Diario de la crisis - Parte II. Diario de la crisis - Democracia al borde del caos. Ensayo contra la autoflagelación - Libros y Revistas - VLEX 857239883

Diario de la crisis

AutorBoaventura de Sousa Santos
Cargo del AutorProfesor Catedrático Jubilado de la Facultad de Economía de la Universidad de Coímbra, Distinguished Legal Scholar de la Facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison y Global Legal Scholar de la Universidad de Warwick
Páginas191-245
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Lejos de ser una cronología de la crisis, este nuevo capítulo consta
de un conjunto de artículos de opinión sobre el desarrollo de la
crisis, que he publicado a lo largo de los últimos meses en la pren-
sa portuguesa e internacional. Algunos de estos textos preceden a
la publicación de la primera edición portuguesa del libro (mayo
de 2011) y otros aparecieron después (hasta noviembre de 2011).
Algunos de ellos fueron traducidos al español, italiano, inglés y
griego, y publicados en diferentes medios de comunicación. Las
fechas de publicación son cruciales para entender el modo como
he venido reflexionando sobre la crisis en la medida en que la
crisis ha venido reflejándose en mí, en mis convicciones, en mis
solidaridades, en los caminos insondables de la búsqueda de
objetividad sin neutralidad.
el crimen Paga
(Visão, 8 de abril de 2010)
La corrupción es un crimen que paga. Las ganancias son se-
ductoras, los riesgos de que sea detectada no son elevados. La
eventualidad de llegar a ser juzgado y condenado es remota; la
pérdida de la reputación, cuando ocurre, es pasajera y es casi
siempre neutralizada por el “comprensible deseo” de ganar (o
de dejar hacer) un negocio que al final “revierte a favor” del país,
de la economía, de la ciudad, etc. En general, el corrupto activo
o pasivo no se ve encaminándose hacia una carrera criminal.
Observa la ocasión como una oportunidad que puede no repe-
tirse y que cualquiera en la misma situación no desperdiciaría.
Durante mucho tiempo los policías de investigación criminal
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entrenados para investigar homicidas y bandidos tenían dificul-
tad para colgarle la imagen de criminal a personas bien vestidas
y bien habladas de clase superior a la de ellos, que muchas veces
amenazaban con una retaliación a través de sus “relaciones con
los de arriba”. Frente a esto, ¿por qué en ciertos países hay tanta
corrupción y en otros tan poca?
Hay poca corrupción cuando se verifican tres condiciones:
cultura de distinción entre lo público y lo privado y prevalencia de
lo público sobre lo privado; prevención por vía de una cultura de
la transparencia y de mecanismos de acompañamiento a la par y
al paso de los procesos donde puede ocurrir corrupción; combate
eficaz contra el crimen cuando ocurre y castigo rápido y ejemplar.
La presencia de cualquiera de estas condiciones implica leyes, ins-
tituciones y medios; pero, sobre todo, implica una cultura pública
de prioridad del bien común y del Estado como principal garante
de él. En nuestro país no se verifica actualmente ninguna de es-
tas condiciones. En los últimos treinta años dominó una cultura
tramposa de instrumentalización del Estado a través del discurso
anti-Estado. La crítica del Estado, en vez de haber sido utilizada
para crear espacios de genuina autonomía de la economía y de la
sociedad civil —espacios que implican riesgos como condición de
oportunidades— fue utilizada para crear oportunidades sin ries-
gos mediante el recurso a un Estado-prostituto seguro, que, no
teniendo utilidad general, puede ser utilizado para servir intereses
particulares cuya satisfacción supera siempre la retribución. El
Psd
y el
Ps
contribuyeron por igual a la cultura de la prostitución
del Estado, auxiliados por un grupo de comentaristas y analistas
conservadores que, con una intensidad sin paralelo en Europa,
fueron convirtiendo diariamente la realidad del Estado a menos en
la ficción del Estado a más. Invertir este proceso durará décadas,
y no hay señales de que haya comenzado.
Siendo menos un crimen de convicción que un crimen de
oportunidad, la corrupción puede ser eficazmente prevenida
reduciendo las oportunidades de que ocurra. Las oportunidades
tienen lugar en cuatro ámbitos relacionados: grandes contratos
de obras y de abastecimiento del Estado, compañías público-pri-
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vadas, urbanismo, financiamiento de los partidos. Para cualquie-
ra de estos casos hay medidas de prevención cuya eficacia está
ampliamente probada. Para los grandes contratos y compañías,
la creación de unidades de acompañamiento de los contratos,
constituidas por magistrados y técnicos suficientemente especia-
lizados para saber que una coma o un adjetivo puede significar
millones de euros. El Tribunal de Cuentas hoy hace una fiscaliza-
ción concomitante pero limitada a los aspectos jurídicos. Ahora la
corrupción ocurre casi siempre en una zona gris entre lo legal y lo
ilegal, la zona de lo alegal. Para el urbanismo, la introducción de
mecanismos de democracia participativa, especialmente del pre-
supuesto participativo a nivel municipal. Para el financiamiento
de los partidos, el financiamiento público exclusivo. Cuando no
es prevenida, la corrupción puede ser eficazmente combatida
con las siguientes medidas: renuncia inmediata de los respon-
sables de los institutos de control en caso de corrupción en un
área controlada; selectividad del combate centrándolo en la gran
corrupción; creación de equipos de investigación especializados
y multidisciplinares; acceso ilimitado del
mP
a las cuentas banca-
rias; protección de denunciantes o arrepentidos; sistema de ase-
gurar en caja fuerte y con acceso limitado las investigaciones que
inciten a la violación del secreto de justicia; castigo ejemplar a los
medios por hacer revelaciones indebidas que destruyen pruebas.
Afirmar la voluntad política de eliminar la corrupción y no
adoptar estas medidas es pura hipocresía.
el fascismo financiero
(Visão, 4 de mayo de 2010)
Hace doce años publiqué, a petición del doctor Mário Soares, un
pequeño texto (Reinventar la Democracia) que, por su extrema
actualidad, no resisto la tentación de evocar aquí. En él considero
que una de las señales de la crisis de la democracia es el surgi-
miento del fascismo social. No se trata del regreso al fascismo del
siglo pasado. No se trata de un régimen político sino más bien
de un régimen social. En vez de sacrificar la democracia a las
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