¿Firmas sin partidos? - 2 de Octubre de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 876391578

¿Firmas sin partidos?

Para que una democracia funcione bien necesita partidos políticos fuertes. Hablo de partidos en los que, a pesar de existir diferencias y matices, haya ejes programáticos que les ofrezcan a los ciudadanos alternativas claras. Los estrategas políticos, por el contrario, piensan que los partidos están tan desprestigiados que la sola presencia de su logo en una campaña resulta contaminante. De allí que, hoy por hoy, la norma sea buscar la presidencia -y, prácticamente cualquier cargo ejecutivo- a través de movimientos significativos de ciudadanos. Para ello se requieren 580.000 firmas debidamente verificadas por la Registraduría. Se estima que por cada dos firmas recaudadas, solo una es válida -de ahí la necesidad de recoger al menos un millón de apoyos-. El costo logístico de sacar a la calle a cientos de voluntarios para hacer la recolección se mide en miles de millones de pesos. De hecho, hay empresas que ofrecen ese servicio -vaya uno a saber con qué practicas ahora que la gente está renuente a dejarse abordar- a un costo, sobra decirlo, que llega a niveles escandalosos. Como, además, los topes de gasto que establece la ley no se aplican durante la recolección de firmas, cualquier cosa puede pasar. Lo curioso es que los candidatos saben que los partidos políticos son indispensables para ganar elecciones y, sobre todo, para gobernar. La razón es simple: nadie puede llegar al Congreso sin un partido político y, una vez allí, se aplica la ley de bancadas. Para ser más claros: los congresistas deben votar en los temas claves según su partido les indique. En últimas, la recolección de firmas no es más que un mecanismo para aparentar distancia frente a los partidos y, en cierto sentido, engañar al electorado. Pero la gente no es boba: todo el mundo sabe cuáles son los partidos que apoyan a los candidatos que están buscando firmas. Es como si se pensara que los partidos generan menos desprestigio si son los últimos en llegar al baile, en vez de ser los anfitriones. El día de elecciones son los únicos invitados que no pueden faltar. Además, la actitud vergonzante frente a los partidos no le presta un buen...

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