¿Es factible lograr un equilibrio entre oferta y demanda?
| Autor | Sergio Cárdenas, José Danilo González, Edgar Ramírez |
| Páginas | 69-87 |
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Capítulo 4
¿Es factible lograr un equilibrio entre oferta y demanda?1
Los casos revisados hasta el momento tuvieron como objeto analizar y destacar los
complejos procesos y factores que determinan la forma en que se concretan la oferta
y la demanda de información y evidencia. Todos estos aspectos influyen, en la prác-
tica, en los procesos de uso de información y evidencia, no solamente en el caso de
los decisores en los niveles organizacionales más altos, sino entre los responsables
de implementar directamente los programas educativos.
La posibilidad de observar y analizar en comunidades escolares la forma en que
se lleva a cabo el uso de información, es una oportunidad para validar las prácticas
de uso entre los funcionarios que tienen una interacción directa con potenciales
usuarios de programas. Es decir, permite observar prácticas de uso, no solamente
entre los niveles jerárquicos superiores, sino entre quienes adaptan los programas de
forma inmediata a requerimientos de los potenciales beneficiarios. En otras palabras,
se intenta abrir la “caja negra” de las escuelas como potenciales usuarios de la infor-
mación y la evidencia generadas con la Evaluación Nacional de Logro Académico en
Centros Escolares (Enlace), con el fin de explicar cómo reaccionan los integrantes
de la organización más cercanos a la población objetivo ante información sobre el
desempeño de los estudiantes.
Características del caso
El presente capítulo busca describir los efectos derivados de la implementación y
la difusión de resultados de la prueba Enlace, una prueba realizada por el Gobierno
mexicano que tenía por objeto explícito la generación de información para ser
aprovechada en actividades de planeación escolar. El propósito de este análisis es
1 Este capítulo es en coautoría con Iván Martínez Flores. Candidato a doctor en Política Pública por
la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte. Magíster en Administración y Políticas Públicas
por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (
CIDE)
. Sus intereses de investigación se con-
centran en el análisis de políticas educativas y de políticas de drogas.
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Aprender de la evidencia
explicitar los mecanismos que determinarían las prácticas de uso de información
en comunidades escolares, el nivel organizacional más cercano a la población por
atender. En particular, este estudio de caso analiza el uso colectivo de la evidencia
que generó la prueba para examinar si los resultados de esta fomentaron cambios
en las actividades de planeación en la comunidad de docentes, directores y otros
actores relevantes y, por tanto, si incidieron en las decisiones que se tomaron en torno
a las prácticas de enseñanza desarrolladas en las aulas.
En este capítulo se destacan algunos aspectos que explican la motivación de
integrantes de organizaciones gubernamentales, en este caso comunidades escolares,
para promover un uso instrumental y cambiar su comportamiento como resultado
de la generación de información y evidencias. Lo anterior cobra relevancia debido a
que los resultados académicos de los alumnos con frecuencia son atribuidos, exclu-
sivamente, al desempeño de la propia comunidad educativa, como producto del esta-
blecimiento de patrones adecuados de interacción y colaboración (Abelmann et al.,
1999). De acuerdo con este enfoque, el patrón de comportamiento con respecto al uso
de información en las comunidades escolares está mediado por la uniformidad que
existe entre los integrantes de la comunidad escolar en relación con los objetivos de
aprendizaje por alcanzar para todos los alumnos; por tanto, el desempeño docente se
verá afectado por la adopción de un proceso colaborativo en el que la información
disponible y su interpretación colectiva genera un aprendizaje organizacional y una
reflexión permanente sobre objetivos, actividades y resultados.
Antecedentes de la prueba Enlace
El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (
INEE
) se creó con el fin de
dar cumplimiento al “derecho que tiene toda la sociedad de conocer cuál es la calidad
y la equidad de la educación básica impartida en el país, [lo que] aseguraría una más
amplia difusión de los resultados en toda la sociedad” (Fernández y Midaglia, 2005),
tal como se describió en un capítulo anterior. La creación de este organismo se ali-
neaba con otras estrategias gubernamentales en el ámbito educativo que tenían como
objetivo proveer información tanto a potenciales beneficiarios como a funcionarios
educativos o decisores, con el fin de fortalecer procesos de transparencia y rendición
de cuentas, así como para propiciar el diseño de políticas educativas más efectivas.
Como parte de estos esfuerzos, una de las principales estrategias de evaluación
educativa fue la introducción de la prueba Enlace. Esta se realizó por primera vez en
el 2006, con una población en el ámbito nacional de ocho millones de estudiantes
de tercero a sexto grado de primaria y del tercer grado de secundaria.
Esta prueba nació en un contexto en el que se promovía la implementación de
evaluaciones nacionales e internacionales de desempeño académico estudiantil como
un mecanismo de generación de evidencia para reorientar la gestión de los sistemas
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