Elementos para el abordaje del problema de la determinación de la inimputabilidad por trastorno mental desde una perspectiva diferente: la racionalidad comunicativa - - - La inimputabilidad por trastorno mental. Un estudio de su determinación a partir de la racionalidad comunicativa y la teoría de sistemas - Libros y Revistas - VLEX 847211644

Elementos para el abordaje del problema de la determinación de la inimputabilidad por trastorno mental desde una perspectiva diferente: la racionalidad comunicativa

AutorWilson Alejandro Martínez Sánchez
Cargo del AutorAbogado egresado de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario
Páginas297-470
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Capítulo IV
Elementos para el abordaje del problema
de la determinación de la inimputabilidad
por trastorno mental desde una perspectiva
diferente: la racionalidad comunicativa
En el capítulo precedente se intentó hacer explícitas las circunstancias
que afectan la abilidad del dictamen pericial psiquiátrico. Allí se dejaron
expuestas las principales razones por las cuales no es ciento por ciento
conable el pronunciamiento médico-legal del psiquiatra forense acerca
de la capacidad del procesado para comprender el sentido de su acción y
para autodeterminarse conforme a dicha comprensión.
En este capítulo, quisiera comenzar subrayando algo que en principio
podría parecer evidente: las circunstancias que reducen la abilidad del
dictamen pericial psiquiátrico causan, a su vez, importantes problemas
jurídico-prácticos para la determinación de la responsabilidad penal. En
términos generales, estos problemas se producen debido a que en casi
todas las legislaciones liberales existen normas que disponen que las
sentencias judiciales deben estar sustentadas en medios de prueba debi-
damente allegados al proceso, y que el acusado solo puede ser condenado
cuando dichos medios de prueba demuestren su responsabilidad más allá
de toda duda razonable. Dado que en nuestra dogmática jurídico-penal
la imputabilidad es un presupuesto de la responsabilidad, los reparos que
surjan sobre la abilidad de los medios de prueba en que se apoya el juez
para determinar la primera podrían llegar a producir dudas razonables
sobre la segunda.
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La inimputabilidad por trastorno mental
En efecto, en el primer capítulo de este trabajo se dejó sentado cómo
la elaboración de dictámenes periciales psiquiátricos ha venido histórica-
mente convirtiéndose en una práctica cada vez más arraigada en nuestra
cultura jurídica, al menos como requisito formal para decidir los casos en
los que existe una alegación de inimputabilidad por trastorno mental. En
la actualidad, este arraigo se hace palpable al constatar que aunque en la
mayoría de las legislaciones de Europa y América se ha adoptado el prin-
cipio de libertad probatoria, cuesta mucho trabajo encontrar en el último
siglo algún caso en el que el juez haya decidido sobre la inimputabilidad
(por trastorno mental) del procesado, sin haber tenido previamente en
cuenta la opinión de un psiquiatra.1 Es decir, aunque técnico-jurídicamente
el principio de libertad probatoria le permitiría al juez decidir sin contar
con un dictamen psiquiátrico, en la práctica es muy difícil encontrar un
precedente en el que ello hubiera ocurrido.
Conforme con lo anterior, es un hecho que en la mayoría de los
procesos judiciales en los que llega a tener lugar un debate sobre la salud
mental del procesado, el dictamen pericial psiquiátrico se constituye en
el principal medio probatorio (y en muchos casos incluso el único) del
que dispone el juez para emitir una decisión sobre la inimputabilidad.
Por esta razón, las circunstancias que afectan la abilidad del dictamen
psiquiátrico tienen efectos en la abilidad de la sentencia judicial. Cuando
el dictamen pericial no es ciento por ciento conable, y la decisión sobre la
inimputabilidad se sustenta única o principalmente en aquel, hay razones
plausibles para dudar de la corrección o veracidad del pronunciamiento
judicial. De esta suerte, los vicios o los defectos que reducen la abilidad
del dictamen pericial terminan convirtiéndose en factores que promueven
o estimulan el error judicial.
Es cierto que en muchas de las legislaciones que pertenecen a nuestro
entorno cultural el principio in dubio pro reo sirve como dispositivo para
reducir la probabilidad de injusticias originadas en un error judicial. Sin
embargo, la aplicación de este principio nos conduce a otro problema
diferente, ya que no toda duda juega a favor del procesado, sino solo aque-
llas que son consideradas razonables y que recaen sobre su responsabilidad
1 Aunque he buscado en la jurisprudencia española, en la alemana y en la colombiana, no he
podido encontrar un antecedente de esa naturaleza.
Elementos para el abordaje del problema de la determinación de la inimputabilidad por trastorno mental
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penal. A la sazón, si toda duda se resolviera a favor del procesado, en la
mayoría de los casos la responsabilidad penal simplemente no existiría,
a causa de las dicultades que supone demostrar todos y cada uno de sus
presupuestos con absoluta certeza. Además, la aplicación del in dubio pro
reo trae anejas algunas cuestiones relacionadas con la distribución de la
carga de la prueba, en el entendido que las dudas razonables solo favore-
cen al procesado, en aquellos asuntos cuya demostración corresponde a la
acusación. En algunos temas jurídico-penales, como ocurre especialmente
con aquellos concernientes a las causales de exclusión de responsabilidad,
no está tan claro que la carga de la prueba corresponda a la acusación, ni
que las dudas razonables que surjan al respecto deban suponer una apli-
cación directa y automática del in dubio pro reo.
En temas como el que nos ocupa, la aplicación del principio in dubio
pro reo debe tener en cuenta no solo que el dictamen pericial psiquiátrico
está inevitablemente expuesto a un margen de error que afecta su abilidad,
sino que además es posible asumir diferentes posturas acerca de la manera
en que se distribuye la carga de la prueba de la inimputabilidad. De tal
suerte, la aplicación del principio in dubio pro reo, más allá de resolver los
problemas asociados a la abilidad del dictamen pericial psiquiátrico, nos
abre la puerta a otro universo de dicultades relacionadas con la nece-
sidad de establecer previamente qué se entiende por duda, cuándo debe
considerarse que ella es razonable y qué clase de dudas razonables juegan
a favor del procesado en materia de inimputabilidad por trastorno mental
(sobre ello intentaré volver en el capítulo siguiente).
Ahora bien, luego de hacer un barrido general por la literatura más
relevante, he llegado a la conclusión de que los problemas derivados de
las circunstancias que reducen la abilidad del dictamen pericial psiquiá-
trico han sido tradicionalmente abordados, en lo fundamental, desde dos
grandes perspectivas:2
1. Por un lado, desde una perspectiva eminentemente jurídica, en el
nivel de los conceptos dogmáticos. Este tipo de iniciativas siguen
la línea de investigación de aquellos autores que han incursionado
2 En sentido similar, aunque no idéntico, cfr. LISKA et al., “Modelling the relationship”,
p. 1745.

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