La diplomacia pública digital en México y Chile/Digital Public Diplomacy in Mexico and Chile/Diplomacia publica digital no Mexico e no Chile. - Vol. 33 Núm. 1, Enero 2021 - Revista Desafíos - Libros y Revistas - VLEX 876164336

La diplomacia pública digital en México y Chile/Digital Public Diplomacy in Mexico and Chile/Diplomacia publica digital no Mexico e no Chile.

AutorBenaya, Grecia
Páginas1(31)

Introducción

En los últimos años, la tecnología se hace cada vez más presente en la vida cotidiana, social, mediática, económica y política del mundo. A nivel político, las innovaciones tecnológicas también se han hecho sentir en el funcionamiento de los Estados y gobiernos a nivel global, los cuales se han incorporado en mayor o menor medida a estas dinámicas. Ejemplo de ello son el gobierno electrónico y el gobierno digital, conceptos y prácticas cada vez más utilizados por las administraciones públicas para agilizar sus procesos y tener mayor cercanía con los ciudadanos. En cuanto a las relaciones internacionales, estamos observando un proceso de adaptación de las estructuras diplomáticas de los Estados con el propósito de tener presencia en el ciberespacio como un nuevo ámbito o arena en la cual desplegar su acción internacional.

En este contexto, la diplomacia digital es el instrumento empleado por los gobiernos a través de sus cancillerías para llevar adelante la diplomacia pública en el espacio on line, dando a conocer planteamientos y actuaciones enmarcadas en su política exterior. Es así como los ministerios de relaciones exteriores se sirven de diversas plataformas 2.0 para informar sobre sus misiones diplomáticas, asuntos consulares, entre otros aspectos, como un mecanismo de comunicación oficial y permanente. Además de los sitios web, en blogs y redes sociales también se han creado páginas institucionales.

A través de la diplomacia digital, los gobiernos tienen una vía para proyectar sus distintas iniciativas en ámbitos como el comercio, el turismo y la cultura; además de ejercer influencia en diversos temas de su interés: la promoción de la democracia, los derechos humanos, la cooperación internacional. Estas dinámicas que tienen lugar en espacios virtuales han llevado a que las relaciones internacionales como disciplina científica incorporen el estudio y análisis de los temas vinculados con internet y las tecnologías de la información y las comunicaciones entre sus objetos de interés académico. En las interacciones que se desarrollan en el ciberespacio se aprecia una creciente transformación de las prácticas diplomáticas conforme avanzan los adelantos tecnológicos en las TIC y los gobiernos adoptan a nivel institucional nuevas formas de comunicación de tipo bidireccional. Todo esto plantea un escenario novedoso e interesante, considerando que la interacción bidireccional ofrece la posibilidad de una comunicación directa e inmediata con actores no estatales como las organizaciones no gubernamentales (ONG) y los propios ciudadanos, lo que difícilmente sucede por los medios tradicionales.

América Latina y el Caribe no ha sido ajena a este fenómeno. Los ministerios de relaciones exteriores de la región se han ido adecuando progresivamente a las nuevas tecnologías de la información para darle un uso conforme a su interés nacional. En años recientes hemos visto la implementación de canales de comunicación a través de las plataformas 2.0 a nivel institucional en las cancillerías, embajadas, consulados y representaciones permanentes ante organismos internacionales.

Igualmente, los representantes políticos, tanto ministros de relaciones exteriores como los propios presidentes y muchos organismos públicos de la región, tienen cuentas en las diversas redes sociales.

En este artículo analizamos el funcionamiento de la diplomacia pública digital en México y Chile. La metodología empleada fue cualitativa y comparativa. Se examinaron los contenidos de las páginas web y perfiles en las redes sociales de ambos países. Los elementos comparativos fueron la agenda, la presencia y la interacción en el plano digital. El trabajo se divide en seis partes. Después de esta introducción, se sitúa la diplomacia pública digital en el contexto de los cambios tecnológicos recientes. A continuación, se aborda la actividad diplomática de México y Chile en las distintas plataformas 2.0, para seguidamente compararlas; y, por último, se presentan las conclusiones.

La diplomacia pública digital en las relaciones internacionales del siglo xxi

El ciberespacio se ha convertido en objeto de interés y reflexión desde la disciplina de las relaciones internacionales, toda vez que se constata una importante actividad en el ámbito digital por parte de los Estados, gobiernos, organizaciones internacionales, ONG, empresas transnacionales, medios de comunicación y ciudadanos, los cuales buscan ejercer influencia a través de internet. Es así como en los últimos años ha aparecido una mayor cantidad de páginas web, blogs y cuentas en las distintas redes sociales, lo que evidencia la emergencia de un nuevo espacio para la difusión de información y la participación de actores con menor alcance en los medios tradicionales (Rodríguez, 2015). De allí que "la dinámica de interacción y cambio desde el ciberespacio en los procesos internacionales de hoy, sugieren una revisión e incorporación de nuevas propuestas conceptuales en la explicación analítica de las conductas en la política internacional" (Aguirre & Morandé, 2015, p. 12); esta es unas de las razones por las cuales el estudio de dichos fenómenos constituye un reto conceptual y analítico para la disciplina en la actualidad.

En el espacio digital encontramos la continuación de los conflictos, a través de la ciberguerra y los ciberataques, al tiempo que los Estados desarrollan estrategias de ciberdefensa. Mientras eso sucede, tanto las organizaciones internacionales como las ONG promueven la cooperación y la creación de redes para difundir temas de la agenda internacional: migraciones, infancia, refugiados, educación, género, ambiente, entre otros. Los gobiernos también han aprovechado estos espacios para aumentar su audiencia y el alcance de su mensaje; para ello las cancillerías de muchos países ejecutan estrategias de diplomacia pública digital en algunas plataformas 2.0. Esta es una manera de expresar el poder suave y la imagen que los gobiernos desean proyectar en el resto del mundo, empleando los avances tecnológicos en las comunicaciones.

En el caso de la diplomacia pública digital desarrollada por México y Chile, podemos señalar como prácticas de los actores, por un lado, las estrategias y acciones de los gobiernos a través de las cancillerías al desplegar esta diplomacia en las plataformas 2.0; y, por otro lado, las respuestas que reciben de los demás actores internacionales (gubernamentales o no), como resultante de los mensajes y contenidos publicados. Debemos considerar igualmente que los actores no estatales pueden tener o no sus propias estrategias en el ámbito digital, es decir, limitarse a dar respuesta a los mensajes emitidos por los gobiernos y las organizaciones internacionales, o bien desarrollar una agenda específica para ser implementada en el espacio digital.

Para hablar sobre diplomacia pública digital debemos referirnos en primer lugar al concepto de diplomacia pública. De acuerdo con el profesor N. Cull, esta se define como "el intento de un actor internacional de gestionar el entorno internacional mediante el compromiso con un público extranjero" (2009, p. 57) e implica la interacción o contacto con la población de otros países. La diplomacia pública tiene varios componentes: escucha, defensoría, diplomacia cultural, intercambio y radiodifusión internacional (Cull, 2009, pp. 55-56), los cuales son utilizados de modo diferente por cada gobierno en función de sus intereses y recursos.

La escucha tiene que ver con recabar las opiniones del público extranjero y utilizar esa información como insumo en la elaboración de su política o enfoque de diplomacia. La defensoría es la actividad de comunicación que persigue promover ideas o políticas de un gobierno ante el público foráneo. La diplomacia cultural consiste en dar a conocer las artes, humanidades y enseñanza de idiomas en otros países. El intercambio, en enviar ciudadanos a otras naciones y recibir a extranjeros durante períodos de estudio. La radiodifusión es la utilización de radio, televisión e internet para informar a audiencias foráneas (Cull, 2012).

En el siglo xxi se habla de la 'nueva diplomacia pública' para dar cuenta de las transformaciones que ha sufrido esta práctica diplomática en dos vertientes: la incorporación de otros actores y los cambios en las comunicaciones (Melissen, 2011). Respecto a los actores, son aquellos no estatales como las üNG y empresas trasnacionales, pero también actores subnacionales como regiones (por ejemplo, Cataluña, Quebec). Otro tanto ocurre con las ciudades y la así llamada 'diplomacia de las ciudades'. Además, se incluye dentro de los nuevos actores a la comunidad transnacional en línea, estas redes unidas por la religión o ideología ya existían, pero "internet ha hecho que crear y conservar tales comunidades sea exponencialmente más fácil [...] Hoy es posible, para un pueblo geográficamente disperso, como los kurdos de la frontera de Turquía, Iraq e Irán, cohesionarse en un espacio on-line" (Cull, 2012, p. 54).

En cuanto a los cambios en las comunicaciones, la era digital acelera al mundo por sus propias características de instantaneidad, bidireccionalidad e inmediatez de la comunicación, junto a las crecientes posibilidades de acceso, lo cual contrasta con los medios tradicionales a través de los que actuaba la diplomacia pública. Las tendencias apuntan a que la internet y sus usuarios seguirán creciendo, por lo que la adaptación y actualización de los ministerios de exteriores y sus funcionarios debe ser una constante para que la diplomacia pública pueda mantenerse a la vanguardia y lograr sus objetivos. En este sentido,

el crecimiento de la sociedad de redes crea más oportunidades de las que cierra a la diplomacia pública, en especial si el diplomático público tiene en mente las limitaciones de su oficio y la necesidad de pensar en términos de construcción de relaciones. Estas relaciones, que transmiten las ideas que se piensa son necesarias para las políticas...

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