Cultura política y Guerra Fría en Venezuela. La impronta de la Guerra Fría en los partidos políticos venezolanos
Autor | Alejandro Cardozo Uzcátegui |
Páginas | 217-273 |
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Cultura política y Guerra Fría
en Venezuela
La impronta de la Guerra Fría
en los partidos políticos venezolanos
Alejandro Cardozo Uzcátegui*
Universidad Simón Bolívar
Preámbulo
Rara vez un fenómeno histórico se muestra obvio, o se acusa
a sí mismo hasta que superponemos un nuevo prisma de
comprensión sobre el escenario, es acaso lo fascinante de la
historia, de la ciencia política y demás áreas auxiliares del
conocimiento del hombre, la sociedad y sus representaciones
* Doctor en Historia por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Uni-
bertsitatea. Investigador del Centro de Investigaciones Críticas y Socioculturales del
Instituto de Altos Estudios de América Latina- y del Grupo de Investigación
País Vasco, Europa y América: Vínculos y Relaciones Atlánticas. Últimas publicaciones
“Il disegno del naufragio” en Limes. Revista Italiana di Geopolitica (abril, 2019)
y junto con Víctor Mijares “Los lazos de corrupción entre Rusia y Venezuela” en
Foreign Aairs Latinoamérica (abril-junio, 2019). Profesor del Estudio General
permanente “Guerra Fría, Cultura Política y rock ‘n’ roll” en la Universidad Simón
Bolívar de Caracas.
Guerra Fría, política, petróleo y lucha armada
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cuasi innitas. Desde el prisma de la cultura política enten-
dida como el compuesto de valores, actitudes y creencias en
relación con el sistema político imperante podremos entre-
ver la reunión de elementos mentales predominantes entre
los miembros de una sociedad; asimismo es viable armar
que es un “instrumental” cultural que las personas utilizan para
establecer sus prácticas políticas y construir su estrategia de
acción. También es posible interpretar este concepto como el
sistema por el cual un grupo de la sociedad entiende y clarica
su situación objetiva y procede en consecuencia del “medioam-
biente” político dominante, tanto en el desarrollo de su vida
íntima, personal, doméstica —y sus relaciones— como en su
escena pública, ciudadana y “política” propiamente.1
En la acepción clásica weberiana el partido político es una
“[...] asociación dirigida a un n deliberado, ya sea este obje-
tivo como la realización de un programa que tiene nalidades
materiales o ideales, sea personal, es decir, tendiente a obtener
benecios, poder y honor para los jefes y seguidores, o si no
tendiente a todos estos nes al mismo tiempo…”;2 así pues la
caracterización de partidos políticos es larga. Desde el decimo-
nónico partido de notables europeo —y estadounidense—, los
partidos de plataformas amplias y exibles como los partidos
electorales de masas y el partido de aparato, el “moderno” por
excelencia, pues corresponde su dinámica histórica política a
la democracia de masas. Es evidente que cada categorización
1 Véase Cabrera, Miguel Ángel, “Cultura política e historia”, en Pérez
Ledesma, Manuel y Sierra, María (eds.), Culturas políticas: teoría e historia, Zaragoza:
2010, pp. 19-85.
2 Entrada “Partidos políticos” en Bobbio Norberto, Mateucci Nicola y
Pasquino Gianfranco, Diccionario de Política, 2 vol., México: Siglo , p. 1153.
Cultura política y Guerra Fría en Venezuela
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de la naturaleza de cada tipo de partido sufre diversas rami-
caciones que dependen del contexto donde hagan vida estas
organizaciones.3
No pretendemos reproducir tal tipología, que además,
por la literatura especializada, goza de un amplísimo debate
epistemológico. Sí nos reclama comprender la naturaleza de los
partidos políticos en Venezuela como las organizaciones que
favorecieron en un principio la transición venezolana hacia la
democracia (1958) y una vez que la criatura diera los primeros
pasos se avecinó una convulsa era que, robando la expresión de
la ingeniería civil, se asemejó acaso al asentamiento de las bases
3 Reriendo exclusivamente a las organizaciones que conspiran contra la
dictadura de Pérez Jiménez y que consolidan el sistema político a partir de 1958
podemos acotar que Acción Democrática () en sus primeros momentos clasica
como un partido de masas clasista, ideológicamente socialdemócrata de robustas
redes con el movimiento obrero y campesino, y una tendencia, en sus orígenes,
radical. Igualmente, el germen tipológico de Copei será el de un partido de masas
confesional, con ciertas características de partido de élite. La Unión Republicana
Democrática () dado el rol carismático de su líder histórico será entonces un
partido electoralista personalista con algún perl programático socialdemócrata, y
como veremos más adelante con una “multipolaridad” ideológica que gira entre el
centro y la izquierda. El Partido Comunista de Venezuela (), indudablemente
una organización leninista con un lo que intenta buscar ser una fuerza política
de masas, con un interregno como brazo político y armado de las ; no dejó de
ser en su devenir un partido de cuadros. y Copei sufrirán una transformación
posterior en partidos electoralistas atrapatodo así como perderá su propuesta
programática para la adaptabilidad coyuntural. Empero, estas tipologías serán
bastante superciales sin la óptica del fenómeno de la Guerra Fría, lucha armada,
contención, distensión, etc., pues sus dinámicas internas, implosiones y divisiones
solo podrán ser comprendidas en un contexto histórico conictual determinante.
Para esta tipología y clasicación véase Molina, José, “Partidos y sistemas de partidos
en la evolución política venezolana. La desinstitucionalización y sus consecuencias”, en
Vega Molina, José E., Álvarez Díaz, Ángel E. (coord.), Los Partidos Políticos Venezolanos
en el Siglo , Caracas: Vadell Hermanos, 2004, pp. 9-55.
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