La formación de los precios - Segunda parte. Principios de microeconomía - Ideas económicas mínimas - Libros y Revistas - VLEX 359971906

La formación de los precios

AutorRamón Abel Castaño Tamayo
Cargo del AutorAbogado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia y economista de la Facultad de Ciencias Económicas de la misma universidad.
Páginas111-130
capítulo 8
La formación de los precios
El Trueque
El Regateo
La Subasta (remate)
El Mercado
El Mercado de Competencia Perfecta
La oferta de bienes: los costes
El comportamiento de un Comerciante
La respuesta del mercado
IDEAS ECONÓMICAS MÍNIMAS
112
Ramón Abel Castaño T. - Humberto González G.
1. El trueque
Hemos visto cómo la especialización y la división del trabajo dan origen al
cambio, y cómo éste se lleva a cabo porque las personas que intervienen en él
se bene cian recíprocamente. En una economía primitiva, como esn la de
algunas áreas rurales de América Latina , el trueque, o sea el intercambio directo
de unos bienes por otros para el consumo, tiene todavía una gran signi cación;
en otros términos, se dice que no existe allí una economía monetaria de
mercado. Buena parte de la producción agrícola de esas áreas es producción
de mera subsistencia que se consume en las ncas por sus productores, o es
intercambiada entre ellos mismos por el sistema de trueque. I ncluso los servicios
del trabajo rural se emplean en muchas regiones bajo la forma de trueque
denominada de trabajo a brazo vuelto, según la cual cada agricultor emplea en
su predio el trabajo de sus vecinos para devolverlo en jornales cuando estos lo
requieran. La falla de incor poración de estas áreas a la economía monetaria,
constituye en los países en desarrollo un problema de estructura que limita la
aplicación y la e cacia de las políticas de fomento.
Fuera de ello, la especialización y la división del trabajo son muy limitadas
bajo un sistema de trueque; para que una persona pueda obtener bienes y
servicios a cambio de los producidos por ella, debe encontrar otra persona
con una necesidad opuesta a la suya; fuera de esta difícil coincidencia de las
necesidades, se presenta otra di cultad para hallar la equivalencia de valor de
los bienes intercambiados; en efecto: ¿cuál es la razón para que un buey valga
diez quintales de arroz y viceversa? Y si bien, ello tiene escasa importancia
en una economía primitiva en la que se producen e intercambian unos pocos
bienes, el problema se complica cuando la multiplicidad de bienes producirlos
determina que los precios o relaciones posibles de inter cambio se multipliquen
hasta el in nito. Cada precio es una razón aritmética con un numerador y un
denominador: si 5 manzanas se intercambian por 20 naranjas, ya tenemos dos
precios: 5/20 y 20/5; si, además, las 5 manzanas pueden intercambiarse por 10
peras, ya tenemos 6 precios posibles, dados por las distintas combinaciones de
las tres mercancías; para un gran número de merc ancías, los precios o relaciones
posibles de cambio son tantos que hacen prácticam ente imposible el desarrollo
de una economía bajo un sistema de trueque.
2. El regateo
Si las dos partes que realizan una operación de cambio tien en un interés mutuo
en ella, no lo tienen igualmente en el precio; este se forma a través de un
con icto de intereses encubier to en el fuero interno de cada uno y exterioriz ado

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