Globalización de los derechos humanos. La "teoría de las generaciones" ha muerto, ¡viva la teoría de la generación de Viena! - Núm. 31, Enero 2010 - Revista Iusta - Libros y Revistas - VLEX 78386044

Globalización de los derechos humanos. La "teoría de las generaciones" ha muerto, ¡viva la teoría de la generación de Viena!

AutorLuis Alfonso Fajardo
CargoDoctor en Derecho, Universidad Carlos III de Madrid, doctor en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (España)
Páginas56-75

Doctor en Derecho, Universidad Carlos III de Madrid, doctor en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (España).

Magíster en Derecho de la Universidad Internacional de Andalucía (España). Director de la Maestría en Derechos Humanos y de la línea de investigación Derecho y sociedad, de la Facultad de Derecho de la Universidad Santo Tomás.

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La construcción del conocimiento desde los nuevos escenarios globales de los movimientos sociales, como el forum social mundial

Mucho se ha debatido en los últimos años sobre la consolidación o el debilitamiento de los movimientos sociales en el proceso de globalización; ese tipo de debates ha permitido recuperar nuevamente su rol como:

[...] aquel agente colectivo movilizados, que persigue el objetivo de provocar, impedir o anular un cambio social fundamental, obrando para ello con cierta continuidad, un alto nivel de integración simbólica y un nivel bajo de especificación de roles, y valiéndose de formas de acción y organización variables (Riecheman & Fernández B., 1994, p. 13).

Además, son sujetos sociales que se identifican con un discurso, una forma de hacer política y se movilizan en torno a una reivindicación o una idea; estos movimientos -los pasados y los actuales- se organizan en torno a la búsqueda de soluciones a los problemas comunes que les aquejan, de intereses, para suplir necesidades o avanzar en formas más incluyentes de la participación y la democracia.

Muchos de los problemas de la humanidad, sobre los cuales se ha desarrollado un número importante de movimientos sociales en el mundo tienen que ver con la injustas relaciones de poder y dominación que los países del Norte hacen de los recursos de Page 57 los llamados países del Sur. El hambre, la pobreza y la muerte son el resultado de estas relaciones internacionales asimétricas y profundamente injustas.

Como respuesta a lo anterior, los movimientos sociales recrean y dinamizan nuevas formas de alternativas para superar estos problemas. Una de estas estrategias, relativamente recientes, es la organización de grandes reuniones, en las cuales miles y miles de personas representantes de las más diversas organizaciones y movimientos sociales intentan construir formas de conocimiento, que les permita encontrar estrategias conjuntas, coordinadas, regionales y globales para enfrentar la miseria, la muerte y el olvido.

Se evidencia la presencia cada vez más numerosa de intelectuales y científicos sociales en las reuniones del Forum Social Mundial, ya no con la idea de realizar estudios o investigaciones sobre este nuevo fenómeno social global, sino para participar de manera directa, participar en las discusiones y proponer respuestas a los múltiples problemas que allí se debaten. Boaventura nos señala ese nuevo papel de los intelectuales:

El intelectual dejó de ser el detentor de un conocimiento privilegiado. El intelectual es un acompañante solidario y crítico, un facilitador en la articulación de experiencias y acciones que ocurren en las diferentes escalas, locales, nacionales, regionales y globales, que combinan diferentes agendas transformadoras, tales como la indígena, mujeres, campesinos, derechos humanos y ecología (Bounaventura, 2008).

La miseria global

Un balance de lo que ocurre en el mundo lo podemos analizar en los diferentes informes del PNUD de 2007, en los cuales se afirma que, a escala mundial, el 20% de los seres humanos que vive en los países más ricos reparte el 86% del consumo privado total, frente al 1,3% para el 20% que vive en los países más pobres.

Los expertos aseguran que en 1960, el 20% de la población mundial que vivía en los países más ricos tenía una renta treinta veces superior a la del 20% que vivía en los países más pobres. En 2002, su renta es 82 veces superior. Esta brecha parece todavía más espectacular si se relaciona la miseria de la mayoría de la humanidad con los bienes acumulados por un puñado de privilegiados: la fortuna de las tres personas más ricas del mundo sobrepasa el Producto Interno Bruto (PIB) acumulado de los 48 países más pobres; la fortuna de los quince más ricos iguala la producción de toda el África Subsahariana; el patrimonio de los 32 más ricos es superior al PIB del Sudeste Asiático; los bienes de los 84 más ricos sobrepasan el de China con sus 1.200 millones de habitantes. En la otra punta de la escala "cerca de 1.300 millones de personas viven todavía con menos de un dólar por día [...] y cerca de 3.000 millones con menos de 2 dólares por día".

Sin embargo, hay algo todavía más preocupante: según los informes del PNUD, la satisfacción de las necesidades básicas del conjunto de la población de países en desarrollo (alimentación, agua potable, infraestructuras sanitarias, educación, salud, ginecología, obstetricia) se estima en 40.000 millones de dólares al año, es decir, el 4% de la riqueza acumulada por las 225 mayores fortunas mundiales (Fajardo S., 2006, pp. 56-89).

Más de mil millones de personas tienen sus necesidades básicas insatisfechas. Unos 2.000 millones de individuos en el mundo sufren anemia, entre ellos 55 millones en los países industrializados. UNICEF nos presenta una cifra estremecedora: cada dos segundos muere un niño en el mundo como consecuencia del hambre, las enfermedades, la marginalidad y la violencia.

Cada año se pierde 14,6 millones de hectáreas de bosques y miles de especies, lo cual reduce y erosiona irreversiblemente la diversidad biológica. El dióxido de carbono presente en la atmósfera Page 58 (370 partes por millón) se ha incrementado en un 33%, alcanzando las mayores concentraciones de los últimos 20 millones de años. Estos procesos han acelerado por mil los cambios climáticos. Los cultivos transgénicos, inexistentes en 1992, hoy superan las 45 millones de hectáreas (Manifiesto Ambientalista, 2002, p. 2).

Frente a este desolador panorama, las organizaciones y los movimientos sociales han creado escenarios para tejer solidaridad, generar conocimiento y coordinar acciones prácticas; uno de estos espacios son las reuniones del Foro Social Mundial en los cuales se han dado cita los más diversos movimientos sociales, no sólo de nuestra América, sino que también a estos foros asisten los movimientos sociales más representativos de todo el mundo. En este artículo intentaré desarrollar la tesis de la importancia de estos espacios como formas de construcción social de una forma de conocimiento para la acción lo cual les permite a estos movimientos intentar resolver los problemas comunes de la humanidad y especialmente de América Latina.

Construir conocimiento para la acción social

Estos escenarios, como los foros, se han venido consolidando como espacios para el desarrollo de nuevas formas de conocimiento en las cuales las organizaciones que allí asisten pueden enseñar, aprender, construir, crear y recrear diferentes aspectos de la vida social y de su lucha por la dignidad.

Debemos hacer algunas precisiones iniciales, desde el punto de vista de la construcción del conocimiento, podemos definir, para efectos del presente artículo, por lo menos dos momentos o niveles. El primero es la manera como los sujetos sociales, desde sus propias dinámicas culturales, sociales, étnicas, de género o generacionales, internamente, generan un tipo de conocimiento, el cual les permite entender la realidad, crear marcos referenciales y avanzar para encontrase con el otro para intentar la transformación de esa realidad de manera positiva; el segundo, hace parte del desarrollo de nuestra hipótesis, es la manera como los diferentes actores y movimientos sociales se encuentran con varios movimientos sociales en espacios amplios y multitudinarios. En el desarrollo de éstos se construye una forma de conocimiento social para la acción.

Samir Amin y Francoise Houtart, nos comentan:

El aumento de la conciencia colectiva es, sin dudas, el fruto más impresionante de las evoluciones acaecidas durante los dos últimos años. Las luchas especificas se sitúan cada vez más dentro de una perspectiva general: la oposición contra el neoliberalismo y contra la hegemonía mundial del capitalismo, tal como dice la Carta del Forum Social Mundial (2004, p. 16).

La idea de sumar saberes, experiencias, construir alternativas, generar un conocimiento diverso, democrático y progresista fue uno de los motivos para la convocatoria a estos grandes escenarios, el otro, la acumulación de etapas de varios movimientos sociales que se fortalecieron en que se ha llamado el Movimiento antiglobalización. Ignacio Ramonet, testigo de excepción de todo este proceso de los Foros Sociales nos recuerda:

La idea de organizar un Foro Social Mundial surgió en el seno del denominado "movimiento antiglobalización". Desde mediados de los años noventa, este movimiento había atravesado dos etapas: una fase de estudio y comprensión de fenómeno de la globalización (¿Qué es?, ¿cómo funciona?, ¿Cuáles son sus mecanismos?, ¿Quiénes son sus actores?) y una segunda fase de protesta y manifestaciones callejeras (Seattle, Praga, Barcelona, Québec, Génova, etc.,). Era necesario completar estos dos primeros periodos con una tercera fase consagrada a la búsqueda de alternativas y los programas de cambio para una globalización más humana y solidaria (Díaz S., 2003, pp. 16-19). Page 59

En el primer Foro participaron 20.000...

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