Epílogo. El 'efecto Foucault' de la política - Historia de la gubernamentalidad II. Filosofía, cristianismo y sexualidad en Michel Foucault - Libros y Revistas - VLEX 857304322

Epílogo. El 'efecto Foucault' de la política

AutorSantiago Castro-Gómez
Cargo del AutorDoctor en letras por la Johann Wolfgang Goethe-Universität de Frankfurt, Magíster en filosofía por la Universidad de Tübingen (Alemania)
Páginas403-428
403
EPÍLOGO
EL “EFECTO FOUCAULT” DE LA POLÍTICA
En la Introducción a este volumen II decíamos que las ideas
políticas de Foucault beben del espíritu de Mayo del 68, en el
que la “suspensión” de los poderes del Estado aparecía como
ideal emancipatorio.1 Intervenir sobre las relaciones microfí-
sicas del poder, como estrategia para “interrumpir” las opera-
ciones del Estado, parecía ser la consigna bélica defendida por
Foucault durante la primera mitad de la década de 1970.2 No
1 Sobre la relación de Mayo del 68 con el pensamiento político de Foucault,
véanse: Pardo, 2000: 23-50; Merquior, 1988: 287-288.
2 José Luis Pardo señala cómo el ideal político de Foucault durante estos años
era el enfrentamiento de la vida desnuda contra el poder soberano. Le fasci-
naba el choque corporal con la policía, la puesta en riesgo de los cuerpos, el
desafío mano a mano contra el poder. A este “modelo bélico” de la política
le oponía el “modelo jurídico” centrado en los mecanismos democráticos,
que para él resultaban inútiles. El esfuerzo de pensadores post-68 como Fou-
cault y Deleuze, nos dice Pardo, “va encaminado a defender la tesis de que el
nuevo ámbito político —microfísico— descubierto por los sucesos de mayo
(y en donde el término “política”, por primera vez, no remite al Estado sino
únicamente al poder, a un poder que significa mas potentia que potestas) es
intraducible al lenguaje de la política y nunca puede ser “comprendido” por
el Estado ni legalizado por él […]. Este sueño-pesadilla de una “política de
lo imposible” alimenta, pues, una filosofía que quiere comenzar por pensar
sin el Estado, y que por ello declara su filiación nietzscheana y su enemistad
404
obstante, con el paso del modelo bélico al modelo gubernamen-
tal, esta forma de entender la política se modifica.3 Los cursos
dictados en 1978 y 1979 mostraron que no es tanto el Estado,
sino tecnologías de gobierno vinculadas a la economía, las que
desde el siglo XVIII han gobernado la conducta de los sujetos
modernos. No solo el Estado y la sociedad civil han sido guber-
namentalizados por completo, neutralizando los antagonismos
allí presentes (de modo que ahí no puede esperarse ningún tipo
de resistencia política), sino que también la subjetividad ha sido
convertida en un “campo de intervención” de la racionalidad
económica.4 Foucault nos dice que, sobre todo después de la
segunda guerra mundial, las técnicas neoliberales de gobierno
han mercantilizado la relación de los sujetos consigo mismos,
neutralizando en buena parte sus potencias creativas. Con todo,
es aquí, en el campo de la subjetividad, donde todavía puede
ofrecerse algún tipo de resistencia, donde existe aún espacio
para el antagonismo. Buscando pistas para entender esta resis-
tencia, nuestro filósofo recurre al mundo antiguo en sus cinco
últimos cursos del Collège de France. Y la pista más importante
la encontró en las “artes de la existencia” desarrolladas en la
Grecia clásica (siglo V a.C.), el mundo helenístico (siglos I-III
d.C.) y el monacato cristiano (siglos III-V d.C.). El estudio de
hacia el “filósofo-funcionario”, servidor del Estado y defensor del Derecho”
(Pardo, 2000: 31-32).
3 Leer la filosofía política de Foucault exclusivamente sobre la base del modelo
bélico, sin tener en cuenta al paso el modelo gubernamental, conlleva fuertes
equívocos en la interpretación de su obra posterior. Véase, por ejemplo: Cerón
Gonsalez 2011.
4 Con el abandono del modelo bélico y la introducción de la subjetividad co-
mo variable relativamente independiente, tanto del poder como del saber,
Foucault escapa ciertamente a las críticas que había recibido por parte de
Habermas y Honneth en el sentido de que su diagnóstico se funda en una
visión “mecanicista” y “funcionalista” de la conducta humana (behavioris-
mo). No obstante, esta importante modificación no logra afectar la gravedad
del diagnóstico que había ofrecido en libros como Vigilar y Castigar. Al igual
que Horkheimer y Adorno, pero con otro lenguaje, Foucault piensa que la
“gubernamentalidad” ha logrado subsumir a su lógica (técnico-instrumental)
todas las instituciones modernas. Véase: Honneth, 1986: 216-223.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR