Epílogo
Autor | Carlos Martín-Baró |
Páginas | 343-350 |
Epílogo
carlos Martín‑Baró
Nacho, tus amigos Amalio Blanco y Mauricio Gaborit, esos psicólogos so-
ciales empeñados en que tu pensamiento y tu obra no caigan en el olvido,
me piden amablemente que escriba un epílogo para estos artículos inéditos
tuyos de juventud, que ahora se publican. Pero, ¿un epílogo para tu pen-
samiento, tan lleno de vitalidad esclarecedora, siempre nueva y abierta a
quien te lee? Sería más adecuado que yo, como hermano tuyo, escribiera
un prólogo, muy breve, en el que anunciara sin más que sigues vivo, para,
en seguida, dejar que tu palabra continuase reflexionando, libre y trascen-
dente, sobre los grandes problemas del ser humano. Yo me sospecho que
lo que en realidad han pretendido tus amigos con sus buenas intenciones
es que yo escriba unas líneas postreras sobre ti, es decir, un epílogo, desde
un tiempo como el mío tan crecido ya de años. Por consideración a la
edad, no se han atrevido a decírmelo claramente.
Nosotros, tus hermanos, Nacho, hemos iniciado el epílogo de la vida,
esa fase penúltima de extrañeza y apartamiento en la que todo queda muy
lejos. O muy cerca. Te aseguro que no hemos puesto nada de nuestra parte
para llegar a esta situación. No sé lo que ha podido pasar. Nos hemos hecho
simplemente mayores. Estamos algo viejos. No somos más que un presente
fugaz que linda hacia atrás con el olvido y que se ha quedado sin futuro.
Leo y releo tus artículos. Lo hago lentamente, recogiendo la forma
abarcadora y clara con la que reflexionas sobre los complejos aspectos
del dolor, la violencia, la injusticia, la nada existencial, la guerra, para
lograr darnos al fin tu síntesis liberadora, el aire en el que poder respirar
esperanzados.
¡Qué bien escribes, Nacho! Heredaste lo mejor de nuestro padre, su
sensibilidad poética hacia las palabras y su impecable sintaxis creadora.
Pero, sobre esas cualidades, volcaste toda la grandeza, ya solo tuya, de tu
Martin-Baro_RealismoCritico.indd 343 9/10/18 17:18
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba