Una finca en pleno Centro Internacional - 15 de Mayo de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 866796088

Una finca en pleno Centro Internacional

"Uno puede hacer una ensalada de solo hojas y ni siquiera la tiene que aderezar. Por ejemplo, la rúgula tiene un sabor especial, parece maní, y a la vez un amargo. Al mezclar estas hojas se saboriza todo y no hay necesidad de ponerle vinagreta".María Helena Villamil experta en agricultura familiarGUILLERMO REINOSO RODRIGUEZ @guirei24En una vieja casona del Centro Internacional de Bogotá, María Helena Villamil logró montar una pequeña finca o, como ella dice, traerse una partecita del campo para la ciudad. En el patio de su casa, en menos de 80 metros cuadrados, esta mujer de 67 años ha sembrado 80 plantas diferentes y todo lo aprovecha, hasta los desechos orgánicos y el agua. Pero además, lo que cosecha no solo suple las necesidades diarias de su cocina, sino que también terminan transformados en otros productos, desde pan, helados, mermeladas hasta ungüentos, aceites e insumos para infusiones caseras. Helena, como la llaman sus amigos y vecinos, era una citadina que, como la gran mayoría de bogotanos, no tenía ninguna relación con el campo, o esta no iba más allá de las caminatas por los cerros orientales, o de los chivos y ovejos que en su infancia criaba la familia Ferrucho, o del contacto con una que otra planta ornamental que no faltan en las casas, pero que ella evitaba tocar y regar porque pensaba que las achilaba. Nació en La Perseverancia, uno de los barrios tradicionales del centro y donde sus habitantes han sido trabajadores y se han ganado lo del diario con esfuerzo, y sus mujeres, cocinando alimentos en restaurantes caseros o para venderlos en la calle o en la plaza de mercado o, incluso, en la entrada del funicular que sube hasta el santuario de Monserrate. María Helena es una de esas mujeres. Se crio en un inquilinato viendo a sus vecinas preparar chicha y a su madre, cocinar las viandas que le encargaban para bautizos, matrimonios y demás reuniones y fiestas familiares. Doña Anatilde Villamil era una cocinera experimentada y su sazón, reconocida en La Perse, como le dicen los habitantes al barrio. "Mi mamá era famosa en el barrio. Tenía una sazón única y la llamaban mucho a cocinar", recuerda María Helena, quien si bien ya sabía cocinar se interesó por aprender más de ese oficio cuando ya tenía a sus tres hijas grandes. Hasta ese momento había vivido de una tienda. Entonces decidió cerrar el pequeño negocio y se matriculó en el Sena. Allí estudió panadería, pastelería, repostería, corte de carnes y cocina. Ese conocimiento...

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