Un encuentro con el poder
| Autor | John Lindsay-Poland |
| Páginas | 279-295 |
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Un encuentro con el poder
En septiembre de 2014, el comandante del ejército general Jaime Lasprilla
Villamizar era una estrella en ascenso en el ejército colombiano. Hijo de
un sargento asesinado por guerrilleros y hermano de otro oficial del ejér-
cito, había sido comandante de operaciones en Urabá en 2000 cuando los
paramilitares asesinaban indiscriminadamente. Hablaba inglés con fluidez
y era un hijo predilecto del ejército estadounidense. Como comandante del
ejército en 2014 y 2015, defendió públicamente a otros generales acusados
de ordenar asesinatos de civiles y sus Tweets regularmente elogiaban a sus
soldados como héroes. Pero cuando se sentó frente a mí en su oficina, el
general Lasprilla estaba enojado y temeroso. Para entender por qué, debemos
examinar el papel de Lasprilla en el escándalo de los “falsos positivos”.
Tres meses antes, en junio de 2014, Fellowship of Reconciliation (for)
y organizaciones colombianas de derechos humanos, más de doscientas de
las cuales estaba n agrupadas en la Coordinación Colombia-Europa-Estados
Unidos (cceeu), habían publicado un informe titulado “‘Falsos positivos’ en
Colombia y el papel de la asistencia militar de Estados Unidos, 2000-2010”.
El informe encontró, entre muchas otras cosas, que el general Lasprilla era
el oficial de servicio activo con el mayor número de presuntas ejecuciones
extrajudiciales ocurridas bajo su mando, cuando dirigió la Novena Brigada
en el departamento del Huila desde junio de 2006 hasta noviembre de
2007. 1 Laspril la también fue un protegido de los Estados Unidos, instructor
invitado durante un año en Fort Benning, Georgia, estudiante por un año
en la Universidad de Defensa Nacional en Washington y comandante de
unidades que fueron un foco de la asistencia estadounidense, incluida la
1 for y cceeu, “‘Falsos posit ivos’ en Colombia”, 75.
Un encuentro con el poder
Plan Col ombia. Atrocidades, a liados de Estados Uni dos y activismo comuni tario
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Fuerza de Tarea Omega de veinte mil hombres y el Comando Conjunto de
Operaciones Especiales de Colombia.
Aunque la publicación del informe no recibió mucha atención de los
medios en Washington, fue ampliamente cubierta por medios colombianos,
incluido un programa de noticias de tv llamado Noticias Uno. Cuando Noti-
cias Uno me entrevistó, mencioné nuestro hallazgo sobre el general La sprilla.
Luego entrevistaron a Lasprilla, quien dijo que “respetaba” nuestro informe,
pero que todas las setenta y cinco muertes que documentamos ocurrieron
en operaciones de combate legítimas. No admitir que ni siquiera uno de los
asesinatos pudo haber ocurrido fuera de combate era una postura radica l. Sin
embargo, también dijo que había ordenado cuarenta y ocho investigaciones
sobre tales muertes.2
Cuatro días después, me encontraba en el edificio del comando militar
en Bogotá y mi visita coincidió con una ceremonia en el patio que queda
detrás del edificio. Cuando me iba, pude ver a muchos oficiales con sus uni-
formes de gala, dando vueltas, saliendo o yendo a sus oficinas. No lo sabía
en ese momento, pero el presidente Santos acababa de promover a Lasprilla
al rango de mayor general. Mientras bajaba la escalera, vi la c ara claramente
reconocible del general Lasprilla, quien iba subiendo. Tenía una cara grande
y orejas prominentes, una mirada directa y el cabello rasurado. Lo miré, él
me miró y cada uno siguió su camino. Luego, mientras subía las escaleras,
miré por encima del hombro y él volvió a mirar por encima del hombro. “Es
él”, pensé, y seguramente él pensó, “es él”. Aunque no pude leer su mirada,
fue un poco escalofriante.
Unas semanas después de regresar a Estados Unidos, recibí un correo
electrónico de otro oficial que conocí que conocía a Lasprilla. Dijo que Las-
prilla me estaba invitando a reunirme con él en Bogotá para poder explicar me
sus operaciones, incluso ofreciéndome pagar mi vuelo y mi hotel. Rechacé
los pagos, pero acepté reunirme en septiembre.
Yo había seguido la carrera de Lasprilla durante algún tiempo, princi-
palmente debido a la cantidad de ejecuciones extrajudiciales reportadas en
el Departamento de Huila, que había recibido poca atención, incluso en
2 Rojas, Juan Seba stián. “Gral. Ja ime Alonso La sprilla aseg ura que no es respons a-
ble de falsos posit ivos”, Noticias Uno, 21 de junio de 2014, https://c anal1.com.co/not icias/
gral-jaime- alonso-laspr illa-ase gura-que-no- es-responsable- de-falsos-po sitivos/.
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