Filosofía de Jacobi - Creer y saber. O la filosofía-de-la-reflexión de la subjetividad en la plenitud de sus formas como filosofía de Kant, de Jacobi y de Fichte - Libros y Revistas - VLEX 857329296

Filosofía de Jacobi

AutorG. W. F. Hegel
Cargo del AutorEstudió Filosofía y Teología en Tubinga, donde tuvo como compañeros a Friedrich Schelling y al poeta Friedrich Hölderlin
Páginas65-128
65
B. FILOSOFÍA DE JACOBI
[1] La filosofía de Jacobi tiene en común con la de Kant la
finitud absoluta, en forma ideada [ideelle] como saber for-
mal, en forma real [reelle] como un absoluto empirismo,
––y el integrar ambas mediante la fe que pone un absoluto
allende. Pero, al interior de esa esfera común, ella constituye
el polo contrapuesto a la filosofía kantiana, en donde finitud
y subjetividad tienen una forma objetiva del concepto; la de
Jacobi, por el contrario, convierte la subjetividad de manera
completamente subjetiva en individualidad. Esto subjetivo
de lo subjetivo adquiere a su vez como tal de nuevo una vida
interior, y parece con ello volverse apto para la belleza del
sentimiento.
[1. Formalismo del saber y realismo de la fe]
[2] Consideramos, en primer lugar, la subjetividad del saber,
cuyo aspecto formal reconoce Jacobi inmediatamente con
conciencia y en la abstracción, y lo expone en su pureza; así
como él afirma de manera positiva el saber solo en esa forma y
niega la objetividad de la razón en el saber, así también, cuando
66
entra en polémica, hace valer ese saber y con ese mismo ataca
la ciencia de la razón.
[3] Que Jacobi por doquier únicamente sepa del saber
formal, de una identidad-entendimental cuyo contenido es
llenado por {40-41} la empiria, de un pensar al que la realidad
en general se le añade de manera inconcebible, es uno de los
pocos puntos, o mejor, el único punto sobre el que la filosofía
de Jacobi es objetiva y pertenece a la Ciencia; y este punto es
presentado en conceptos claros. Mi filosofía, dice Jacobi (David
Hume, Vorrede, S. V)1, restringe la razón, considerada por
sí sola, a la mera facultad de percibir claramente relaciones,
es decir, de formar el principio de contradicción y juzgar de
acuerdo con él; ahora bien, debo reconocer, sin embargo, que
solo la afirmación de proposiciones meramente idénticas es
apodíctica y conlleva una certeza absoluta. Así mismo (Briefe
über Spinoza [Cartas sobre Spinoza], S. 215 f.)2: la convicción
por razones es una certeza de segunda mano (la primera mano
es la fe, de la que se tratará luego). Razones solo son marcas de
la semejanza con una cosa de la que estamos ciertos (a saber,
por la fe); la convicción que ellas suscitan brota de compara-
ción, y nunca puede ser rigurosamente segura y perfecta. Una
de las cinco tesis (id. S. 225) que sintetizan sus afirmaciones
es: Únicamente podemos demostrar semejanzas ––porque de-
mostración es avanzar con proposiciones idénticas––, y cada
prueba supone algo ya probado cuyo principio es únicamen-
te revelación3. Ver S. 4214: “La tarea de la razón en general
es un conectar progresivo, y su tarea especulativa, conectar
según leyes de necesidad conocidas. Pero la indeterminación
1 Jacobis Werke, Bd. II.
2 Jacobis Werke, B. IV, Abt. 1, S. 210.
3 Id. S. 223.
4 Jacobis Werke, Bd. IV, Abt. 2, S. 150-151. Cabe señalar que, cuando Hegel cita
textualmente, lo resaltado es de Hegel y no necesariamente del texto original
(N. del T.).
67
esencial del lenguaje humano y de la designación, así como
lo mudable de las figuras sensibles, permite casi siempre que
esas proposiciones obtengan una apariencia externa como si
expresaran algo más que el simple: quidquid est, illud est [lo
que es, eso es], algo más que un mero hecho [Faktum] que ha
sido percibido, observado, comparado, conocido de nuevo y
conectado con otros conceptos”. Ver también S. 238, así como
David Hume S. 94.
[4] La contrapartida necesaria al principio de identidad
es el principio de razón5, ya sea que con este se entienda el
principio de {41-42} razón en general, o el principio de causa
y efecto, o una reunión de ambos, de acuerdo con las distin-
ciones que hace Jacobi (Briefe über Spinoza, S. 415)6; y con
respecto a la materia, ya sea que se lo considere en tanto que
pasa de unos conceptos a otros, o del concepto a la realidad,
o de unas realidades objetivas a otras.
[5] La antigua cultura filosófica plasmó en la fórmula del
principio de razón el testimonio de sus esfuerzos racionales,
y su vacilación entre razón y reflexión, así como su paso a esta
última, se expresan muy acertadamente en la distinción que
establece Jacobi entre el principio como principio lógico de
razón y como relación-causal, distinción con la que abre el
camino tanto para entender la filosofía como para combatirla,
camino cuyas huellas queremos seguir. Jacobi reconoce en el
principio de razón su significado como principio del conoci-
miento racional: totum parte prius esse necesse est [es necesario
que el todo tenga prioridad sobre la parte] (D. Hume, S. 94)7,
o lo singular es determinado únicamente en el todo; el prin-
cipio tiene su realidad únicamente en la identidad absoluta
que, en cuanto se pone en ella lo distinguible, es totalidad
absoluta. En un sentido, dice Jacobi, el totum parte prius esse
5 Satz des Grundes: principio de razón suficiente o del fundamento (N. del T.).
6 Jacobis Werke, Bd. IV, Abt. 2, S. 144-147.
7 Jacobis Werke, Bd. II, S. 193.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR