Dos visiones para construir la república - 29 de Marzo de 2019 - El Tiempo - Noticias - VLEX 774130629

Dos visiones para construir la república

Dos visiones para construir la repúblicaCon frecuencia suponemos que federalismo y centralismo son doctrinas contrarias que expresan la continua tensión entre el centro y las regiones, razón por la cual riñen en la organización política y administrativa del país.A menudo culpamos al federalismo y al centralismo de las interminables guerras de la mal llamada Patria Boba y de buena parte de nuestra historia: ya sea por el centralismo arrogante que desconoce la diversidad de las regiones, o por el egoísmo propio de quienes no logran verse como parte de una nación. Además de ser ideas, centralismo y federalismo revelan dos problemas políticos fundamentales del periodo: la creación de una república compuesta por regiones muy diversas y la reconstitución de la comunidad política tras el colapso de la monarquía bajo un nuevo fundamento de soberanía. Tras la invasión de Napoleón a España, el secuestro del Rey y la declaración de los pueblos como soberanos para permanecer leales a él en su ausencia, las autoridades españolas vieron con recelo las nuevas juntas de gobierno americanas y trataron de reprimirlas. La aparición de juntas se intensificó y dio vía a las múltiples constituciones provinciales que se proclamaron entre 1811 y 1816: la soberanía de la monarquía se había fracturado. Los cabildos más importantes del virreinato empezaron a explorar la posibilidad de agruparse en un nuevo cuerpo político. Sin embargo, Cartagena veía con recelo a Santafé, así como Mompox a Cartagena. Fundirse en una nueva unidad política significaba perder lo que apenas se había ganado y no resultaba claro bajo qué nuevas reglas se podía reconstituir una comunidad política más allá de los pueblos. Dos proyectos emergieron como posibles soluciones: la proclamación de la Confederación de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, conformada inicialmente por Cartagena, Antioquia, Pamplona, Tunja y Neiva, presidida por Camilo Torres; y la República de Cundinamarca -con sus aliados, Mariquita y Chocó- con un ejecutivo fuerte, a cargo de Antonio Nariño. Ambos respondieron al problema central del periodo -la necesidad de reconstituir un nuevo cuerpo político- aunque de modo opuesto: la primera articulando soberanías provinciales y constituyendo una institucionalidad central débil; la segunda fusionando las soberanías provinciales en una de carácter nacional, de muy difícil comprensión para quienes jamás habían viajado más allá de sus pueblos. El prolongado conflicto entre...

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