Historia del asesino serial que aterrorizó a los niños en Cali - 30 de Septiembre de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 876331943

Historia del asesino serial que aterrorizó a los niños en Cali

Carolina Bohórquez Ramírez - Corresponsal de EL TIEMPO - Cali @car49655116Las dos cicatrices, una en la frente y la segunda en la mano izquierda, sirvieron para que la familia del pequeño Alveiro Santana Saavedra lo identificara en una mesa de necropsia del Instituto Nacional de Medicina Legal en Cali. La escena de horror la vivió una de las tías del menor, allí, donde aún funciona la morgue, atrás del Hospital Universitario del Valle. Los gritos llenaron la habitación porque la víctima era su sobrino de 12 años y misteriosamente había estado todo un año desaparecido, entre 1963 y 1964. Este menor, oriundo de Palmira, fue uno de los más de una veintena que fueron asesinados en el Valle del Cauca, especialmente en Cali, entre 1963 y 1967, cuando se empezó a forjar una de las leyendas urbanas más temidas tras una seguidilla de desapariciones de niños y adolescentes, con edades entre 8 y 13 años, que luego fueron encontrados brutalmente asesinados y abusados. Esta es una de las historias del Cali viejo que contaban abuelos y padres sobre una de las matanzas más recordadas en la historia de esta ciudad y que generó miedo entre las familias de que sus hijos fueran raptados. Son casi 60 años desde aquellos asesinatos atribuidos al llamado ‘monstruo de los mangones’. Como muchas de las más de 20 víctimas que se le cuentan, Alveiro provenía de una familia humilde. Era hijo de un albañil y su madre se dedicaba a oficios varios. Sin embargo, la última vez que vieron con vida al niño fue en diciembre de 1963. Su cadáver fue encontrado abandonado en un lote de la zona de Menga, en el norte de Cali, que hace 57 años era un área despoblada en la vía hacia Yumbo. Por eso la leyenda fue tomando fuerza con el nombre que el periodista Alfonso Recio le dio, el ‘monstruo de los mangones’, porque niños desaparecidos eran hallados en mangones o terrenos por toda Cali, historia que llegó inclusive a otros municipios, como Sevilla. Dichas desapariciones comenzaron entre octubre y noviembre de 1963. El periodista Phanor Luna recuerda que entre las historias cobraba más fuerza la de niños cuyos cuerpos aparecían extrañamente muy pálidos. Después vinieron los asesinatos y una impunidad de casi 60 años, como lo manifestaron allegados de la familia de Luis Alberto Osorio. Nunca se esclareció el asesinato de este menor de tan solo 10 años, al tiempo que los diarios impresos de la época seguían informando en páginas locales y hasta en clasificados sobre más menores...

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