El criterio espectacular [I] - Artículos de Baldomero Sanín Cano en la revista Hispania - Años de vértigo. Baldomero Sanín Cano y la revista Hispania (1912-1916) - Libros y Revistas - VLEX 857284196

El criterio espectacular [I]

AutorRafael Rubiano Muñoz/Juan Guillermo Gómez García/Baldomero Sanín Cano
Cargo del AutorSociólogo y magíster en Ciencia política de la Universidad de Antioquia/Abogado de la Universidad Externado de Colombia con estudios de filosofía en la Universidad Nacional de Colombia/Autor
Páginas173-177
173
EL CRITERIO ESPECTACULAR [I]
Revista Hispania, n.º 14, Londres, 1 de febrero de 1913, pp. 471-
472.
eRa el día de feRIa. En premio de aplicación, y con la esperanza
de que el deseo de volver a verlo una vez conocido me impidiese
recaer en las tentaciones que me habían valido notas repetidas
de mala conducta, mi padre me llevaba al deseado espectáculo.
La pequeña ciudad de provincia era un hormiguero. Allí habían
acudido del centro y de los confines del Estado cuantas almas sen-
tían anhelo de esparcimiento. Entre la turba abigarrada distinguía
mi rudimentaria inclinación a las clasificaciones el hablar fatigado
de nuestros compatriotas del Norte, el acento rudo y cascado de
los que venían del Oriente, las inflexiones zalameras y premuro-
sas de los occidentales, nacidos a orillas del Cauca. Labriegos en
traje de fiesta, mozos de cordel limpios e inconocibles, cargadora
de bíblicas monteras vistosas, arrieros a medio vestir, petimetres
de la capital estrepitosos, de andar afectado y de rumbo inequí-
voco hacia la taberna de lujo, se disputaban el pequeño espacio
comprendido entre la plaza cercada para la corrida de toros y la
acera occidental, por donde iba con mi padre a ver la feria. En
el camino me sorprendió un espectáculo absolutamente nuevo.
Un hombre sentado a la turca, en el suelo limpio, tenía delante de
sí un cuadro de cartón grande dividido en cuadros más pequeños,
cada uno de los cuales contenía una figura de animal, humano en
veces, por lo general alado o cuadrúpedo. En la mano tenía este
hombre una bolsa llena, según me parecía, de piedrecillas, por el
ruido con que contestaban a los dedos indiscretos de su poseedor,

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR