El crimen como oficio: una interpretación del aprendizaje del delito en Colombia - El Crimen como oficio. Ensayos sobre economía del crimen en Colombia - Libros y Revistas - VLEX 741606957

El crimen como oficio: una interpretación del aprendizaje del delito en Colombia

AutorIsaac De León Beltrán/Eduardo Salcedo Albarán
Páginas31-51

Este ensayo pretende mostrar que el crimen puede ser entendido como un ofi-
cio, en la medida en que requiere una especial capacitación técnica y emotiva.
Las actividades criminales de las que se ocupa este trabajo son aquellas que
se caracterizan por una fuerte motivación económica. Por lo tanto, no serán
analizados los crímenes que son producto de emociones violentas, como el
deseo de venganza o los crímenes pasionales. Además, es conveniente señalar
que cuando utilizamos el concepto de crimen hacemos referencia a delitos que
exigen una específica distribución de funciones para su cometido, es decir,
nos preocuparemos básicamente de delitos que bien pueden caracterizarse
como organizados. Se entenderá el crimen organizado desde una perspectiva
sociológica y no desde el punto de vista jurídico. El texto sólo se ocupa en-
tonces de delitos en los que es posible identificar una racionalidad económica
en la que es observable el cálculo de ganancias (BECKER, , pp.  a ;
BECKER, , pp.  a ). Entenderemos el delito como una “innovación”
social en el sentido de que responde a un mecanismo mediante el cual una
persona intenta acceder a metas sociales pero sin respetar los medios que la
sociedad ha institucionalizado para su alcance, como por ejemplo estudiar y
trabajar sin infringir la ley, es decir “trabajar honestamente” (MERTON, ,
pp.  a ). El trabajo se divide en tres partes. En la primera, se propone
un marco conceptual en el que se señalan los componentes básicos y necesa-
rios de la actividad criminal. En la segunda se propone una descripción del
proceso de aprendizaje criminal, haciendo énfasis en cómo cambia el perfil de
quienes se dedican a esta clase de actividades, y para ello se presenta evidencia
cualitativa que sugiere la necesidad de unas habilidades psíquicas y técnicas
específicas en la comisión de este tipo de “trabajos”. La tercera parte es la
conclusión, en donde se resaltan, por una parte, algunas consecuencias sobre
Otras formas de entender la actividad criminal pueden ser las siguientes: . El crimen como
una desviación de la conducta, lo cual supone cierto grado de anormalidad y presencia
de psicopatologías en el delincuente; . El crimen como una forma de protesta social, lo
cual lleva a pensar que, por ejemplo, los delitos contra la propiedad tienen un propósito
redistributivo. En ningún caso se supone que el delito pueda ser resultado de una elección
racional individual. La primera interpretación proviene de los estudios positivistas de
CÉSAR LOMBROSO (LAMBROSO, ) y RAFAEL GAROFALO (GAROFALO, ) y la segunda
de los trabajos de criminología con orientaciones marxistas.
El crimen como ofi cio. Ensayos sobre economía del crimen en Colombia
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la formulación de políticas de seguridad orientadas a la disminución de los
índices de criminalidad, y, por otra, conclusiones conceptuales relacionadas
con la manera de entender el crimen como un oficio. La metodología utilizada
para construir el modelo de aprendizaje criminal que proponemos se basa en
la construcción de un caso ideal. Este método consiste en construir un “tipo
ideal” de la evolución del oficio criminal a partir de la revisión de un grupo
de casos ejemplares. Lo importante de dicho método es la representatividad
de los casos seleccionados y no la cantidad de datos recolectados mediante
un muestreo estadístico. Es decir, los casos analizados se caracterizan por
mostrar los rasgos más importantes de la conducta estudiada (JARAMILLO et
ál., , p. ). Los delitos de cuello blanco no serán objeto de análisis. Si
bien es posible establecer una correlación entre los delitos convencionales y
los de cuello blanco, no es preocupación de este libro explicar cómo un agente
aprende a ejecutar delitos como desfalcos, sobornos, etc.. La pregunta que
guía nuestro trabajo no es una pregunta acerca de las causas del delito. Nadie
desea el delito en una sociedad, pero para poder enfrentar el delito es necesario
comprender algunas de sus dinámicas. Se podría afirmar que tradicionalmente
han sido dos las preguntas que han guiado el diseño de la política criminal. La
primera es: ¿cuáles son las causas del crimen?, y la segunda: ¿cómo podemos
disminuir los crímenes de la sociedad?
En la sociedad hay diversos grupos sociales y cada uno de ellos tiene eventualmente acceso
a un cierto entrenamiento que les permitiría delinquir. Esto es lo que se denomina entrena-
miento diferencial. Por ejemplo, las personas que pertenecen a las clases más bajas pueden
tener acceso a ciertos patrones de agresión que luego pueden ser útiles en la comisión de
delitos violentos o, dicho en otras palabras, de delitos groseros (obra tosca, tal como se le
llama en EUGENIO RAÚL ZAFFARONI et. ál, ). Las personas que pertenecen a las clases
más altas tienen acceso a un entrenamiento profesional y emocional que les permite la
comisión de delitos sofisticados, en especial aquellos relacionados con la corrupción y la
estafa en sumas cuantiosas. Sin embargo, la sociedad suele percibir que los sectores más
pobres son los que más delinquen ya que suelen ser muy violentos y además no tienen
acceso a los medios de comunicación ni a buenos abogados defensores. Este proceso puede
reforzar la creencia de que las clases bajas delinquen en mayor proporción que las clases
altas. Ésta es una de las razones por las cuales el sistema penal tiende a ser selectivo, es
decir, tiende a castigar a los pobres en mayor medida que a los ricos. El refinamiento no
suele ser pensado como delito (ZAFFARONI et ál., , pp.  a ).

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