Factores detrás del aumento de precios en el sector agrícola a inicios del siglo XXI: rentas, salarios, petróleo y productividad - Núm. 88, Enero 2021 - Revista Desarrollo y Sociedad - Libros y Revistas - VLEX 873462166

Factores detrás del aumento de precios en el sector agrícola a inicios del siglo XXI: rentas, salarios, petróleo y productividad

AutorHernán Alejandro Roitbarg
CargoInstituto de Humanidades y Ciencias Sociales del Litoral (Universidad Nacional del Litoral y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas). Correo electrónico: hernanroit@gmail.com.
Páginas169-199
169
desarro. soc. 71, primer semestre de 2013, pp. x-xx, issn 0120-3584
Revista
Desarrollo y Sociedad Segundo cuatrimestre 2021
PP. 169-199, ISSN 0120-3584
E-ISSN 1900-7760
88
Factores detrás del aumento de precios en el
sector agrícola a inicios del siglo XXI: rentas,
salarios, petróleo y productividad
Hernán Alejandro Roitbarg1
DOI: 10.13043/DYS.88.5
Resumen
Durante los primeros años del siglo XXI los precios agrícolas han quebrado la
trayectoria dominante por décadas. El trabajo se propone estudiar los determi-
nantes de tal cambio. La metodología parte de un enfoque clásico de precios
e información de matrices Insumo-Producto provenientes de la World Input-
Output Database (Timmer et al., 2015). Los indicadores incluyeron renta cap-
tada por la técnica media; uso de tierras; impactos acumulados en precios del
costo del petróleo importado; salarios reales; y productividad total del trabajo.
Los resultados confirman que los precios del sector agrícola han aumentado
tanto por la mayor producción intensiva como por el nuevo contexto insti-
tucional referido al encarecimiento del petróleo, salarios más altos y el lento
progreso técnico. En conclusión, estos elementos configuran un nivel de pre-
cios mínimo mayor al de décadas previas, lo que brinda cierto espacio para
políticas de cambio estructural en los países en desarrollo.
Palabras clave: desarrollo, intercambio, productos básicos, oferta, economía
global.
Clasificación JEL: F10, F14, O13, O50.
1 Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales del Litoral (Universidad Nacional del Litoral y Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas). Correo electrónico: hernanroit@gmail.com.
Este artículo fue recibido el 5 de agosto del 2020, revisado el 11 de febrero del 2021 y finalmente
aceptado el 4 de abril del 2021.
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Desarrollo y Sociedad
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E-ISSN 1900-7760
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Factors behind the price increase in the agricultural
sector at the beginning of the twenty-first century:
Rent, wages, oil and productivity
Hernán Alejandro Roitbarg2
DOI: 10.13043/DYS.88.5
Abstract
During the first years of the 21st century, agricultural prices reversed the tra-
jectory that had dominated for decades. The purpose of this paper is to study
the determinants of such change. The methodology used was based on a clas-
sic approach to prices and information of Input-Output Tables from the World
Input-Output Database (2012, 2016). The indicators included; rent captured
by the average technique, land use, and accumulated price impacts follow-
ing changes in the cost of imported oil, real wages, and total labor produc-
tivity. The results have confirmed that agricultural prices have increased due
to increased intensive production and the new institutional context related
to higher oil prices, higher wages, and slow technical progress. In conclusion,
these elements make up an elevated minimum price level higher than in pre-
vious decades, which provides some space for structural change policies in
primary developing countries.
Keywords: Development, trade, commodities, supply, world economy.
JEL Classification: F10, F14, O13, O50.
2 Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales del Litoral (Universidad Nacional del Litoral y Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas). Correo electrónico: hernanroit@gmail.com.
This paper was received on August 5, 2020, revised on February 11, 2021, and finally accepted on April
4, 2021.
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Introducción
Desde la primera década del siglo XXI, los precios de las materias primas agrí-
colas se han elevado de una forma extraordinaria. Según el tipo de bien, su
precio se ha duplicado y hasta cuatriplicado en relación con las manufacturas.
Este fenómeno ha significado un quiebre en la tendencia de precios, lo que ha
despertado nuevas esperanzas para los países en desarrollo.
Debido su importancia, numerosos estudios han buscado dilucidar los facto-
res que explican tal aumento. La mayoría de la literatura consiste en estudios
a nivel de producto que soslayan la importancia del exceso de la demanda
y la escasez de la oferta.
Sobre la primera variable, los trabajos han resaltado el papel de la demanda
física derivada de la rápida transformación de China (Ocampo y Parra, 2010)
y de la demanda financiera asociada a la integración de los commodities
a los principales mercados bursátiles (Kilian y Lee, 2014). Sobre la rigidez de
la oferta, los trabajos han destacado el papel de la baja inversión en petró-
leo en la década previa (Adelman y Watkins, 2008), el agotamiento de cier-
tos recursos naturales mineros (Cuddington y Nülle, 2014) y el impacto en la
producción de eventualidades como el clima (Trostle, 2010) o los conflictos
bélicos (Hamilton, 2009).
A fin de complementar tales estudios, a partir de un enfoque clásico de pre-
cios, el artículo se propone esclarecer el canal de transmisión entre los mayores
precios de los bienes agrícolas y las nuevas condiciones del mercado. El enfo-
que propuesto enfatiza el rol de la distribución y la técnica como explicación
de los precios de producción, los cuales se entienden como precios teóricos de
largo plazo en torno a los cuales los precios de mercado convergen debido a la
libre movilidad de capital. En otras palabras, se estudian los precios mínimos
a los cuales un producto puede venderse de forma sistemática de manera que
se asegure la reproducción del capital involucrado.
El artículo se compone de cinco secciones, incluida la presente introducción. En
la primera, se aborda la literatura especializada, en particular se resumen las
principales explicaciones sobre el aumento de precios relativos de los productos
agrícolas. En la segunda, se exponen las fuentes de datos utilizadas y las defi-
niciones metodológicas asumidas. En la tercera, se presentan los resultados
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computados para el periodo 2003-2008, según los datos del sector de agri-
cultura, ganadería, silvicultura y pesca de cuarenta economías. La cuarta sec-
ción refiere a las principales conclusiones.
I. Revisión de la literatura
El último boom de los commodities es un hecho histórico singular, complejo
y de amplia investigación. A fin de indagar sobre sus principales explicaciones,
se presenta un breve repaso del conjunto de estudios sobre el periodo. Estos
se pueden dividir entre aquellos que se enfocan en los factores que generaron
los puntos máximos (2007-2008 y 2010-2011) y aquellos que se concentran
en la tendencia de la fase ascendente (2003-2011).
Los primeros explican dichos puntos máximos por el efecto de la mayor vola-
tilidad proveniente de la operación de fondos de inversión y otros eventos
coyunturales, como factores climáticos que disminuyeron las ratios de stock/
uso y políticas comerciales en países productores (Trostle, 2010). Los segun-
dos plantean una discusión que todavía sigue abierta y se agrupan en torno
a tres factores: la demanda física, la demanda financiera y la oferta global.
A. Demanda global y de países emergentes
Más allá de las conjeturas acerca de la mayor volatilidad en ciertos años, gran
parte de la literatura se ha concentrado en la fase ascendente y la ruptura de
la tendencia previa. En este caso, como factor desencadenante la mayoría
de los estudios han destacado la fuerte e inesperada demanda, en particular
la proveniente de China y de otros países emergentes como India (Radetzki
y Wårell, 2016; Yin y Han, 2016).
En el caso de la agricultura, a nivel mundial el consumo per cápita aumentó de
1998 a 2011 en diversos productos. Según la OECD-FAO (2018), el trigo pasó
de 60.1 a 66.1 kilogramos per cápita (kg/pc); el maíz, de 14.5 kg/pc a 17.1
kg/pc; la soja, de 1.9 kg/pc a 2.3 kg/pc; y el queso, de 1.4 kg/pc a 2.9 kg/pc.
Asimismo, debido a cambios cualitativos en la dieta de Oriente (Braun, 2011),
la demanda en China solo fue positiva en granos como el maíz y las semillas
oleaginosas, con aumentos de 5.5 kg/pc a 6.3 kg/pc y 4.5 kg/pc a 6.1 kg/pc,
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respectivamente, entre la década de 1990 y la primera década de los 2000.
Los incrementos mayores se dieron en otros productos primarios, como car-
nes, pescados y lácteos. En carnes, por ejemplo, China pasó de un consumo de
1.8 kg/pc en la década de 1990 a 3.1 kg/pc en la década de los 2000, mientras
que a nivel global el consumo per cápita se mantuvo cerca de los 6.5 kg/pc.
En la literatura convencional se destaca la influencia de dos elementos en la
dinámica de la demanda global.
En primer término, la demanda ha recibido el impacto del crecimiento de
las economías emergentes vía aumento de sus ingresos per cápita. En el caso
de China, la importación de alimentos se origina por la confluencia de dos
procesos: la baja oferta interna y el aumento acelerado de su consumo de ali-
mentos. La reducida oferta se explica por el efecto de la industrialización en la
disponibilidad de tierras para el cultivo y por la baja productividad de su sector
agrícola. Asimismo, la mayor demanda de alimentos se originó en el aumento
del ingreso medio y el mayor consumo de ciertos tipos de bienes asociados
con el patrón de alimentación de las clases medias. Este hecho, según Braun
(2011), ha motivado el cambio de hábitos alimentarios y ha generado un mayor
nivel de consumo por el paso de alimentos ricos en almidón a productos deri-
vados de la carne y los lácteos. Ambos intensivos en el uso de granos. En sín-
tesis, el aumento de la población y de los ingresos per cápita, acompañado de
mayores clases medias, urbanización y diversificación de la dieta, se ha tra-
ducido en una mayor demanda de alimentos, en particular de carnes y pro-
ductos animales (Trostle, 2010).
En segundo término, otro componente de la demanda global han sido los reque-
rimientos legales de biocombustibles y obligaciones de mezcla en Estados Uni-
dos y la Unión Europea. Esta política no solo aumentó la demanda intermedia
de granos para biocombustibles, sino que también generó un incremento de
costos en otros cultivos, debido al nuevo costo oportunidad de la tierra (Con-
ley y George, 2008; Dean y Fung, 2009; Mitchel, 2008; Rosegrant et al., 2008;
Zhang et al., 2010; Zilberman et al., 2013).
Según Cuddington y Jerrett (2008) y Erten y Ocampo (2013), en los cuatro
booms an ter ior es p rev ale cie ron pro ces os s imi la res . El pri mer cic lo, por eje mpl o,
coincidió con la mayor demanda proveniente de los requerimientos de insumos
de la industrialización de Estados Unidos a finales de siglo XIX. El segundo se
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debió a una mayor demanda de insumos por parte de la reconstrucción pre-
via a la segunda guerra mundial, en 1930. El tercero también coincidió con
circunstancias de mayor demanda derivada de la recuperación industrial de
Europa y Japón, a fines de 1950 e inicios de 1960. Por último, el ciclo actual,
que para los autores comienza a fines de 1990, se debe fundamentalmente
a la rápida industrialización de China y otras economías emergentes.
Por otro lado, estos autores destacan que el menor crecimiento en las poten-
cias industriales también forma parte de la explicación del mayor valor rela-
tivo de los productos básicos. Su influencia se desprende porque los precios
industriales con los cuales se comparan los commodities se han mantenido en
valores estables a raíz de un periodo de bajo crecimiento económico.
B. La hipótesis financiera
A partir los cambios de la década de 1970, como la crisis del petróleo, la caída
de Bretton Woods y la reconfiguración de la forma de producción a nivel inter-
nacional, la mayor volatilidad en el precio de los commodities com enz ó a v ers e
como un aspecto estructural nuevo. En el plano académico empezó a ganar
espacio la literatura que puso foco en las variables de mediano plazo, patrones
cíclicos y la volatilidad de los precios (Bastourre et al., 2012). En otras pala-
bras, se inició el estudio de las variables macroeconómicas que afectaban a la
generalidad de los precios de materias primas.
Según Bastourre et al. (20 08) y Ba sto urr e et al. (20 12) , de sde la d éca da d e 1970
en adelante se han estudiado principalmente tres variables: el tipo de cambio
real de Estados Unidos, el ingreso mundial y la tasa de interés real de Esta-
dos Unidos. Además, los autores añaden que, a pesar de su poco tratamiento,
también ha sido relevante el estudio de otros aspectos financieros en los pre-
cios de los commodities.
Según estos autores, Ridler y Yandle (1972) y Dornbusch et al. (1985) fueron
los primeros estudios que analizaron la relación entre el tipo de cambio real
de Estados Unidos y el precio de los commodities. En Ridler y Yandle (1972), se
identifica una relación negativa entre el valor del dólar y el precio en dólares
de los commodities, lo cual configura un efecto denominación que se estima
con una elasticidad negativa de valor absoluto menor a la unidad, magnitud
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dependiente del tamaño relativo de Estados Unidos como productor y con-
sumidor del bien.
En la actualidad, Chen et al. (201 0) h an d emo str ado que est a re lac ión neg ati va
puede ser útil para pensar las variaciones recientes, dado que se observó tanto
una pérdida de valor del dólar como un aumento de precios sostenido. Ade-
más del efecto denominación, también se destaca el canal entre la demanda
especulativa y el tipo de cambio del dólar. Según esta hipótesis, los especu-
ladores se resguardan de la caída en el valor del dólar dirigiendo su capital
hacia los commodities.
Otra hipótesis trabajada sostiene que los nuevos precios corresponden a una
mayor demanda mundial debida al mayor ingreso global, relación también
analizada por Dornbusch et al. (1985) en el plano teórico. La hipótesis tam-
bién fue testeada sobre los años recientes con evidencias que sostienen el
impacto positivo de la variable, sobre todo en otro tipo de productos (Kilian,
2009; Stuermer, 2017).
Por último, existen varios canales identificados para la tasa de interés real
como hipótesis del efecto macro general. El primer análisis empírico fue el de
Pindyck y Rotemberg (1988). Allí se identifica que gran parte del movimiento
conjunto de los precios se debe a reacciones conjuntas de inversiones (efecto
manada) ante cambios en la tasa de interés de referencia. En la actualidad, el
incremento de liquidez y la baja de la tasa de interés estimularon movimien-
tos de capital desde Estados Unidos hacia los mercados emergentes, lo que
aumentó la inversión en activos, como acciones, mercados inmobiliarios y com-
modities (Beckmann et al., 2014; Belke et al., 2013; Hammoudeh et al., 2015).
Un enfoque más esquemático se encuentra en Frankel (2006), para el cual los
precios de las materias primas responden a la tasa de interés a causa de tres
motivos principales.
En primer lugar, dado que existe la motivación del valor de reserva, si baja
la tasa de interés, el presente deja de ser atractivo y disminuye el incentivo
para la extracción actual de recursos naturales. En segundo lugar, dado que
también existe el motivo especulativo, también puede suponerse que, cuando
baja la tasa de interés, se generan expectativas sobre un aumento de precios
y aumenta la conveniencia para las firmas de no vender actualmente (lo que
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acumula inventarios físicos que a su vez son más baratos de mantener fuera
de mercado). En tercer lugar, el autor afirma que la reducción de la tasa alienta
a los especuladores a cambiar bonos del Tesoro por contratos en commodities,
lo cual a su vez les permite resguardarse de la expectativa de inflación futura
asociada a una política monetaria expansiva.
Más allá del impacto de la política monetaria, hay quienes sostienen que la asi-
milación de las materias primas al resto de activos financieros ha hecho que
su precio ya no solo responda a cambios en la oferta, demanda y las variables
macroeconómicas explicadas. En ese sentido, los precios responden también
a otros factores que afectan a los activos financieros y promueven reaccio-
nes en conjunto, elementos ligados a la aversión al riesgo de los inversores,
el rebalanceo de carteras y la interacción entre commodities y el resto de acti-
vos (Bastourre et al., 2008). Según esto, el alza de precios ha sido generalizada
porque existió un comportamiento no racional de los actores financieros que
generó lo que se conoce como burbuja de commodities.
En relación con la hipótesis financiera, Tang y Xiong (2012) plantean una posi-
ción firme a favor de la influencia de los elementos financieros. Los autores
afirman que el último boom no se debió enteramente a la demanda de China
(que solo afectó a un grupo de commodities), sino fundamentalmente a la
financiarización de los commodities, ya que esta implicó a todos los subgru-
pos de forma sincronizada.
En el mismo sentido, otras investigaciones resaltan el impacto de la desregu-
lación financiera y el surgimiento de innovaciones en el mercado de futuros
de 2003 a 2008. En concreto, tales hechos aumentaron de 13 000 a 260 000
millones de dólares los fondos con destino al mercado financiero de commo-
dities (Serrano, 2013). En la misma línea, Bastourre et al. (2012) encuentran
que la demanda de commodities puede variar en función del contexto finan-
ciero, de modo que, si este es inestable y volátil, puede que la demanda espe-
culativa de commodities aumente porque estos bienes permiten diversificar
y disminuir el riesgo de la cartera.
Si bien la mayoría de los economistas reconoce el impacto de la financiariza-
ción, algunos sostienen que el comportamiento de los inversores solo agrega
mayor volatilidad a una tendencia ya derivada de factores fundamentales.
Es decir, afirman que, una vez que las transformaciones de la demanda y oferta
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surtieron su impacto en los precios, los agentes reaccionaron aumentando
la variación en la misma dirección. Por ejemplo, en el caso del aumento de
los commodities, debido a las expectativas positivas sobre el precio futuro,
la no venta y retención de stocks por especulación aumentó los precios aún
más. En este sentido, Irwin y Sanders (2011) manifiestan serias dudas sobre
la metodología y los datos presentados por las investigaciones que sostienen
el rol primordial de la financiarización. En contraposición, corroboran la falta
de una relación empírica directa y significativa entre los índices de inversión
en commodities y los precios de los commodities.
Como argumento contrario, se esgrimen cuatro hechos que contradicen la hipó-
tesis de financiarización.
En primer lugar, no se evidenció acumulación de stocks, hecho que se debe-
ría generar sí existiese tal especulación. En segundo lugar, existen commodi-
ties que aumentaron su precio aunque no estuvieron incluidos en la inversión
de fondos financieros (por ejemplo, el caso de leche, arroz, hierro, manzanas
y frijoles comestibles, entre otros). En tercer lugar, no se verificó un aumento
de los indicadores normalmente utilizados en finanzas, como por ejemplo
el Índice T especulativo. Según Irwin y Sanders (2011), los niveles del indicador
registrados aun en el pico del ciclo han sido congruentes con los estándares
históricos. Por último, se ha registrado un impacto diferencial en precios con
volúmenes de inversión similares. Por ejemplo, si bien en granos y ganado se
ha concentrado un gran volumen de transacciones con futuros, estos dos tipos
de bienes no han sido los líderes del aumento verificado.
C. Oferta mundial de
commodities
y manufacturas
Hasta aquí la literatura ha identificado que la principal causa del aumento
en el precio relativo de los commodities ha sido el crecimiento inesperado de
la demanda física y financiera de commodities. Esta explicación conlleva el
supuesto de que la oferta de productos básicos no ha acompañado tal incre-
mento, al ser su respuesta lenta y rígida (Radetzki y Wårell, 2016). En ese sen-
tido, algunos autores han profundizado en el rol que ha tenido la oferta de
materias primas y han destacado su influencia de corto y largo plazo.
A corto plazo es ampliamente reconocido que la oferta puede tener un rol
sumamente importante a raíz de eventos no previsibles como huelgas, clima,
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catástrofes, guerras y acciones de colusión entre actores relevantes de la
oferta mundial.
Por ejemplo, Kilian y Lee (2014) destacan la importancia de los sucesos polí-
ticos y reconocen que la crisis en Libia de 2011 pudo haber impactado en el
precio del petróleo crudo entre 3 y 13 dólares; mientras que la tensión con Irán
en 2013 pudo haber afectado los precios de 0 a 9 dólares. Otro caso ejemplar
es el clima, factor que afectó la disponibilidad de alimentos en 2006 y 2007
y generó mayor volatilidad para el primer pico (Abbott et al., 2011). Otro ejem-
plo también se observa en el sector de productos agrícolas, donde las políti-
cas antinflacionarias restringieron las exportaciones y acumularon stocks que
exacerbaron los aumentos de precios al restringir aún más la oferta mundial
de granos (Headey, 2011; Martin y Anderson, 2011; Yang et al., 2008).
Más allá de las circunstancias no previstas, la literatura en general también
ha destacado como factor de largo plazo la finitud de los recursos natura-
les y su prolongado tiempo de gestación. En el caso de los alimentos, la lite-
ratura indica que la oferta ha participado en el aumento de precios a través
de cuatro elementos.
En primer lugar, debido a la dinámica precedente, existían reservas disponibles
que mantuvieron estable la ratio stock-uso (relación entre existencias sobran-
tes y uso total; el único cultivo que no verificó tal tendencia fue el trigo). En
segundo lugar, tras el bajo gasto en investigación y desarrollo, la dinámica de
la productividad fue en declive y generó pocos cambios en los rendimientos
(Abbott et al., 2011; Trostle, 2010). En tercer lugar, el aumento del precio del
petróleo impulsó mayores aumentos a través de su impacto en el costo de fer-
tilizantes y transporte, al tiempo que el costo de oportunidad de los biocom-
bustibles generó un piso por debajo del cual el precio de los cereales no pudo
bajar (Serrano, 2013; Tadasse et al., 2016). Por último, según Kaplinsky (2006),
los precios de alimentos y materias primas como la madera o el algodón se
han logrado aumentar a partir de barreras de entrada y nichos de mercado
con productos diferenciados por medio de procesos de certificación de calidad.
Son casos ejemplares la horticultura keniata, que abastece al sector minorista
de Reino Unido, el café de alta calidad originario de Jamaica o la madera de
calidad certificada por el Consejo de Administración Forestal.
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II. Fuentes y metodología
Lo datos utilizados se basan en estadísticas de contabilidad Insumo-Producto
y de contabilidad medioambiental. Las dos bases de datos han sido extraídas
de la World Input-Output Database (WIOD), la cual dispone de las estadísticas
recopiladas por Timmer et al. (2015), para el caso de las Matrices Insumo-Pro-
ducto, y por Genty et al. (2012), para el caso de las cuentas medioambientales.
Las matrices Insumo-Producto utilizadas refieren a la versión 2016 de la WIOD,
la cual cubre los años 2000-2014 para 43 países (más una economía que oficia
de resto del mundo) y 56 sectores, según la cuarta revisión de la Clasificación
Internacional Industrial Uniforme (CIIU). Las estadísticas medioambienta-
les presentan información desde 1995 hasta 2009 para 41 economías (más
resto del mundo). En particular ha sido utilizada la versión 2012, sobre todo
en lo que refiere al uso de tierra. Los datos sobre tierras se expresan en miles
de hectáreas y brindan información sobre el uso de tierra realizado por los
36 sectores de cada país (CIIU, tercera revisión) teniendo en cuenta distintas
tipologías: tierra arable, de cultivo permanente, de pastura y de forestación.
La metodología hace uso de indicadores referidos a la renta captada por la téc-
nica media, a estimaciones para los efectos acumulados de los cambios en sala-
rios, costos del petróleo importado y al índice de productividad total del trabajo.
Para la renta, el indicador se define como…
r
ii
=1λ
!
(1)
Siendo
ri
la renta en el sector i y
i
el precio computable para el sector i. Este
se define a partir del vector de precios computables
T:
λ!ˆ
TTT
wl rk x=+
()
()
00
1
X (2)
Donde w
0
es el e sca lar que exp res a el sal ari o r eal uni for me,
l
T es el v ect or t ras -
puesto de empleo homogéneo por sector,
es el escalar para tasa de benefi-
cios uniforme,
k
T es el vector traspuesto de capital total por sector, es una
matriz cuya diagonal principal es el valor bruto de producción por sector y
X
es la matriz de transacciones (Wirkierman, 2012).
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Para las estimaciones del impacto del cambio en el salario se utiliza tam-
bién la ecuación (2), suponiendo que la única variable que se modifica de un
año para el otro es la tasa de salario real, mientras que se mantiene el resto
de las condiciones de producción según sus valores del año previo a la varia-
ción computada.
Por otro lado, para los cálculos del cambio en el valor del petróleo crudo, se
define un nuevo vector de precios computables así:
λt
TTTT
d
wl rk mi xX=++
()
()
00
1
ˆ (3)
Donde el vector traspuesto
mi
T re pre sen ta l as imp ort aci on es i nte rme di as t ota les
por sector y la matriz
X
d representa una matriz de transacciones solo referidas
a las compras y ventas de insumos locales. De este modo se calcula el impacto
de los cambios en los precios internacionales a partir de la multiplicación entre
la variación de precios y el traslado a precios de las importaciones intermedias
del sector de minería y canteras.
Por último, se tiene un vector de coeficientes de trabajo verticalmente inte-
grado (Pasinetti, 1973):
vaIA
T
l
T
=
()
1 (4)
Donde el vector
v
se define por la cantidad de empleo por unidad de VBP a
l
T
()
y
IA
()
1
, que representa la inversa de Leontief.
Cada elemento de v representa los requisitos totales (directos e indirectos)
de empleo por unidad de producto neto i. A partir de este, la productividad se
estudia según el índice de productividad total del trabajo
()
, que es defi-
nido para cada sector i así:
=
i
i
v
1
(5)
III. Resultados
Antes de comenzar el análisis, conviene aclarar que se trabaja con cuarenta eco-
nomías de la WIOD (2016), ya que cuatro unidades serán dejadas de lado por
falta de datos respecto de la disposición de tierras y otros elementos necesarios
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para el cómputo de precios (a saber: Croacia, Noruega, Resto del Mundo y
Suiza). No obstante, debido a que son economías con baja participación en el
mercado agrícola, el análisis sigue siendo válido a pesar de la falta de datos.
Un aspecto preliminar para evaluar se refiere a la conformación del mercado
internacional de productos agrícolas, a saber: los bienes originados en el sec-
tor de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca.
Si consideramos a las exportaciones totales (con destino final e intermedio),
podemos dividir a las economías consideradas en cuatro cuartiles de diez eco-
nomías en orden ascendente. El primer cuartil representa el 25 % de los países
con menor nivel de exportaciones totales; el segundo representa el 50 % de los
datos que tienen un nivel de exportaciones igual o menor que la mediana; el
tercer cuartil representa el 75 % de los países que disponen de exportaciones
por encima de la mediana; y el cuarto representa a los diez países de orden
superior al resto (nivel máximo de exportaciones).
Como se observa en el lado izquierdo del Figura 1, para 2003 la distribución
de las exportaciones señalaba una gran concentración en el cuarto cuar-
til. Este acumulaba el 76.65 % de las mismas, mientras que el primer cuartil
sumaba solo el 0.84 %, el segundo representaba el 3.94 % y el tercero agru-
paba el 18.55 % de las exportaciones.
Cuando, en el 2008, se alcanza el primer pico del auge de precios agrícolas,
la concentración de las exportaciones en las diez economías más exporta-
doras cambió levemente. En ese año, el cuarto cuartil concentró el 74.40 %
de las exportaciones, mientras que el primero ascendió al 1.09 %, el segundo
al 5.87 % y el tercero se mantuvo cercano al 18.61 %.
Más allá del leve descenso de la concentración de las exportaciones en el cuarto
cuartil, dentro de este también se registraron cambios entre 2003 y 2008. Como
indica el lado derecho de la Figura 1, el auge de precios también coincidió con
el aumento de exportaciones en Estados Unidos, cuyo rol de líder en ventas
se acentúo al ascender del 17.76 % al 19.27 % del mercado. Asimismo, tam-
bién se han registrado aumentos de porción de mercado en otros actores de
gran importancia, como Brasil (BRA), que pasó del 6.45 % al 8.21 %, y Canadá
(CAN), que aumentó del 6.08 % al 6.77 %. Otro de los cambios importantes
en este grupo de países ha sido la menor participación en el resto del cuartil,
Factores detrás del aumento de precios en el sector agrícola...
182
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sobre todo de China (CHN), que pasó del 5.79 % al 3.89 %, y de España (ESP),
que descendió del 7.27 % al 5.48 %.
Teniendo en cuenta la división total por cuart iles y los valores del cuarto cuartil,
analizamos cómo las nuevas condiciones de oferta han provocado cambios en
los costos de producción. En primer término, se estudia el aumento de los cos-
tos de producción a raíz del uso de técnicas marginales, las cuales se entien-
den como tierras de mayores costos debido a las condiciones de su fertilidad
y/o su estructura de insumos. En segundo lugar, se investigan los efectos netos
del encarecimiento del petróleo, el aumento de los salarios reales y la diná-
mica del progreso técnico.
La primera causa del aumento de precios se relaciona con la restricción de oferta
en las tierras en uso, las cuales ofician como técnicas de producción con una
capacidad productiva limitada. En principio, existen dos formas de aumentar
la producción de materias primas agrícolas: la intensificación o la extensión.
La primera posibilidad implica el uso intensivo de los mismos recursos naturales.
Por ejemplo, en el caso de la agricultura, implica el aumento del rendimiento
por hectárea a través del uso de dos técnicas con diferencias en el rendimiento
debido a la aplicación de fertilizantes, pesticidas e irrigación (Schmidhuber,
Figura 1. Distribución de las exportaciones totales en cuartiles y composición del
cuarto cuartil (2003 y 2008)
1ero 2do
2003 2008 2003 2008
3er 4to
80
60
40
20
0
20
15
10
5
0
USA NLD FRA ESP BRA CAN CHN AUS DEU ITA
Fuente: elaboración propia con base en datos de la WIOD (2016).
Hernán Alejandro Roitbarg 183
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2007). La segunda alternativa se refiere al uso extensivo de mayores recur-
sos naturales. Por ejemplo, el uso de mayores hectáreas de tierra para cultivo
o forestación.
Con respecto al periodo reciente, la bibliografía especializada demuestra que
durante este hubo una combinación de uso intensivo de la tierra y, en menor
medida, de uso extensivo. Según Ray et al. (2012), desde 1985 a 2005 el pro-
ducto agrícola creció aproximadamente un 28 %: 2.5 % por expansión, 7.5 %
por mayor frecuencia de cosecha y 20 % por mayor rendimiento por hectá-
rea. En ese sentido, algunos estudios señalan diferencias en función del nivel
de desarrollo de los países.
En los países en desarrollo se ha combinado una leve intensificación y una
mayor activación de tierras marginales o forestales para la extensión (Clair
y Lynch, 2010; Barbier, 2019). El primer fenómeno se relaciona con la presen-
cia de suelos menos fértiles, tierras degradadas y prácticas agrícolas poco sus-
tentables, sobre todo en China (Ray et al., 2012). En el caso de la extensión,
el fenómeno ha sido identificado en la región del Amazonas, la región pam-
peana y el sudeste de Asia.
Al combinar baja intensificación con rápido crecimiento de la población, los
pequeños productores han requerido más tierras para aumentar su producción,
lo cual resulta en mayor deforestación y conversión de tierra de pastura en
tierra de cultivo (Hartemink et al., 2008). Nótese que algunos autores señalan
que ambos fenómenos suelen estar asociados. Por ejemplo, según Tscharntke
et al. (2012), en las zonas tropicales donde aumenta el rendimiento y existe
gran población rural, el aumento de la rentabilidad de la explotación agrícola
estimuló la deforestación y expansión de la frontera de cultivo.
En el caso de los países desarrollados, la baja disponibilidad de nuevas tier-
ras, la mayor fertilidad del suelo y los factores climáticos ejercieron presión a
favor de la intensificación y el mayor rendimiento. Para Neumann et al. (2010 ),
los cultivos de maíz, arroz, trigo y soja experimentaron rendimientos crecien-
tes del 70 %, el 63 %, el 61 % y el 76 %, respectivamente. Por otro lado, según
los estudios de Huston (2012), el cambio climático tuvo efectos positivos para
las regiones templadas (mayormente constituidas por países desarrollados),
mientras que los efectos fueron negativos para las regiones tropicales.
Factores detrás del aumento de precios en el sector agrícola...
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Para analizar estos fenómenos, la Figura 2 estudia la relación entre la varia-
ción porcentual anual promedio de la renta y la variación porcentual anual
del uso de tierra entre 2003 y 2008. Los países en consideración son aquellos
cuyas economías disponen de renta positiva, ya que se considera solo a los
países con existencia de una técnica marginal en uso. El lado izquierdo de la
figura muestra la división en cuartiles, mientras que el lado derecho presenta
solo a los países que componen el cuarto cuartil.
Figura 2. Variación porcentual anual promedio de la renta y de la tierra en uso
(2003-2008)
-0.005 -0.04 -0.03 -0.02 -0.01 0.00 0.01
-0.8
-0.6
-0.4
-0.2
-0.0
0.4
0.2
0.0
-0.000 0.005
Variación de tierra en uso Variación de tierra en uso
Cuartil
Variación de renta
Variación de renta
1ero 2do 3ero 4to
Fuente: elaboración propia con base en datos de la WIOD (2016).
De las cuarenta economías consideradas, las exportaciones concentradas en
el cuarto cuartil se ubicaron en promedio en el segundo cuadrante, mientras
que el resto de cuartiles se ubicó en el cuarto cuadrante.
El segundo cuadrante muestra el proceso de aumento de producción de forma
intensiva. Este implicó un leve aumento de la renta promedio (al 5.68 %)
y al mismo tiempo una reducción del tamaño de tierra en uso (del -0.71 % por
año). En otras palabras, el boom de commodities agrícolas llevó a que los prin-
cipales exportadores utilizaran técnicas menos intensivas en el uso de tierra,
pero más costosas en términos de otros insumos (como transporte, combus-
tible, fertilizantes, etc.).
Por ot ro lado, si bien el resto de cuarti les que se ubicar on en el cu arto cu adrant e
concentraron poco porcentaje de las exportaciones, su movimiento es relevante
Hernán Alejandro Roitbarg 185
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porque se vincula a un leve aumento en su participación. En su caso, se trata
de economías que combinan un leve aumento promedio de la tierra en uso
(del 0.38 %, el 0.86 % y el 0.05 % de aumento promedio por año en los cuar-
tiles 1, 2 y 3, respectivamente), con un fuerte descenso de la renta promedio
(del -24.62 %, el -25.93 % y el -81.23 %, respectivamente). Esto indica cierta
marginalización de las tierras eficientes (las que capturan la menor renta)
o bien un mejoramiento de las tierras marginales (las que determinarían un
precio menor y generarían una menor brecha de costos con las tierras efici-
entes), fenómeno que se vincula a la dinámica del progreso técnico agrícola
de cada cuartil.
Respecto de los países del cuarto cuartil, así como no todos descendieron su
participación en el mercado, no todos comparten la intensificación del uso de
la tierra como respuesta. Dentro del top 10, solo siete países presentaron renta
positiva, con situaciones heterogéneas con respecto a la forma de aumentar
la producción.
Dentro de este cuartil, los países que incrementaron su producción agrícola
extensivamente se ubi car on e n el pri mer cua dra nte . Es tos sol o es tuv ier on con-
formados por Brasil (BRA), el cual fue uno de los países que más aumentó sus
exportaciones. Este aumentó su renta un 10 % por año desde 2003 hasta 2008
y extendió el tamaño de tierras en uso agrícola un 0.86 % por año.
Por otro lado, los países que elevaron su producción por medio de la intensi-
ficación también estuvieron conformados por grandes productores que han
aumentado su porción de mercado, en este caso Estados Unidos (USA) y Canadá
(CAN). Estos países requirieron de un menor uso de tierra. En el caso de Estados
Unidos, significó una disminución del 1.1 % promedio por año y, en Canadá, un
descenso de tierras en uso del 4.17 % promedio por año. Asimismo, las rentas
en esos países aumentaron fuertemente: el 39.77 % y el 17.64 % en promedio
por año respectivamente.
El resto de países disminuyó su participación en el mercado al tiempo que
presentaron distintas configuraciones de renta y uso de la tierra. En el tercer
cuadrante, se ubicaron exportadores de tamaño bajo e intermedio como Aus-
tralia y España, los cuales han respaldado el descenso de su producción con
la desactivación de las tierras marginales en uso, lo cual disminuyó la renta
captada por la técnica media.
Factores detrás del aumento de precios en el sector agrícola...
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Por otro lado, en el cuarto cuadrante se ubicaron países de gran porcentaje de
mercado como Francia (FRA) y Países Bajos3 (NLD). En ellos, aunque se incor-
poraron levemente nuevas tierras (un 0.40 % y un 0.19 %, respectivamente),
se ha presentado una evolución negativa de la renta captada por la técnica
media (del 8.28 % y el 15.29 %, respectivamente). Nuevamente, se desprenden
dos posibles interpretaciones del fenómeno: el desgaste de la técnica media o
el mejoramiento de la técnica marginal según la evolución del progreso téc-
nico agrícola en cada país.
Más allá de la clasificación de todas las economías, si nos concentramos en los
grandes exportadores, se puede afirmar que los datos confirman que el periodo
se caracterizó por un aumento de la producción de forma intensiva. Además,
si solo tenemos en cuenta las diferencias de costos de producción en granos,
es posible identificar que, en los países de alto costo (países de Europa), se
verifica un menor uso de tierras y una menor participación de técnicas mar-
ginales, lo cual se puede interpretar como un menor aumento de costos por
esta vía. En cambio, en los exportadores de costos medios, como Estados Uni-
dos y Canadá, se verifica un proceso de intensificación, lo que sí demuestra
un aumento de costos asociado al desplazamiento de la técnica en uso y con-
figura una primera tendencia hacia la reducción de la brecha de costos entre
ambos tipos de países.
Además del protagonismo en el aumento de precios asociado a la restricción de
oferta en las técnicas eficientes del cuarto cuartil, otro componente señalado
por la literatura han sido las transformaciones en esta. En ese sentido, nos
proponemos analizar otros cambios relevantes en los costos relacionados con
las transformaciones institucionales en el ámbito de los insumos y el lento
progreso técnico en el sector agrícola.
En primer término, producto de una política de baja inversión deliberada por
parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) (Adel-
man y Watkins, 2008) y de las grandes diferencias en costos con otros ofer-
entes de petróleo convencional y no convencional, el periodo se caracterizó
por el encarecimiento del petróleo crudo, insumo que es fundamental para la
3 En este caso debe tenerse en cuenta la presencia de exportaciones que no corresponden a la produc-
ción local. Este país hace fuertes importaciones desde Estados Unidos que luego reexporta al resto
de la Unión Europea.
Hernán Alejandro Roitbarg 187
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producción agrícola por su utilización como combustible e insumo para fertili-
zantes y productos químicos asociados al cultivo y el procesamiento (Tadasse
et al., 2016).
En segundo lugar, también durante el periodo, se ha observado una reversión
de las tendencias distributivas imperantes en los países en desarrollo (Interna-
tional Labour Office, 2013), por lo que algunos estudios incluyen al aumento
del salario real como un componente importante de los mayores costos en los
productores de materias primas (Serrano, 2013).
En tercer lugar, en el caso del progreso técnico agrícola, otro de los aspectos
señalados ha sido el bajo aumento de la productividad agrícola, fenómeno
asociado a la baja inversión previa en I+D (Trostle, 2010).
En la Figura 3 se muestra el efecto acumulado de las tres variables para el año
2008 en función de los cuartiles y los países que componen el cuarto cuartil.
Los resultados analizan las diferencias entre los exportadores en función de
los valores de las estimaciones para los insumos petroleros, los salarios reales
y la productividad. Los cálculos sobre los dos primeros estiman los impactos
acumulados desde el año 2000 y el traslado a precios por unidad, suponiendo
que el resto de variables mantienen sus valores del año previo. La producti-
vidad se refiere la disminución de costos asociada al cambio acumulado en
la productividad total del trabajo, considerando efectos directos e indirectos
(ahorro de trabajo asociado a los insumos).
El lado izquierdo de la Figura 3 nos brinda información acerca del efecto
heterogéneo del impacto acumulado en el total de economías consideradas.
Si tenemos en cuenta la división de la base en cuartiles, solo se observa un
efecto neto positivo en los países de baja exportación (primer cuartil) y en los
países de mayor porcentaje de exportación (cuarto cuartil).
En el primero, el efecto acumulado se aproxima al 9.55 %, mientras que,
en el cuarto, alcanza el 10.45 %. Por otro lado, los exportadores de tamaño
intermedio (segundo y tercer cuartiles) presentan un efecto compensado
entre el aumento por salarios reales y costos energéticos y el crecimiento
de la productividad agrícola. Incluso, la gran productividad agrícola deter-
mina que el efecto acumulado sea negativo, en un -8.74 % y un -2.04 %,
respectivamente.
Factores detrás del aumento de precios en el sector agrícola...
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El lado derecho de la Figura 3 se concentra en el desempeño de los principales
exportadores de materias primas agrícolas (cuarto cuartil). Salvo por la gran
disminución de costos debida a la productividad del Brasil (del -11.17 %), el
resto de países presentó un efecto neto acumulado positivo, lo cual implicó
el aumento de costos en el cuartil. El principal componente del aumento ha
sido el incremento de los salarios reales, los cuales elevaron los precios en un
20.25 % en promedio. Además, el aumento de costos energéticos tuvo un papel
menor, del orden del 5.73 % del efecto acumulado para 2008. Por último, el
incremento de la productividad redujo los costos en un 15.53 % en promedio,
lo cual no alcanzó a mitigar el aumento acumulado de los insumos y reflejó
compatibilidad con la evidencia de otros estudios que también identificaron
al periodo como de lento progreso técnico (Trostle, 2010).
Dentro de los exportadores existen grandes divergencias en cuanto a los dife-
rentes contextos institucionales y los grados de dependencia de las importacio-
nes de insumos de minería y canteras. El país que presentó un mayor impacto
neto fue China (un 33.45 %) seguido por un segundo grupo de países con un
aumento menor (Francia, Canadá, Países Bajos y Alemania), cuyo promedio
se aproximó a un 15.61 %. Por último, también se observa un tercer grupo de
Figura 3. Efecto acumulado del cambio en el precio a partir de variaciones de salarios,
insumos importados del sector de minería y canteras (oil) y de la producti-
vidad total del trabajo en 2008 (cuartiles y composición del cuarto cuartil)
-0.4
-0.2
-0.0
0.2
-0.2
-0.0
0.2
0.4
Salarios
Oil
Productividad
1ero 2do 3er 4to
Salarios
Oil
Productividad
CHN FRA NLD ESP AUS DEU CAN ITA USA BRA
Fuente: elaboración propia con base en datos de la WIOD (2016).
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países cuyo aumento neto fue muy leve, del orden del 1.62 % (Australia, Esta-
dos Unidos, España, Italia y Brasil).
Un hallazgo interesante tiene que ver con la complementariedad entre estos
resultados y los referidos al aumento de costos por el uso de técnicas margi-
nales, lo cual tiende a compensar los efectos de la primera tendencia hacia la
disminución de la brecha de costos entre productores marginales y eficientes.
En este caso, los países de altos costos (que anteriormente se presentaban como
las economías con menor desplazamiento técnico), se observan como los que
más aumentaron sus precios por salarios y energía. Los casos más relevan-
tes se observan entre los cinco grandes exportadores, donde Francia y Países
Bajos han mostrado un gran aumento de sus costos, debido al nuevo contexto
salarial de sus países, mientras que los países de costos menores y gran uso de
técnicas marginales presentaron un efecto acumulado menor (salvo Canadá),
lo que amortigua la elevación de costos previamente identificada.
En suma, debido a que el primer efecto predomina, el aumento persistente de
costos parece configurar una menor brecha entre productores de altos costos
(países europeos) y exportadores de costo intermedio (países americanos), lo
cual genera una menor renta diferencial internacional a favor de estos últi-
mos (Brasil, Estados Unidos y Canadá).
IV. Conclusiones
Luego de la primera década del siglo XXI, los precios relativos del sector agrí-
cola mantienen un valor aún mayor que los vigentes durante los últimos años
del siglo XX. Esta histórica situación es favorable para los productores espe-
cializados en bienes primarios, ya que les permite acceder a mayores bienes
de consumo e incluso emprender cambios estructurales, procesos que requie-
ren fuertemente de insumos y bienes de capital importados.
Las razones de la persistencia de estos elevados precios internacionales están
asociadas a los cambios geopolíticos del último tiempo y a sus impactos en las
distintas escalas de las transformaciones productivas. La álgida transición hacia
un nuevo escenario mundial ha impulsado transformaciones en la demanda
efectiva y, sobre todo, en la oferta de algunas materias primas. Si bien ha sido
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reconocido ampliamente el impacto de estas variables, no ha sido analizado
en profundidad cómo estas han afectado a los costos de producción.
Las restricciones de oferta en las técnicas de producción eficientes han impul-
sado el uso de técnicas más costosas tanto en países desarrollados como den-
tro de los países en desarrollo. El uso de técnicas marginales no limitó sus
efectos al desplazamiento a nivel global y a la concentración de la produc-
ción en los principales oferentes. También ha impactado el desarrollo de las
regiones internas de los países, lo cual configura una escala de análisis nueva
para el fenómeno. Por ejemplo, en el caso de la extensión, esta se ha veri-
ficado fuertemente en Brasil, mientras que, en el caso de la forma de aumento
intensiva, esta se ha evidenciado en exportadores de gran porte, como Esta-
dos Unidos y Canadá.
Más allá de los desplazamientos de la técnica en uso, los cambios en la oferta
también han impulsado transformaciones transversales, las cuales han aumen-
tado aún más los precios a través del incremento generalizado de los costos.
Esta elevación de los costos se debió en parte al encarecimiento del petróleo
y, fundamentalmente, al nuevo esquema a favor de los salarios.
El primer impulso se generó en la restricción artificial de la oferta de petróleo
crudo de Oriente Medio (Silva, 2016) y su efecto generalizado en el sector
agrícola a partir del encarecimiento de insumos, fenómeno que parece agra-
varse debido a la creciente dependencia técnica de estos. El segundo factor
de aumento tiene raíces más profundas, vinculadas a nuevas circunstancias
históricas y políticas que han transformado la distribución del ingreso.
Como ha sido sugerido recientemente por Serrano (2013), la exportación de
bienes sofisticados desde países con bajos salarios configura condiciones
desfavorables para la disputa de la clase asalariada del centro. Por otro lado,
el crecimiento y desarrollo de potencias emergentes con gran participación
en el mercado de materias primas (los denominados BRICS) ha generado un
clima favorable para la disputa por mayores regalías y salarios reales, lo cual
ha revertido las condiciones asumidas antaño.
Desde una óptica general, el nuevo siglo supuso grandes transformaciones
políticas en la periferia o sur global. Estas van desde el resurgimiento de China
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como nuevo polo dinamizador, alternativo y complementario a la hegemonía
estadounidense (Medeiros, 2006), hasta el renacimiento del nacionalismo
de los recursos naturales (Radetzki y Wårell, 2016) y el nuevo impulso de la
política industrial (Santarcángelo y Padín, 2019) y redistributiva, que, en el caso
latinoamericano, ha implicado una nueva configuración acerca del papel del
Estado, un fenómeno que ha sido destacado por la literatura como la marea
rosa o pink tide (Fernández y Alfaro, 2011).
En suma, los resultados permiten relevar que los costos de los diez principales
exportadores aumentaron el nivel mínimo al cual deben converger los precios.
Los factores detrás del fenómeno se asociaron al impacto de salarios, petróleo
y productividad (un +10.45 % respecto de sus niveles de 2000) y a la presencia
de un fuerte proceso de intensificación de la producción (un 5.68 % de renta
por año entre 2003/2008 y un +34.09 % de efecto acumulado para las siete
economías con uso de técnicas marginales).
Asimismo, se observaron procesos heterogéneos entre los principales expor-
tadores, con efectos contrapuestos y negativos en su renta diferencial. Por un
lado, los de mayores costos tuvieron mayores incrementos salariales e incluso
procesos de marginalización en sus tierras eficientes debido al lento progreso
técnico (casos de China y países exportadores de Europa). Por otro lado, las
economías de costos intermedios o bajos presentaron mayor relevancia del
desplazamiento técnico interno, con fuerte presencia de procesos de intensi-
ficación (por ejemplo, Estados Unidos y Canadá) e incluso de extensión de la
frontera de la producción agrícola (por ejemplo, Brasil).
Por último, cabe mencionar que, si bien los avances logrados resultan de suma
importancia para evaluar el periodo reciente y la trayectoria futura de mediano
y largo plazo en los términos de intercambio agrícolas, la investigación no
pretende ser exhaustiva respecto de factores particulares que pudiesen haber
aumentado los costos en productos específicos. Por el contrario, se encuen-
tra abierta a otras hipótesis complementarias y específicas. En ese sentido, se
considera que futuras investigaciones sobre el impacto de determinadas con-
diciones medioambientales (por ejemplo, aquellas relacionadas con el clima
templado o tropical) pueden ser de relevancia.
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Agradecimientos
Este artículo se realizó a partir del financiamiento del programa de Becas
Doctorales del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de
Argentina. Los autores agradecen a los revisores anónimos de la revista por
su colaboración.
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