Desarrollo, resistencia y cambio. Una mirada desde la estepa rionegrina. - Vol. 24 Núm. 2, Julio 2012 - Revista Desafíos - Libros y Revistas - VLEX 635445161

Desarrollo, resistencia y cambio. Una mirada desde la estepa rionegrina.

AutorNúñez, Paula Gabriela
Páginas135(31)

Development, resistance and change. A point of view from Río Negro's steppe

Desenvolvimento, resistência e mudança. Uma olhada desde a estepe de Rio Negro

Introducción

Las actividades de resistencia no tienen un formato universal, por el contrario, se adecuan a la situación en donde se experimenta la actividad. De hecho, son experiencias que trasladadas de su contexto pueden escapar a la noción de "resistencia". De allí que nos parezca propio anclar la idea de "resistencia" en la de "saberes situados" (Haraway 1993), puesto que es un saber empírico, de resignificación permanente, donde cobra sentido y relevancia tanto la actividad disruptiva en sí como el contexto en donde se desarrolla, para avanzar desde la reflexión que nos ocupa, en lo que Femenías y Soza Rossi (2011) definen como "teorías trashumantes", es decir, espacios de conocimiento y debate que permiten vislumbrar el nivel de emancipación de las iniciativas que, por el nivel de cambios que plantean, elegimos entender en términos de "resistencias". Por ello, a fin de avanzar en estas experiencias de no violencia, proponemos recorrer una iniciativa de organización productiva y comercial que, en el sitio en que se lleva adelante, se plantea como una resistencia al modo en que históricamente se ha desplegado el capital y la organización económica jerarquizada en función de ese orden instituido, erigiéndose en un inicio de cambio estructural.

Como decíamos al inicio, los elementos de contexto resultan tan relevantes como las actividades en sí, y en el caso de la experiencia que se va a analizar, las valoraciones históricamente realizadas sobre el espacio en donde se desarrollan son particularmente interesantes. El presente trabajo recorre una experiencia de organización en una región particularmente relegada de la República Argentina, la estepa de la provincia de Río Negro, denominada en adelante "Línea sur".

Esta área, ubicada en la región patagónica del país, ha sido históricamente invisibilizada, siendo caracterizada por diferentes estudios fuera del esquema productivo central (Dell'Angelo et ál., 1961). Desde muy tempranos informes, la región ha quedado asociada a producciones monopólicas, como la explotación de oveja merino (Sarobe, 1935), que dejó fuera de consideración a iniciativas de trabajo de pequeña y micro escala (Núñez y Conti, 2012). Estas actividades omitidas han sido igualmente llevadas adelante por muchos pobladores de la región, sobre todo la población femenina, aunque no en forma exclusiva. Pero como estos pobladores se han caracterizados por sus necesidades, se ha ignorado recurrentemente sus capacidades y el potencial de sus actividades. Frente a esta situación, en las páginas que siguen se presenta una experiencia de organización que busca, al mismo tiempo, afianzar y visibilizar estas prácticas productivas ignoradas, permitiendo, a partir de esta organización, la revisión del modo en que se ha estructurado esa invisibilidad en el tiempo.

[FIGURA 1 OMITIR]

La trama simbólica de la subordinación

Un primer elemento que considerar es un repetido argumento para fundamentar la permanente valoración peyorativa. El mismo sostiene que las características de la población se justifican en el paisaje. La permanente referencia a un entorno inhóspito reitera de modo recurrente las dificultades para la subsistencia, y de allí se desprenden supuestos de debilidades y carencias de la población que niegan la posibilidad de potenciar capacidades.

Contra la idea de destino manifiesto que subyace en la aseveración previa, la invisibilidad que se busca revisar, vista a lo largo del tiempo, tiene elementos que trascienden a la región que nos ocupa para fundarse en el modo mismo en que la Patagonia se ha incorporado al país. Esto reitera los elementos de contextos mencionados al principio y nos permite sortear el foco exclusivo en el territorio que nos ocupa para tomar como constituyente una configuración territorial más amplia, la de la Patagonia en su conjunto, para, desde allí, indagar en la forma en que se ha reconocido el espacio de línea sur.

Sombras en Patagonia

La Patagonia está atravesada por una invisibilización territorial de larga data, que impactó en forma diferenciada en esta vasta región. La Patagonia argentina se inscribe en los territorios que se incorporan a fines del siglo xix al Estado nacional (1884), cuando este ya estaba formado. Para incorporar estos espacios se llevó adelante el desmantelamiento de las organizaciones sociales de pueblos originarios, a partir de un avance militar que implicó el desconocimiento del derecho a habitar el espacio de esas poblaciones, con el avance conocido como "Campaña del Desierto". Desde esa apropiación violenta se fue dando lugar a la construcción del espacio como parte de un Estado bajo la figura de territorio nacional, una estructura legal que asumía a los pobladores de estos territorios como incapaces de elegir sus propias autoridades o a las autoridades nacionales, quedando todas las decisiones que afectaban estos espacios en manos de un gobierno central que nunca desarrolló un plan de crecimiento regional, justificando la permanencia de la subordinación y la falta de obras en la lejanía y aridez de un paisaje, donde la población se subestimó en forma permanente hasta casi la mitad del siglo xx (Navarro Floria, 2007).

Este proceso no sólo se inició en Argentina. Al otro lado de la cordillera, en Chile, la "Pacificación de la Araucanía" compartió con la iniciativa argentina el desembarco de un conjunto de estrategias de poblamiento diferenciado, con jerarquías valorativas que implicaron el aniquilamiento, la subordinación y la dominación de las poblaciones mapuches, favoreciendo una colonización que, en el caso de la Patagonia argentina va de la mano con la distribución de la tierra en latifundios.

Tomando en consideración estos antecedentes, sostenemos que las iniciativas raciales que se presentan como fundamento del avance militar se vinculan de modo directo a una cierta consideración relacionada con el tipo de actividades consideradas legítimas. Así, la llegada de capitales privados se vincula a la construcción del Estado nacional sobre la región, que desde sus momentos iniciales reconoce de modo diferenciado ciertas actividades, desvalorizando otras.

Vale mencionar que los capitales que se reconocen como legítimos--desde un Estado que configura el apoyo de la estructura legal--lejos de plantearse un esquema de desarrollo regional, fueron progresivamente alineándose con los intereses del espacio económico central de Argentina, la pampa húmeda, al punto de acompañar la fragmentación de intervenciones para adecuarlas al crecimiento de ese centro (Girbal, 2008), debilitando cada vez más las redes vinculares dentro de la propia región patagónica (Núñez, 2003).

Núñez (2011) plantea que la configuración territorial puede homologarse a formas de dominación de género, porque los argumentos que sostienen la necesidad de decidir sobre la población apelan a metáforas que vinculan el paisaje y la naturaleza a imágenes femeninas que reiteran la idea de dependencia. El nivel de subordinación, donde la idea de un territorio reducido a la noción de recurso dio lugar a la omisión de las formas republicanas más básicas, porque la tierra asumida como mujer-productora se asumió con otro carácter de género, el de la minoría de edad fundamentado desde una escasa demografía, que permitió justificar que desde un espacio más poblado se pudiera decidir sobre los intereses de la región en forma más acabada que los propios pobladores, sólo por su número. Desde las metáforas con las cuales se justifica la subordinación, Núñez propone la idea de "feminización del territorio", para dar cuenta de la permanente referencia a un Estado-padre que quedó instalado en el imaginario como remediador de problemas y que, por la permanencia de la metáfora, opera como una de las trabas para concebir las soluciones a partir de la organización de la propia población, limitando los procesos de reconocimiento que nos ocupan.

Siguiendo a Ruffini (2007), podemos pensar que la perdurabilidad de los principios fundacionales que dieron origen a los territorios nacionales habla de elementos de larga duración que no se pueden soslayar si se plantea críticamente el proceso de integración del territorio argentino. Las propias nociones de nación y ciudadanía se ponen en juego, proyectando matices sobre aquello considerado como resistencia, donde los elementos simbólicos y los materiales se entrecruzan como base de la pervivencia del ejercicio de integración desigual. Siguiendo a Polak (2012), las provincias patagónicas aún son consideradas por algunos/as autores/as como periféricas y por otros como despobladas, con una autonomía limitada producto de la baja demografía.

Estos elementos pesaron especialmente en la región de la línea sur. Descripta a principios del siglo xx como una parte estructural de la producción, con plantaciones y cría de ganado asociado al enorme comercio que existía entre Chile y Argentina por la región del Nahuel Huapi (ver figura 1), con el paso del tiempo la desmantelación de ese comercio, la transformación de la frontera en ámbito de conflictos y, sobre todo, la subordinación del desarrollo regional a los intereses del espacio central de Argentina, entre las décadas de los treinta y cincuenta, la línea sur se fue configurando como un punto de fuga del desarrollo, situándose fuera de las principales planificaciones de crecimiento económico para la región. Estos elementos cobraron un peso cada vez mayor en la segunda mitad del siglo xx, cuando los procesos de redistribución de tierras, los factores climáticos y el reiterado acompañamiento a una actividad sobre otras (la explotación extensiva de ganadería de oveja merino), generaron una estructura productiva muy débil, la cual en la década de los noventa se vio sometida a una de las peores crisis por el desmantelamiento de la principal vía de comunicación: el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR