El criterio espectacular [II] - Artículos de Baldomero Sanín Cano en la revista Hispania - Años de vértigo. Baldomero Sanín Cano y la revista Hispania (1912-1916) - Libros y Revistas - VLEX 857284203
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El criterio espectacular [II]

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Vincent
AutorRafael Rubiano Muñoz/Juan Guillermo Gómez García/Baldomero Sanín Cano
Cargo del AutorSociólogo y magíster en Ciencia política de la Universidad de Antioquia/Abogado de la Universidad Externado de Colombia con estudios de filosofía en la Universidad Nacional de Colombia/Autor
Páginas206-210
206
EL CRITERIO ESPECTACULAR [II]
Revista Hispania, n.º 27, Londres, 1 de marzo de 1914, pp. 962-963.
Hace algún tIempo que una señora recorre las capitales de Europa
con una compañía dramática compuesta por perros. Representan
solamente un drama de seducción y de sangre, en el cual han sido
interpretadas unas cuantas escenas grotescas para satisfacer todos
los gustos.
El público saca, por lo general, de esas representaciones una
sensación de estupor, fundada en la creencia de que los perros saben
lo que están representando. La creencia es instable, no soporta
la crítica; pero por esa misma razón deja en algunos espectadores
una inquietud muy explicable. En otros espectadores, cuyo número
es insignificante, la sensación se complica con un sentimiento de
conmiseración. A su pensamiento acude la idea de cuánto habrán
sufrido esas criaturas antes de llegar a la perfección histriónica de
que dan muestras. “¿Cómo harán para enseñarles eso?” se pregun-
tan unos a otros los espectadores al abandonar el teatro.
Sin embargo, lo que los perros han aprendido nada tiene que ver
con el drama. Se les ha enseñado a atravesar la escena en ciertas
direcciones, a detenerse en una puerta, a saltar por una ventana, a
permanecer sentados en un automóvil de burlas mientras alguno,
con cuerdas y resortes, hace girar el vehículo en las direcciones
propicias. El perro no se da cuenta de lo que está pasando, y en
rigor no está pasando nada. El espectador, sobre aquellos paseos
en la escena, sobre las salidas y entradas por una u otra puerta,
construye el drama sensacional, se agita y se conmueve y se divierte
con su propia creación.

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