Estado y gobernanza ambiental. Paradigmas alternativos - Segunda parte. La sinuosa ruta hacia el reconocimiento de la naturaleza como sujeto de derecho - Interculturalidad, protección de la naturaleza y construcción de paz - Libros y Revistas - VLEX 847211319

Estado y gobernanza ambiental. Paradigmas alternativos

AutorIván Narváez Quiñónez
Cargo del AutorDoctor en Derecho
Páginas139-207
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Estado y gobernanza ambiental
Paradigmas alternativos
Iván Narváez Quiñónez*
Introducción
La sinopsis teórica de los tópicos Estado-sociedad, crisis ambiental y gober-
nanza ambiental coadyuva a dilucidarlos en clave de gobernanza sociopolí-
tica y complejidad ambiental, contribuyendo al debate sobre aquella crisis
denominada “crisis de nuestro tiempo” y atribuida a la crisis civilizatoria o
del conocimiento1.
Por requerimientos del presente texto se ubica el análisis a partir del
segundo lustro de la década de 1940, argumentando que desde entonces el
mundo se vuelca hacia cambios y transformaciones que ponen en un pri-
mer orden la discusión jurídica, política y territorial del rol del Estado y su
relación con la sociedad. La pregunta clave es: ¿cómo el mayor desarrollo
* Doctor en Derecho, doctor en Jurisprudencia, máster en Ciencias Sociales con mención en Estu-
dios Amazónicos; máster en Gerenciamiento Ambiental, especialista en Justicia Constitucional e Inter-
pretación y Aplicación de la Constitución; profesor investigador de Flacso, Sede Ecuador. Es autor de
Pueblos indígenas: el sentido de la esperanza, UASB, 2017; Yasuní: en el vórtice de la violencia legítima y las
caras ocultas del poder, Flacso, 2013; Derecho ambiental en clave neoconstitucional, Flacso, 2012; Petróleo y
poder: el colapso de un lugar singular Yasuní, Flacso, 2009. Es miembro del Grupo de Investigación sobre
Políticas Públicas Comparadas de Flacso, Sede Ecuador, y de la Red de Sociología Jurídica en América
Latina y el Caribe. Obtuvo el “1.er Premio en Ciencias Sociales – Universidad Central del Ecuador” en
los años 2004 y 2007. Ha publicado artículos en revistas indexadas y ha expuesto temas de su dominio
académico en universidades latinoamericanas y europeas.
1 Marcuse, H., La sociedad opresora: industrialización y capitalismo, Nuevo Tiempo, Caracas, 1972;
Le, E., Ecología y capital: racionalidad ambiental, democracia participativa y desarrollo sustentable, Siglo XXI
Editores, México, 1994; Le, E., “Pensar la complejidad ambiental”, en Le, E. (comp.), La complejidad
ambiental, Siglo XXI, México, 2000; Beck, U., La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad, Paidós,
Barcelona, 2006; y Ávila, R., El neoconstitucionalismo andino, UASB, Quito, 2016.
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Interculturalidad, protección de la naturaleza y construcción de paz
cientíco-tecnológico, el auge de las relaciones económico-nancieras, de
la producción y el consumo en el marco de la globalización neoliberal coad-
yuvan al deterioro de las relaciones hombre-naturaleza llegando a límites de
aparente irreversibilidad?
Una hipótesis de trabajo tiene relación a que el debate teórico y meto-
dológico —así como la controversia práctica— respecto a los problemas que
hoy caracterizan la existencia del Estado y su crisis han sido estimulados por
el auge neoconservador prevaleciente en el mundo, convirtiendo al Estado
en una especie de bete noire que es preciso destruir. En efecto, el concepto de
Estado había sido excomulgado de la academia y desterrado a los nebulosos
territorios de la ideología y el pensamiento precientíco2. Bajo este argumento,
las razones de aquel suceso fueron supuestamente la incurable vaguedad con-
ceptual y un sesgo crónicamente formalista que privaba al Estado de todo
valor heurístico.
Previo a ello cabe recordar la certeza con la cual las élites del poder pro-
yectaron ideológicamente al Estado moderno o de derecho, como la insti-
tución jurídico-política más importante de la sociedad, caracterizada por la
prevalencia de la Constitución o Norma Supraordenada y por la división de
poderes (ejecutivo, legislativo y judicial)3, cuyos nes eran la concreción, el
interés general, el respeto a la dignidad de la persona humana y la perfectibi-
lidad de la sociedad civil.
Para el abordaje del tema se prioriza un estado del arte sobre la relación
Estado-sociedad, conictos y gobernanza ambiental; favoreciendo la identi-
cación de líneas teóricas dirigidas a fortalecer los tópicos de investigación;
en otras palabras, supeditados a los siguientes criterios metodológicos:
i) Revisión de la literatura seleccionada en función de claricar los
contenidos de los tópicos inicialmente referidos y relacionarlos con
la tipología de gobernanza. Se trata de proponer que los tópicos están
vinculados a una categoría general “denominada crisis ambiental” o
de nuestro tiempo y que es producto de la crisis civilizatoria o del
2 Boron, A., Pachamamismo vs. Extractivismo, Eugenio Espejo Corporación, Quito, 2013, p. 263.
3 Actualmente, algunos Estados han asumido una arquitectura constitucional en la que constan,
además, el Poder Electoral y el de Participación Ciudadana (caso de Venezuela, 1998; Ecuador, 2008;
y Bolivia, 2009).
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Estado y gobernanza ambiental. Paradigmas alternativos
conocimiento. De ahí se genera un debate dirigido a establecer si
la crisis ambiental en su dimensión política profundiza la crisis del
Estado y del régimen político, y en consecuencia de la “gobernabili-
dad democrática”.
ii) El análisis contextual o de congruencia apunta a precisar la opción teó-
rica que da origen a dos observaciones sobre la gobernanza: la primera
es que en el “Estado en acción” el concepto de gobernanza oscurece el
hecho de que las sociedades humanas están sujetas a relaciones de poder,
en cuanto insta a generar consensos mediante negociaciones entre el
Estado, las organizaciones y la sociedad civil, como formas de viabili-
zar la gobernabilidad; y la segunda observación es que las asimetrías
de poder tienen raigambre histórica y ello hace evidente la disimilitud de
fuerzas de los actores sociales, generando dicultad para arribar a con-
sensos con el gobierno, estando de por medio los intereses hegemónicos
de la clase dominante.
iii) Se designa a determinados actores subalternos como “sujetos eman-
cipadores” personicados por los pueblos ancestrales, y por colecti-
vos como los movimientos sociales ambientalistas, feministas, de
movilidad humana, LGTBI (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales
e intersexuales), etc. Con base en ello, se plantea la pregunta: ¿qué
relevancia tiene la gobernanza ambiental para estos sujetos en la forja
de un paradigma socio-económico-político alternativo?
iv) No se proponen conclusiones de carácter empírico, sino más bien
se generan atisbos teóricos tendientes a elucidar la gobernanza
ambiental (en clave sociopolítica y de complejidad ambiental); en la
medida en que puede hacer prevalecer la inclusión de la “otredad”,
la preocupación por la afectación de la trama de la vida, y asistir con
mecanismos para enfrentar la injusticia cultural, la injusticia distri-
butiva y la injusticia climática.
La relevancia del abordaje propuesto además implica comprender que
desde la complejidad ambiental el solo desarrollo de la tecnociencia no garan-
tiza la preservación de la trama de la vida, por lo que se torna emergente un
ensamblaje con la pluralidad de saberes, la interculturalidad, los elementos

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