España: la fractura de la identidad nacional - Izquierdas del mundo, ¡uníos! - Libros y Revistas - VLEX 857365519

España: la fractura de la identidad nacional

AutorBoaventura de Sousa Santos
Cargo del AutorProfesor Catedrático Jubilado de la Facultad de Economía de la Universidad de Coímbra, Distinguished Legal Scholar de la Facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison y Global Legal Scholar de la Universidad de Warwick
Páginas173-188
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Capítulo 6
ESPAÑA: LA FRACTURA
DE LA IDENTIDAD NACIONAL
En los últimos años, en España la izquierda-izquierda ha pa-
sado por un momento excepcionalmente prometedor. A raíz
del movimiento de los indignados (más conocido en España
como 15M), aprovechando la insatisfacción de los españoles
con un Gobierno conservador masivamente corrupto (PP,
Partido Popular) y el fracaso de una alternativa con el Partido
Socialista Obrero Español (PSoe), desgastado por un gobierno
rehén del neoliberalismo, nació un nuevo partido de izquierda:
Podemos. Surgió como una fulguración política en 2014 y tuvo
un éxito sorprendente en las primeras elecciones en las que
participó, al ser elegidos cinco diputados para el Parlamento
Europeo. Además de ser un partido nuevo, era un partido de
nuevo tipo, con una relación orgánica con el movimiento social
del que emergía (el movimiento de los Indignados). Asimismo,
era un partido nuevo por contar con muchos jóvenes entre sus
líderes. Se anunciaba el fin del bipartidismo, que surgió con la
transición a la democracia consagrada en la Constitución de
1978, la alternancia entre el PP y el PSoe, con el antiguo Partido
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Comunista, más tarde Izquierda Unida, reducido a una exis-
tencia muy modesta.
Podemos fue la respuesta de aquellos y aquellas que en el
movimiento de los Indignados defendían que el movimiento
de las calles y las plazas debía prolongarse a escala institucio-
nal, transformándose en un partido. Pese a adoptar la lucha
institucional, Podemos se presentó como el partido contrario
al régimen de la Transición (el posfranquismo iniciado en 1978
con la nueva Constitución), con el argumento de que ese régi-
men había originado una élite o casta política y económica que
desde entonces se expresaba políticamente en la alternancia
entre los dos partidos del régimen (PP y PSoe), una alternancia
sin alternativa. Las posiciones iniciales del partido llevaron a
algunos a pensar, en mi opinión desacertadamente, que está-
bamos ante un nuevo populismo de izquierda, que oponía la
casta al pueblo. De hecho, se decía que la dicotomía izquierda/
derecha no captaba la novedad y la riqueza programática y or-
ganizativa del partido, que era necesaria una “nueva” manera
de hacer política, opuesta a la “vieja” política. Al tratarse de
un partido nuevo, sus bases organizativas eran frágiles, pero
esa fragilidad se veía compensada con el entusiasmo de los
militantes y los simpatizantes.
loS difícileS caminoS de la articulación
entre laS izquierdaS
En estas condiciones, no era de esperar ninguna aproximación
o articulación entre las izquierdas, sobre todo entre la Izquier-
da Unida y el PSoe. De hecho, la gran mayoría de los adeptos
de Podemos no consideraba que el PSoe fuera un partido de
izquierda ante las concesiones que los socialdemócratas habían
hecho al neoliberalismo de la UE. Estábamos en un periodo de
medir fuerzas y ese proceso era particularmente decisivo para
Podemos. Las primeras “mediciones” no podían ser mejores.
Nacido en enero de 2014, las encuestas de opinión mostraban

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