Editorial - 1 de Junio de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 513225894

Editorial

Un reto en común

Ha transcurrido una semana desde las elecciones presidenciales del domingo pasado, que definieron los nombres de los finalistas con miras a la segunda vuelta, el próximo 15 de junio. Tras conocerse el escrutinio, tanto la campaña de Óscar Iván Zuluaga como la de Juan Manuel Santos dedicaron la mayor parte de los últimos días a concretar alianzas, reestructurar sus respectivas organizaciones y afinar las estrategias de comunicación, que serán claves para definir el triunfador en la cita que se avecina con las urnas. Pero, aparte de sumar apoyos y convencer a los ciudadanos de que cuentan con la mejor propuesta para las necesidades del país, ambos tienen la responsabilidad de vencer al que podría describirse como un reto común. Este no es otro que la elevada abstención, que el 25 de mayo se acercó al 60 por ciento. En cifras concretas, de casi 33 millones de personas habilitadas para votar, tan solo lo hicieron algo más de 13 millones. Tan bajo nivel de participación genera profundos interrogantes sobre la calidad de la democracia colombiana. Es incuestionable que la legitimidad de los gobernantes y de las decisiones que estos toman cuando ejercen sus funciones se encuentra íntimamente atada a la fortaleza del mandato que reciben. Pero, así mismo, los gobernados tienen la responsabilidad de entender que escoger es un privilegio que hay que poner en práctica. Puesto de otra manera, aquel que sufraga pertenece y además entiende que al ejercer el derecho a elegir también pone en marcha el de exigir. Quienes saben de estas cosas resaltan que el abstencionismo no es un fenómeno nuevo en Colombia. Un trabajo comparativo hecho por el Instituto Internacional para la Democracia (Idea), un organismo no gubernamental con sede en Suecia, revisó la participación electoral en 168 naciones entre 1945 y el 2001. En dicha muestra, ocupamos el puesto 161 en el planeta y el último en Centro y Suramérica, a gran distancia de Argentina o Perú, en donde en promedio votó más del 80 por ciento. Ante la apatía ciudadana, se han emprendido diferentes estrategias, comenzando por las publicitarias. Pero, sin duda, el intento más estructurado quedó explícito en la Ley 403 de 1997, que determinó una serie de estímulos para invitar a la gente a intervenir en el proceso electoral. Lamentablemente, el grueso de la opinión desconoce que, con el certificado que se entrega una vez depositado el sufragio, se tiene derecho a media jornada de descanso...

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