El estancamiento secular y el regreso al liberalismo
Autor | Ramón Abel Castaño Tamayo |
Cargo del Autor | Abogado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia y economista de la Facultad de Ciencias Económicas de la misma universidad. |
Páginas | 391-406 |
Capítulo 21
El estancamiento secular
y el regreso al liberalismo
Del ciclo de coyuntura a la estanfl ación
Teoría neokeynesiana del estancamiento
El con su mo y la crisis
Los modelos keynesiano y neo-keynesiano
El regreso al liberalismo
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Ramón Abel Castaño T. - Humberto González G.
IDEAS ECONÓMICAS MÍNIMAS
1. Del ciclo de coyuntura a la estanflación
Según la teoría keynesiana de las crisis1 , el volumen de empleo depende de
muchas variables, entre ellas, de la propensión al consumo, de la preferencia
por la liq uide z (que infl uye en las alzas y bajas del tipo de inte rés) y de la efi cacia
marginal del capital. Pero sugiere que el carácter esencial del ciclo se debe a
cómo fl uctúe la efi cacia marginal del capital, aunque agravada por fl uctuaciones
ex post de las otras variables.
Ahora bien, la efi cacia marginal del capital no depende sólo de la abundancia
o escasez de los bienes de capital, que infl u ye en su tasa de rendimien to, ni del
costo corriente de producción de los mismos, en términos de tipo de interés,
sino, fundamentalmente, de las previsiones actuales de los empresarios acerca
de su futuro rendimiento. Las bases de tales previsiones son muy precarias y
apoyadas en pruebas mudables e inseguras que las expone a c ambios violentos
y repentinos; así, cuando se empieza a pensar que los costos actuales de
producción son más altos de lo que serán en el futuro, ya hay una razón para la
baja de la efi cacia marginal del capital, y una vez que surge la duda se ex tiende
rápidamente.
Las últimas etapas de la expansión se caracter izan por las esperanzas optimistas
res pect o al re ndimie nto f uturo de los b iene s de ca pital , lo ba stant e fue rtes p ara
equilibrar su abundancia creciente y sus costos ascendentes de producción y,
probablemente también, una alza en la tasa de interés. Pero cuando viene el
desencanto, se derrumban con fuerza violenta y aún catastrófi ca. El pesimismo
y la incertidumbre del futuro que acompañan al derrumbamiento en la efi cacia
marginal del capital, precipita un aumento en la preferencia por la liquidez
(demanda monetaria de dinero para el ahorro) que conlleva una elevación del
tipo de interés, y aún la disminución de la propensión a consumir de un gran
sector de la sociedad, los tenedores de valores bursátiles con mentalidad de
accionista, cuyo nivel de consumo depende menos de sus ingresos que de las
altas cotizaciones de la bolsa; al bajar éstas, como consecuencia del pánico,
disminuyen su consumo.
El infl ujo de la variable monetaria (ahorro y alza del tipo de interés) es, pues,
posterior a la quiebra de la efi cacia marginal del capital, y sobreviene como
agravante de la crisis. La política de moneda abundante para bajar el tipo de
interés es buena para combatir la depresión, pero puede no tener ningún
efecto, porque “no es fácil resucitar la efi cacia marginal del capital estando,
como está, determinada por la indirigible y desobediente sicología del mundo
de los negocios”.
1 Ver John Maynard Keynes, op. cit. Cap. 22
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