Las ideologías se fragmentan en medio de la pandemia - 22 de Mayo de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 844683596

Las ideologías se fragmentan en medio de la pandemia

Una imagen vale más que… Esto ocurrió el día del urbi et orbi: una plaza de San Pedro desolada y el papa Francisco más desolado aún; una plaza ausente de cualquier simbolismo externo, sin banderas, ni fieles, ni la pompa de los cardenales, áulicos del poder de la Iglesia, ni la suntuosa guardia vaticana. Nada. El emblema del catolicismo estaba desierto. Francisco, ensimismado, se dirigió al atrio y en un lenguaje minimalista, que dejó atrás las miedosas trompetas del apocalipsis y otras artimañas de sus pares y antecesores, animado de poesía y dolor comenzó diciendo: "Desde hace unas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto plazas, calles y ciudades. Se fueron adueñando de nuestras vidas, llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío devastador que paraliza todo a su paso… Nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa"; se sabe vulnerable y literalmente nos invita a trepar en la barca de la solidaridad: "Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, frágiles y desorientados, pero al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos". Más que un papa, habló el poverello del barrio Flores… Si algo ha causado la covid-19, es una fragmentación de las ideologías y credos: estupor, sigilo, reformulación, escepticismo y furor extremo. Revisaré algunos textos del libro Sopa de Wuhan (Editorial Aspo -Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio-) y otras voces que han agudizado el caldo de cultivo entre lenguaje y política. La covid-19, sin eufemismos, ha viralizado el vacío y poder de la palabra. El 21 de febrero de 2020, el filósofo italiano Giorgio Agamben, autor de El coraje de la desesperanza, afirmó que contra una gripa moderada las medidas eran "frenéticas e irracionales", que solo el 4 % de los pacientes requerían hospitalización (el 24 de abril habían muerto en Italia más de 25.000 personas). Su temor: el peligro de un estado de excepción y la militarización de la sociedad. Y argumentó que agotado el terrorismo como adversario, el coronavirus inspiraría otro caballo de Troya. Una tiranía global reemplazaría a un enemigo por otro. En los poderes de excepción ya hay secuelas locales como señala Rodrigo Uprimny en el libro Nadie se salva solo: "Podrían significar un paso más en el desmantelamiento del Estado de derecho y la democracia en Hungría, que era tal vez el país con la transición más exitosa del comunismo autoritario a la democracia". El filósofo esloveno Slavoj Zizek...

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