Globalización y derechos humanos
| Autor | Rodolfo Andrés Correa Vargas |
| Páginas | 111-114 |
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Ante la inminente, y al parecer inevitable, llegada del Tratado de Libre Comercio a las costas colombianas, quienes somos aficionados al estudio de los derechos fundamentales, no podemos perder la oportunidad de reflexionar en torno a las consecuencias que precisamente el arribo de ese modelo civilizatorio - la globalizacióntiene frente a nuestra realidad social, por demás, enmarcada en una palmaria desigualdad e indignidad entre quienes integramos la Nación.1
Sea lo primero en decir que "globalización", es un término polisémico, es decir, de una multiplicidad de significaciones, por ejemplo, la Real Academia Española2 lo define como "tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales", empero, ha venido Page 112 siendo utilizado para designar un fenómeno procedimental que implica convertir algo en global, es decir extenderlo a todo el mundo.
Derivado de lo anterior, no podemos dejar de caer en la tentación de cuestionarnos sobre ¿qué es lo que realmente se globaliza? y ¿qué no se globaliza? Pues bien, un análisis desde la óptica de la teoría de los derechos humanos nos arroja una visión reveladora de los efectos de la respuesta a dichos cuestionamientos.
En primer lugar, partimos de señalar que una de las banderas que ondea la globalización es la de los derechos humanos y la democracia, y aunque no pretendemos ser demasiado rigurosos en el manejo conceptual de este artículo, sólo para efectos prácticos partimos de entender los derechos humanos como el conjunto de atributos que requiere el ser humano para el mantenimiento de su existencia digna. De otro lado por democracia hemos de entender aquella forma de gobierno del Estado en que los ciudadanos tienen la posibilidad de participar en la toma de las decisiones que afectan la vida social, política, económica y jurídica.
Ahora bien, la observación de la realidad en lo que refiere a la aplicación del modelo globalizador, nos refleja la existencia de unos aspectos que a todas luces haría imposible el logro de los propósitos que aparecen como bandera del mismo. Veamos. La profesora española María José Fariñas Dulce3 en una muy completa obra investigativa, concluye que es lo que realmente se propone que sea globalizado y que es lo que no interesa que alcance la condición de patrón mundial del comportamiento político y económico de los Estados. En efecto parte de reconocer que gracias al modelo neoliberal - gestor ideológico de la globalización- alcanzan la característica de globales: la presencia de la democracia formal, es decir la democracia de papel, aquella en la que aparentemente el individuo puede participar en la toma de las decisiones políticas, pero no alcanza dicho propósito ni tampoco a ser parte de la vida económica, pues la política se ve subordinada por el modelo económico neoliberal, que no es otra cosa que la reoxigenación del liberalismo...
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