de la contabilidad forense, no es claro aún,
pero se habla de que esta puede ser tan antigua que nace cuando se vincula
lo legal con los registros y pruebas contables, en la época de la Revolución
Industrial, a nales del siglo XVIII y principios del siglo XIX; por estos años,
la contabilidad forense no tuvo trascendencia, sino hasta el hecho histórico
de 1930 del siglo XX, cuando estuvieron en escena las actividades delicti-
vas de Al Capone, personaje dedicado a prácticas criminales y al lavado de
dinero (Sánchez Lozano, E. & Barco Guerrero, I., 2016).
El Departamento de Impuestos de los Estados Unidos, por medio de un
funcionario que ejercía la profesión de contador, fue la persona que se de-
dicó a buscar todas las pruebas necesarias que vincularan a Al Capone con
actos delictivos; lo anterior se dio al dar cumplimiento a una ley de impues-
tos que fue implementada en aquella época; frente a esta investigación
realizada, se encontró una gran cantidad de evidencias, como el libro de
pagos, con el cual se pudo comprobar que el volumen de ventas supera-
ba la capacidad teórica del negocio de los lavadores de dinero, dejando
entrever discrepancias entre el volumen de ventas real y el volumen de
ventas declarado, logrando demostrar, de esta manera, fraude en el pago
de impuestos de Al Capone, como también de sus cómplices en el lavado
de dinero, dando un fuerte golpe y desmantelando esta organización de-
lictiva (Zúñiga, L., 2018).
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A - L E R
No obstante, y pese al esfuerzo de lucha contra esta clase de delitos en esa
época, tampoco se dio la importancia y el impulso sucientes a la conta-
bilidad forense, lo cual fue prorrogado hasta los años 70 y 80, con el caso
Watergate en 1972, cuando se dio inicio al análisis del fraude en los estados
nancieros tan pronto como se conoció el escándalo que salió a la luz cuan-
do fueron reveladas una serie de actividades ilegales paralelas que dieron
como resultado la dimisión del presidente Richard Nixon y la formulación
de una acusación contra el presidente y altos funcionarios del Gobierno
de Estados Unidos; por lo anterior, la Comisión Treadway de los Estados
Unidos (Comisión Nacional sobre Reportes Financieros Fraudulentos) dio
un impulso y direccionamiento importante frente al fraude administrativo
y revelaciones nancieras engañosas; así mismo, algunas de las Normas
Internacionales de Auditoría (NIA) emitidas por la Federación Internacio-
nal de Contadores (IFAC) fueron implementadas con el propósito de tratar
temas como el fraude y error, la evidencia de auditoría, las consideracio-
nes adicionales sobre partidas especícas, las revelaciones de los estados
nancieros, la observación de inventarios físicos, conrmación de cuentas
por cobrar, indagación sobre litigios y reclamos (Delgado, M., Libeth, V. &
Rodríguez González, D. R., 2018).
Con los intentos de detectar y probar los fraudes en los estados nancieros,
surge la contabilidad forense, cuya función inicial es la de ser estrictamente
probatoria en materia económico-nanciera; de ahí que los casos inme-
diatos se encuentran en las peritaciones judiciales y las contrataciones de
contables expertos fueron realizadas por parte de bancos ociales; actual-
mente, la contabilidad forense ha ampliado su campo de acción en la medi-
da en que se han desarrollado técnicas especícas para combatir el delito;
de la misma manera, ha sido muy importante el trabajar estrechamente con
la aplicación de justicia, puesto que el funcionario de la rama jurisdiccional
fundamenta sus decisiones en pruebas aportadas por peritos cuya profe-
sión es la de contadores forenses y donde el producto de la contabilidad
forense es la prueba pericial contable especializada (González, A., González,
A. M., Mercado, A., Bello, E., Doria, E., Campillo, H. & Bedoya, L., 2019).
En los últimos diez años, la contabilidad forense se ha desarrollado en gran
manera, siendo su base el sector público por medio de las auditorías gu-
bernamentales que articulan procesos de investigación con el de auditoría;
la contabilidad forense es una de las áreas menos mencionada, sin embar-
go, en el ambiente empresarial actual, se está convirtiendo rápidamente
en uno de los campos más fascinantes y decisivos (López, G., Correa, G. &
Mantilla, S., 2016). A continuación, la gura 46 representa la línea de tiempo
de la contabilidad forense:
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