Gobernabilidad municipal en medio del conflicto armado en Colombia
Autor | José Adolfo Pedraza Beleño |
Cargo | Politólogo, Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín |
Páginas | 137-158 |
137
OPERA, No 12
1 Politólogo, Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Maestría en Ciencias Sociales con especialidad
en Desarrollo Municipal, El Colegio Mexiquense A.C., México. japedraza@gmail.com
1. CONTEXTO DEL PROBLEMA
DE GOBERNABILIDAD
El desarrollo municipal en Colombia es
un tema de sumo interés debido a que, como
casi todo, está muy relacionado con el aconte-
cer y el progreso del conicto político, armado
y social que padece el país andino. En este esce-
nario de encuentros y desencuentros sociales,
políticos y armado se sitúa la importancia que
ha tomado el municipio en este país, pues,
como ente territorial y político descentralizado
tiene entre sus competencias más importantes
implementar políticas sociales básicas, sumán-
dose a esto la capacidad económica que tienen
los municipios, a los cuales se les transere el
46% de los ingresos corrientes de la nación.
En este marco de descentralización mu-
nicipal y, sobre todo, conictiva, se habla del
desarrollo que se quiere, asociándose este en
parte a la capacidad de maniobrar de manera
autónoma por parte del gobierno municipal
(alcalde y concejo municipal), a n de permi-
tir una gestión sin condicionamientos donde
los planes, programas y proyectos sean reali-
zados por medio del consenso y poniendo en
práctica todos y cada uno de los niveles de la
participación. Pero en el marco del conicto
armado, la lucha por el control municipal en
la que entran los distintos grupos armados
ilegales (guerrilla y paramilitares), asociados
a diferentes agrupaciones políticas, por los re-
cursos materiales y el control institucional, se
convierte en uno de los obstáculos para que la
gobernabilidad y el desarrollo sean un ambien-
te efectivo para algunos municipios.
Esta es una realidad que se ha venido
construyendo desde las entrañas del conicto
armado colombiano, en la que cada uno de
los actores ha jugado su estrategia teniendo
en cuenta al resto: jugando con ellos, como
aliados temporales y como enemigos, por su-
puesto. En este punto hay que aclarar que en
los actores del conicto también se incluye a
la población civil y las distintas organizaciones
que se derivan de ella, así como a los partidos
políticos.
La injerencia de los grupos armados ilega-
les () (paramilitares o autodefensas y gue-
rrilla) en los poderes locales de un signicativo
número de municipios del país se torna en una
de las principales consecuencias para que el
G
C
J A P B
Seguridad, conflicto y gobernabilidad local
138
desarrollo social y político, en lo que se reere
al cumplimiento y la garantía de los derechos
básicos de los ciudadanos, sea una condición
mínima o nula. Además de ser una estrategia
de control que ejercen entre la ciudadanía
dichos grupos ilegales, quienes en su afán de
tener un control no solo económico sino po-
lítico manipulan la participación e imponen,
en muchos casos, la ley a su modo: la fuerza
armada ilegítima.
Lo anterior se demuestra en investiga-
ciones judiciales y académicas de los últimos
años, donde se aprecia la clara unidad entre pa-
ramilitares y algunos congresistas por tener el
control territorial en varias regiones del país2.
León Valencia señala:
los paramilitares ganaron varias guerras y en ese proceso
lograron cambiar sustancialmente el mapa político en
12 departamentos, trasformar parcialmente el de otros,
establecer una gran bancada parlamentaria, inuir en las
elecciones presidenciales, capturar el poder local en diver-
sas regiones del país (conquistaron más de 250 alcaldías
en 2003) y entrar en una negociación con el gobierno
nacional (2007: 14).
Para hablar del municipio en Colombia,
después de la promulgación de la Constitución
Política de 1991, es necesario analizar e investi-
gar el impacto que han tenido las luchas por el
control local por parte de los grupos armados
ilegales en la gobernabilidad municipal, es
decir, en la capacidad, legitimidad y transpa-
rencia de sus instituciones; en la autonomía, el
ejercicio libre y real de la autoridad, así como
en la apertura de la participación ciudadana en
la toma de decisiones y la gestión pública (,
2006: 10; , 2006), en resumen, el pleno
cumplimiento del proceso de descentraliza-
ción y sus objetivos.
De acuerdo con lo anterior cabe pregun-
tarse si ese impacto del que se habla, o de la
incursión por parte de los en las esferas
de lo local, se ha realizado solamente con la
acción armada, y violenta que los caracteriza
o, además, con la anuencia, el conocimiento
y la aceptación –legitimación– de algunas or-
ganizaciones de la población civil, en especial
de los partidos tradicionales y de nuevas orga-
nizaciones que aspiran a consolidar un poder
en el municipio.
Boris Salazar y María Castillo plantean
que una incursión de cualquier que pre-
tenda tomarse un municipio, o mejor un te-
rritorio, no tiene ningún sentido si este queda
desolado o si la gente se desplaza a otro lugar.
Por ello es imprescindible para los , dentro
de su estrategia, establecer alianzas, persuadir,
no solo por la coacción, y negociar con orga-
nizaciones del municipio con el n de realizar
acciones que vayan a favor de sus intereses eco-
nómicos y políticos. Así lo reseñan los autores:
“las interacciones, entre civiles y agentes arma-
dos, se resuelven por medio de la formación
de alianzas más o menos estables, de mayor o
menor duración, entre grupos de la población
civil y un agente armado” (2007: 74).
2 Regiones como la Costa Atlántica, conformada por siete departamentos, y la zona suroriental para solo hablar
de dos zonas del país de las que han salido algunos casos en los que la justicia nacional ya se ha pronunciado y ha
intervenido.
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba