Derecho del consumo: problemas y conceptos fundamentales
Autor | Mauricio Rengifo Gardeazábal |
Páginas | 5-65 |
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C I
DERECHO DEL CONSUMO:
PROBLEMAS Y CON CEPTOS FUNDAME NTALES*
M R G
El derecho del consumo cobra cada día mayor importancia en el mun-
do. Las exigencias de la vida moderna hacen necesario que la mayoría
de personas, sin distinción alguna, tengan que participar en los merca-
dos para subsistir. Por una parte, están los profesionales del comercio,
llámense fabricantes, productores, distribuidores o expendedores, las
personas que ponen los productos en el mercado. Por otra parte, están
los consumidores, los ciudadanos que acuden a él para satisfacer sus ne-
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ductos y servicios nuevos, algunos de los cuales serán preferidos por el
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merciantes deben correr con los costos del transporte, con los riesgos de
la pérdida o deterioro de sus mercancías, y peor aún, con el fracaso de
sus ventas. Los expendedores deben promover sus productos de mane-
ras que requieren cada vez más ingenio y creatividad. Por consiguiente,
deben asumir altos costos relacionados con la publicidad, la contrata-
ción de agentes de venta, el diseño y la protección de sus marcas, entre
muchos otros.
Los consumidores tienen que correr el riesgo de elegir, probar o
en el mercado tan solo cuentan con un conocimiento intuitivo de algu-
nas marcas prestigiosas, con la información transmitida por la publici-
dad y, quizás, con un poco de experiencia derivada de compras pasadas.
Los riesgos que se corren son numerosos y variables en intensidad. Hay
productos y servicios de muy mala calidad, otros que no sirven para
* Para citar este capítulo: http://dx.doi.org/10.15425/2017.529
DERECHO DEL CONSUM O
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y a la vida. Las oportunidades para elegir adecuadamente los produc-
tos tampoco son muchas. Las decisiones se deben tomar rápidamente y
consumidores, como ciudadanos en el mercado, se encuentran en con-
diciones de inferioridad frente a los comerciantes profesionales. Los
mercados presentan numerosos defectos que es preciso corregir me-
diante instituciones y herramientas jurídicas adecuadas. Por esa razón,
se hizo necesario crear una nueva rama del derecho denominada “dere-
cho del consumo”.
El propósito de este capítulo es presentar una introducción general al
derecho del consumo, como rama multidisciplinaria del derecho. Para
tales efectos se ha dividido en cuatro secciones: la primera se ocupa de
los problemas de justicia suscitados en los mercados tradicionales por
las modernas sociedades de consumo. La segunda describe en términos
generales el surgimiento y posterior desarrollo del derecho del consumo
en Norteamérica y Europa, para luego extenderse a los países latinoa-
derecho del consumo y se precisan sus funciones y ramas. Finalmente,
se examinan dos conceptos fundamentales de la disciplina: el consumi-
dor y la relación jurídica de consumo.
Las sociedades de consumo y
la protección de los consumidores
XIX y comienzos del siglo XX
etapa en el desarrollo del capitalismo1. El mundo fue testigo del surgi-
miento progresivo de las sociedades de consumo2. Varios factores pre-
cipitaron su aparición: la producción industrial en serie mediante el uso
1
de una “sociedad postindustrial”. En la sociedad postindustrial la producción de bienes
pierde importancia frente a la generación de servicios y el desarrollo de la tecnología.
Al respecto, véase Daniel Bell, El advenimiento de la sociedad post-industrial (Madrid:
Alianza, 1973).
2 Esta terminología ha sido popularizada por numerosos sociólogos, historiadores
y economistas. Véase, por ejemplo, John Kenneth Galbraith, La sociedad opulenta
(Barcelona: Ariel, 1992); Jean Baudrillard, La sociedad de consumo. Sus mitos, sus
estructuras (Barcelona: Siglo XXI, 1970).
DERECHO DEL CONSUM O: PROBLEMAS Y CONCE PTOS FUNDAMENTALES 7
de líneas de ensamble, la creación de redes de transporte y distribución
a vapor, el perfeccionamiento de las técnicas de investigación y desa-
rrollo, la aparición de las grandes tiendas por departamentos, la distri-
bución minorista en centros comerciales, supermercados, hipermercados
y almacenes de descuento, la creación de tiendas mediante el sistema
del autoservicio, el desarrollo de las técnicas de publicidad modernas,
entre muchos otros. Posteriormente, las sociedades de consumo se han
consolidado gracias a la automatización de la producción, el transpor-
te marítimo y aeronáutico, el transporte multimodal en contenedores,
la nueva publicidad orientada al contexto y, por último, el auge del co-
mercio electrónico3.
Las sociedades de consumo poseen cuatro características fundamen-
tales: la primera es el consumo masivo de bienes y servicios en nive-
les muy superiores a los requeridos para subsistir. En las sociedades de
consumo el problema del abastecimiento está totalmente superado. Se
consiguen todos los productos todo el tiempo, con independencia de las
épocas de cosecha, de las estaciones o de las distancias del transporte.
La segunda es el incremento en la velocidad del ciclo del consumo. Si
antaño una persona compraba un par de zapatos cada año, ahora lo hace
cada dos meses. Las personas tienden a comprar más de lo mismo, en
tiempos reducidos. Tercero, en las sociedades de consumo, los produc-
tos no siempre se conciben para que puedan perdurar. Su vida útil se
reduce. Los productos son desechados sin que haya oportunidad para
repararlos o ponerlos a circular en los mercados del usado. Por último,
sí mismo, las personas se dedican a consumir parte de su tiempo libre,
desplazando otras actividades como el descanso familiar, la interacción
social o la participación política.
Las sociedades de consumo tienen aspectos positivos que es preciso
reconocer. En primer lugar, los altos niveles de producción y las gran-
des velocidades de distribución han permitido a los países desarrollados
3 En los últimos años ha surgido una tendencia revisionista por parte de los histo-
riadores sociales. De acuerdo con esta nueva visión, la sociedad de consumo no sería
una etapa posterior que seguiría al desarrollo de la industria capitalista. Por el contrario,
el consumismo habría contribuido en forma relativamente temprana con el desarrollo
del capitalismo. Al respecto, véase Roberta Sassatelli, Consumo, cultura y sociedad
(Madrid: Amorrortu, 2012), 21-56.
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