¿Engaño a los electores y al país? - 21 de Julio de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 871167406

¿Engaño a los electores y al país?

Hace casi veinte años fui a Madrid a visitar a mi hija Rosita, quien entonces cursaba una maestría en Derechos Fundamentales en la Universidad Carlos III. En ese momento había un gran debate público por cuenta de dos jóvenes políticas, equivalentes aquí a concejales, que se habían pasado del PSOE al Partido Popular o viceversa. Como dicen los jóvenes, fueron objeto de bullying por ‘volteadas’. A donde fueran, restaurantes, bares o salas de cine, todo el mundo las insultaba llamándolas "tránsfugas". Para librarse de los ataques resolvieron usar pelucas. Pensé entonces que si algo parecido ocurriera en Colombia, donde el transfuguismo descarado se volvió costumbre sin reproche, se dispararía la economía por la gran demanda de peluquines. Pienso igual ahora, pero en relación con la costumbre de estar buscando firmas para hacerles el quite a lealtades partidistas, y con ello candidaturas a alcaldías, gobernaciones, parlamento y hasta para la presidencia de la República. Cuando los constituyentes del 91, tal vez sin proponérselo, acabaron con el bipartidismo y con los partidos, idearon el mecanismo de las firmas para que los ciudadanos pudieran presentarse a elecciones populares como independientes, huyendo así de la tiranía del bolígrafo de los directivos, jamás se imaginaron que ese mecanismo acabaría convertido en la mejor forma de engañar a los votantes. Nada más en las últimas elecciones varios candidatos fueron "avalados" por firmas, cuando en realidad tenían detrás el apoyo de varios partidos tradicionales, o incluso de todos. Hemos visto en el pasado a políticos de amplísima trayectoria electoral o burocrática que de la noche a la mañana se presentan como "independientes" y deciden, eso sí sin desmontar añejas maquinarias clientelistas, dedicarse a la recolección de firmas. Todo con la falsa intención de mostrarse como outsiders del establecimiento al que han pertenecido siempre. Otra expresión de ese fenómeno es presentarse como profesores -cosa que no hicieron López Michelsen, Carlos Lleras, Abadía Méndez ni José Vicente Concha- bajo el entendido de que así no los mirarían como lo que realmente son: políticos en trance de ser elegidos-. Con el ‘gancho’ de la...

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