Coqueteando con la parca - 17 de Noviembre de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 878281878

Coqueteando con la parca

N unca pensé que iba a alcanzar una edad tan avanzada que la muerte -que me ha tenido toda la paciencia del mundo- comenzara a hacerme guiños por la ventana. Consistente en mostrarme, antes de que aparezcan en la prensa, las fotos de los amigos que se va llevando. Que van siendo legión en los últimos días, no por crueldad como con los accidentes de los jóvenes de antaño, sino por el consiguiente desgaste de la maquinaria, la fatiga del metal, como se dice de los aviones exhaustos. Y lo peor, o lo bueno, en mi caso, es que no tengo ningún quebranto de salud que me obligue a ponerme mosca. Mantengo la salubridad de tanto decir ¡salud! Camino con mis perros por la campiña silbando La Marsellesa, leo sin sobresaltos las obras completas de Lovecraft, degusto con deleite escoceses de 12 años, escribo las memorias eróticas que me quedaron sin el disfrute. Solo he perdido las amígdalas, las cordales, el apéndice y la próstata sin desperfectos que lamentar. Mantengo la capacidad para ejercer todos los ejercicios espirituales y físicos propios del alma y el cuerpo de un occidental con agallas. Lo único sensible en medio del paisaje que habito en el área donde Bachué con su hijo comenzaron a poblar el mundo, según la mitología muisca, al pie del cerro de Iguaque, es que mi inefable compañera me ha taponado sus entradas para que no vaya a ingresar exhausto al reino de los cielos, que es donde están las verdaderas bellezas por disfrutar. Como el acomplejado Marqués de Sade en su celda de la Bastilla, escribo de los placeres nunca vividos, pero que percibí en tantos manuales, sobre todo en los suyos. Me he quedado, pues, sin el pan y sin el queso, que era lo que más me gustaba. En la evocación minuciosa de todos y cada uno de los agujeros de ratón por donde me fue concedido meter el pico. Que ahora solo es el pico de la mirándola. Desempolvando los tomos subrayados de la morboteca, repasando la peliculiadera del internet y practicando el sexo a distancia a través de la mente invasiva y, si esta tiene interferencias, por videollamadas. Para eso subsisten y se presentan a cada momento las fans electrónicas que no se acoquinan con nada. Me paso de coqueto y hasta de irreverente con mis dos manos. ¡Qué culpa! Así quedé...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR