Franklin, carnicero desplazado por la violencia y campeón de atletismo - 17 de Marzo de 2023 - El Tiempo - Noticias - VLEX 926303001

Franklin, carnicero desplazado por la violencia y campeón de atletismo

lisandro rengifo - redactor de el tiempo @lisandroabelJackeline tenía una tienda y de ella vivía su familia. Estaba ubicada en la vereda El Opón, a cuatro horas de El Socorro, en el departamento de Santander. Su esposo, Miguel, era el encargado de cultivar café y yuca. Ambos reunían el dinero para el sostenimiento de la casa, en la que levantaron a sus ocho hijos: Fredy, Róbinson, Franklin, Jéssica, Andrey, Edwin, Yuri y Jackeline. Franklin, hoy campeón nacional de cross crountry, medallista de bronce en el suramericano de la modalidad y representante de Colombia en el Mundial de Australia, estudiaba en la escuela rural, más o menos a unos tres kilómetros de la tienda. Se levantaba, iba a clase, pero en el descanso tenía una misión, una vez sonara la campana debía salir corriendo a llevarles el ‘algo’ a los obreros. El sitio donde tenía que ir más o menos distaba de la escuela media hora, por lo que le tocaba ir rápido. Regresaba de dejar la comida y entraba a clases. Cuando terminaba la jornada, hacia a la una de la tarde, corría para su casa, recogía el portacomidas y volvía a emprender camino para llevarles el almuerzo a los rusos. Los dejaba y se internaba en los cultivos a ayudar a su papá a sembrar y a recoger. Ahí le daban las 6 de la tarde y otra vez a dormir. La guerra los sacó La zona era presa de la violencia. Cada rato se escuchaban los disparos de la guerra cruzada entre guerrilla, paramilitares y el ejército, pero eso a ellos, aunque les inquietaba, no les quitaba el sueño, desde que dejaran trabajar y estudiar todo estaba bien. La situación empeoró cuando en varias ocasiones la familia Téllez recibió amenazas. Les decían que tenían que desalojar. "Había mucha guerra, muchos enfrentamientos. Los amenazaron, que si no se iban los mataban, y tocó dejar la casa, la tienda y la tierra. Es que era difícil, tocaba venderles a todos, pero eso fue un problema. Viajaron a Bogotá y yo me quedé con otros tres hermanos, nos fuimos a vivir a donde un amigo", contó Téllez. Un año después, Franklin tomó la decisión de emprender viaje hacia la capital de la República, a reencontrarse con sus padres y hermanos. Manuel se ubicó, era celador, y a Jackeline le tocó emplearse lavando ropa en casas. Vivían en el barrio San Carlos, al sur de la ciudad, al día, el dinero no les alcanzaba. La casa en la que vivía el resto de la familia era pequeña, solo de dos cuartos y les tocaba dormir en colchonetas. Uno de sus tíos tenía una carnicería y fue a...

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