La Economía del Estado Estacionario: ¿El único camino hacia un futuro sostenible? - Núm. 46, Marzo 2008 - Apuntes del CENES - Libros y Revistas - VLEX 420089054

La Economía del Estado Estacionario: ¿El único camino hacia un futuro sostenible?

AutorChristian Kerschner
CargoProfesor Universidad Autónoma de Barcelona, España
Páginas56-99
Apuntes del CENES
ISS 0120-3053
Vol. XXVII No. 46
Págs. Xxx xxx
Marzo 2009
La Economía del Estado Estacionario: ¿El único camino hacia un
futuro sostenible?
CHRISTIAN KERSCHNER
Fecha de recepción: 17 de octubre de 2008
Fecha de aprobación: 12 de diciembre de 2008
Profesor Universidad Autónoma de Barcelona, España. christian.kerschner@gmail.com
RESUMEN
Los economistas ecológicos (p.ej.: Herman Daly) dicen que el desarrollo sostenible solo puede
alcanzarse mediante un drástico cambio en nuestro sistema económico basado en el crecimiento. El
crecimiento económico continuo siendo éste el objetivo de cualquier gobierno, es inherentemente
incompatible con el desarrollo sostenible, a menos que el desarrollo sostenible sea definido de forma
débil; es decir aceptando sustituibilidad entre capital producido por el hombre y capital natural. Esto
ya se lleva actualmente a cabo por la teoría económica neoclásica, las raíces de la cual se
encuentran en el concepto del valor, análogo al principio de conservación de la mecánica clásica.
Algunos autores esgrimen que es este concepto del valor, combinado con la panacea del progreso
tecnológico, lo que permite a la teoría económica neoclásica creer en un crecimiento económico
ilimitado.
No solo el crecimiento económico continuo es físicamente imposible (p.ej.: la hipótesis de la
desmaterialización es un mito) dadas las interpretaciones de Georgescu Roegen al respecto de las
leyes de la termodinámica, sino también indeseable. Varios estudios (p.ej.: cálculos del Índice de
Bienestar Económico Sostenible) sugieren que el actual bienestar de la sociedad humana no esta
aumentando, sino de hecho está disminuyendo a medida que aumenta todavía más el crecimiento
económico.
La alternativa al crecimiento y al decrecimiento es el estado estacionario. La mayor parte de los
economistas clásicos reconocen la existencia de un estado estacionario, incluyendo Adam Smith,
Thomas Malthus, Karl Marx y John Stuart Mill. Todos ellos tenían sus ideas al respecto de este
estado; unos lo igualaban con el desastre, otros lo glorificaban. Sin embargo, la mayoría tenían una
visión positivista al respecto.
Herman Daly apoya la visión de Mill de un estado estacionario positivo p.ej.: inevitable, pero
también normativo. Él cree que la humanidad debería aproximarse a una economía en estado
estacionario (EEE) antes de verse forzada a ello. Daly ofrece un marco político teórico simple que
puede usarse para tal meta. Se necesitan tres instituciones para estabilizar el sistema en un nivel
constante. La primera estaría al cargo de estabilizar la población mundial, cosa que es inevitable. La
segunda institución introduciría cuotas de recolección, que serían subastadas por el gobierno, con el
objetivo de reducir la utilización de materiales y energía (throughput). Finalmente una institución
distribuidora debería asegurar la justicia social mediante la introducción de límites máximos y
mínimos a las rentas.
Obviamente este es un concepto muy controvertido y ha sido mayormente ignorado por los
académicos o descartado por utópico. Robert Ayres argumenta que dada suficiente energía, la cual
puede ser generada encontrando nuevas maneras de capturar los abundantes rayos solares, casi
cualquier cosa puede ser reciclada, permitiendo incluso más crecimiento económico. Hay diversos
defectos en las ideas de Daly y hay cuestiones que deberían ser discutidas (p. ej. Importaciones,
expropiación de la riqueza, incentivos al emprenderismo). Un aspecto importante es si el
funcionamiento del capitalismo puede ser mantenido en un estado estacionario. Mill, Marx,
Schumpeter y Keynes, implícitamente asumieron que una economía en estado estacionario
equivaldría al socialismo (o al menos al fin del capitalismo)
A pesar de esas carencias en el concepto de EEE de Daly, estas no justifican un rechazo a su
enfoque y al estado estacionario como tal, si no que debería estimular el desarrollo de otros
conceptos o sugerencias para su mejora. El discurso de la sostenibilidad no puede y no debe ignorar
el concepto de estado estacionario.
Palabras Clave: Crecimiento Económico, desarrollo sostenible, estado estacionario
ABSTRACT
Ecological Economists (e.g.: Herman Daly) claim that sustainable development can only be achieved
by drastically changing our growth based economic system. Continuous economic growth, which is
the goal of every government, is inherently incompatible with sustainable development, unless
sustainable development is defined in a weak sense; that is as accepting substitutability between
human made and natural capital. This is currently done by neoclassical economic theory, the roots of
which are based on a value concept, analogous with the conservation principle of classical
mechanics. Some authors argue that it is this value concept combined with the panacea of
technological progress, which allows neoclassical economic theory to believe in unlimited economic
growth.
Not only is continuous economic growth physically impossible (i.e.: the dematerialization hypothesis
is a myth), given Georgescu-Roegens interpretations of the laws of thermodynamics, but also
undesirable. Various studies (e.g.: calculations of the Index of Sustainable Economic Welfare)
suggest that the actual wellbeing of the human society is not increasing, but in fact decreasing with
further growth of the economy.
The alternative to growth or decline is the steady state. Most classical economists acknowledged the
existence of a steady state, including Adam Smith, Thomas Malthus, Karl Marx and John Stuart Mill.
They all had their own ideas about such a state; some equated it with disaster, others glorified it.
However, most of them had a positivistic concept of such a state.
Herman Daly supports Mills view of a positive i.e.: inevitable, but also normative steady state. He
believes that humanity would be well advised to bring about a steady state economy (SSE) before it
is forced upon it. Daly offers a theoretically simple political framework, which could be used for such a
goal. Three institutions are to be employed to stabilise the system at a constant level. The first one
would be in charge of stabilising the human population, which is inevitable. The second institution
introduces depletion quotas, which are auctioned by the government, in order to reduce material and
energy throughput. Finally a distributionist institution ought to secure social justice by introducing
minimum and also maximum income limits.
Obviously this is a very controversial concept and has been mostly ignored by fellow scientists or
rejected as utopia. Robert Ayres argues that given enough energy, which could be generated by
finding new ways to capture the abundant solar rays, almost anything could be recycled, allowing for
even more economic growth. There are many flaws within Dalys ideas and there are issues, which

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