Del control negociado a la erradicación de las favelas - La (de)construcción del concepto jurídico favela - Favelas de Río de Janeiro: historia y derecho - Libros y Revistas - VLEX 850197553

Del control negociado a la erradicación de las favelas

AutorRafael Soares Gonçalves
Páginas225-251
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Del control negociado
a la erradicación de las favelas
Las transformaciones políticas en la década de 1960
Según los censos decenales del , la población de las favelas de Río de
Janeiro se había duplicado entre 1950 y 1960, pasando de 169 305 a 337 412
favelados.1 Esa expansión desmesurada de las favelas, conjugada con una
política pública de tolerancia precaria de tales espacios, contribuyeron al
surgimiento de grandes tensiones sociales. Las práct icas clientelistas, hasta el
momento habían desempeñado el papel de moderadoras del conicto social.
El hecho de resolver, caso a caso, las diversas demandas sociales logró sin duda
restringir el surg imiento de los movimientos sociales reivindicatorios, pero
solo representaba una respuesta parcial a las expectativas de la población.
Sin embargo, al inicio de los años 602 entró en la escena política la posibi-
lidad de reformas estructura les de la sociedad brasileña, que incluían una
nueva reexión sobre la ocupación del espacio urbano. La vivienda popular
se volvió una prioridad pública, y devino en la urbani zación más ecuánime
de todo el territorio nacional.3 Para que se puedan aprehender de forma clara
las repercusiones sociopolíticas acarreadas por la crisis de v ivienda, parece
importante evocar, aunque sea brevemente, algunos aspectos del contexto
político brasileño del inicio de los años 60.
En primer lugar, el éxito de la Revolución cubana provocó, sin duda,
vigorosas repercusiones políticas en el conjunto de América Latina. Como
observó Fischlowitz, en 1962, el peligro de una revolución socialista rondaba
denitivamente en este continente, debido a las inmensas carencias sociales
de la región y a la ausencia de instituciones capaces de resistir, según el au-
tor, los “movimientos subversivos”. También subraya que esa revolución era
1 La proporción de los favelados en la ciud ad pasó del 7,1 % al 10,2 %. Ese porcentaje no creció
tanto, teniendo en cuenta e l boom demográco de la ciudad en l a misma época. Citado por R afael
Soares Gonça lves, Le droit, la po litique et l’accès au s ol urbain. L’histoire d es favelas à Rio de Jan eiro.
2 Luíz Ce sar Q. Ribeiro y A. L. C ardoso, “Da cidade à nação...”, p. 71.
3 Ibid.
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Rafael Soare s Gonçalves
todavía más palpable por la naturaleza e specíca del comunismo en América
Latina, marcado no solo por un discurs o anticapitalista, sino principalmen-
te por una retórica nacionalista, claramente antiamericana.4 De hecho, los
resultados promisorios de la experiencia cubana impregnaron el imaginar io
revolucionario latinoamericano, renovaron el debate político bajo el discurso
de las reformas sociales de base, e instaura ron un nuevo frente de la guerra
fría en el continente americano, en las puertas de los Estados Unidos, lo que
llevó a ese país a tomar medidas más consistentes5 para poner término a la
inuencia socialista en el continente latinoamerica no.
Por otro lado, una crisis institucional importante estalló en Brasil al
inicio de los años 60, después de la renuncia-bomba del presidente Jânio
Quadros,6 el 25 de agosto de 1961 (apenas siete meses después de haber sido
elegido presidente de la república). Esa renuncia ocurrió durante la misión
ocial del vicepresidente, el laboralista João Goulart,7 a la República Popular
China, lo que suscitó la movilización de alg unos sectores conservadores de
la sociedad brasileña que querían impedir el ascenso del vicepresidente al
Poder Ejecutivo a su regreso al país.8 La crisis ins titucional solo fue solucio-
nada después de un acuerdo político que instauró —por primera vez desde
la proclamación de la república— el régimen parlamentarista. João Goular t
pudo, así, asumir la presidencia de la república, pero desprovisto de verda-
deros poderes.
Después de una vasta campaña popular por la lega lidad, el presidencia-
lismo fue nalmente restablecido el 6 de enero de 1963. Aproximándose cada
vez más a las fuerzas política s de la izquierda y a los movimientos sindicales,9
4 E. Fisch lowitz, “Revolução soci al na América Lati na em 1961”, p. 378.
5 Como lo veremo s en el acápite siguiente , la adminis tración del presidente Kenne dy había creado
un programa l lamado “Alianza par a el Progreso” en el ámbito de la Orga nización de los Est ados
Americanos (), desti nado a nanciar progra mas sociales, con mi ras a reducir la inuencia
comunista en Amér ica Latina, despué s de la revolución socialis ta cubana.
6 Él provenía del Par tido Demócrata Cristia no (), y era apoyado por la . Fue además
la primera vez, de sde el n del Estado Novo, que la a lianza / dejó de gana r las elecciones
presidenciales.
7 En aquella época, s e votaba separadamente para la pre sidencia y la vicepresidencia, lo que
permitía que el v icepresidente no fuera del mismo pa rtido del presidente.
8 João Goula rt era el gran repre sentante nacional del  y uno de lo s herederos políticos más
importantes de G etúlio Vargas.
9 João Gou lart se ai sló políticame nte y llegó incluso a perder e l apoyo tradiciona l del , aliado
histórico del .
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