Historias de violencia: trayectorias en el conflicto de víctimas, excombatientes y comunidades - Guerras, paces y vidas entrelazadas - Libros y Revistas - VLEX 787492577

Historias de violencia: trayectorias en el conflicto de víctimas, excombatientes y comunidades

AutorJuan Diego Prieto Sanabria
Páginas57-67

Historias de violencia:
trayectorias en el conicto de
víctimas, excombatientes y comunidades
“E   de derechos humanos alrededor de los conceptos de vícti-
mas y victimarios se tiende a hablar de estos grupos como si fueran dos gru-
pos de personas separados y homogéneos” (Borer  y ). En Colombia
es comúnmente aceptado que no todas las víctimas n i todos los combatientes y
excombatientes son iguales.
En cambio, la visión de dos campos radical mente
separados —víctimas y v ictimarios— ha dominado el debate público sobre jus-
ticia transicional, reconciliación y temas similares tras la desmovi lización de
las Autodefensas Unidas de Colombia () y la aprobación de la Ley de Jus-
ticia y Paz. En la medida en que varios jefes param ilitares han justicado sus
actos presentándose como víctimas de la guerrilla y acusando a sus víctimas
de ser integrantes o colaboradoras de esta (véase Payne ), la razón de ser de
los esfuerzos de juristas , académicos y activistas por separa r sin ambigüedades
a las víctimas y a los v ictimarios resulta evidente. Se trata de una lucha por la
dignidad de las víct imas y contra la legitimación de la barbarie paramilitar y
las pretensiones de impunidad de los paramilita res y sus aliados y socios.
Aun así, Orozco ( y ) ha cuestionado este tipo de discursos —estas
“pinturas en blanco y negro”—, porque no dan cuenta de los múltiples mati-
Una víctima de se cuestro, por ejemplo, puede lleg ar a tener experiencias , prioridades y nece-
sidades muy disti ntas en comparación con una vícti ma de desplazamiento forzado (Ret tberg
). De igual manera , pertenecer a las guer rillas o a gr upos paramil itares tiene implica ciones
diferentes; hay contra stes en el tipo de entrenamiento, en las rela ciones con la población civil
y, por supuesto, en la manera en que los excombat ientes han abandonado las arm as (colectiva
o individua lmente) (Arjona y Kalyvas ).
Cuando se radicó en el C ongreso el proyecto de Ley de Víctima s se publicó en El Tiempo
una nota en la cua l se resaltaba la importa ncia de dar a las víctima s del conicto la prioridad
que merecen, por encima de los v ictimarios. El títu lo del artículo —“Es la hora de la ‘reins er-
ción’ de los buenos” (El Tiempo,  de sep tiembre de )— ilustra adecuadamente el es tado
del debate.

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